Alquilé el vestido de boda
Y el smoking.
Tengo un Mateo para salir de la iglesia
Para llegar al salón de fiestas.
Mis amigos llevan papel picado
Arroz y armas para la Revolución.
En cuanto el cura
Anuncie la unión ante Dios
Empezarán los disparos.
Cinco días a la semana
Sueño con escribir poesía.
Cinco días a la semana
Lo intento y fracaso.
Cinco son los días en la semana
En que la inspiración me visita
Y yo estoy distraído.
Cinco días a la semana
Busco las palabras y no las encuentro.
Cinco días a la semana
Trato de esquivar a la muerte
Todavía gambeteo su hoz afilada.
Cinco días a la semana
Tengo picazón en el corazón
Y no sé a que se debe.
Son cinco los días en la semana
En que trato de escribir poesía
Lo logro en los 3 días restantes.
Es como si la poesía se escribiera siempre al final
Como los títulos de una película.
Yo tuve la mejor banda de sonido de mi vida
Yo fui de la esquina de Newton y Liniers
De Juncal y 9 de Julio
De la 895 y la 814.
Yo esquivé patrullas en la noche enferma
Yo fui Adoptado por la sociedad como hijo de puta.
Yo caminé las calles del sur y del oeste
Yo esquivé el temor de la ficticia ficción
No podía distinguir a evangelistas de policías.
Yo busqué la solución en la destrucción
Y en el fragor nasal del polvo inca
Mientras la estructura se tambaleaba
En burbujeante orgias de magias negras.
Yo conocí a las miradas oscuras
Que aprobaron las torturas del fugado represor.
Yo trato de que el mundo no me demore
Poniéndome el antifaz
Y que me acomode en el derrumbe de su decadencia.
Yo conocí Dock Sud, La Paternal, Pacheco, 3 de febrero
La tierras del cacique Yatel, la ruta 3
Y la bonaerense 76 por donde transitó Catriel.
Yo dormí en el monumento de los caídos en Malvinas
Y conocí el apocalipsis del sustento interior
Tuve el castigo de El visitante.
Yo tomé birras, polvo inca
Quemé flores que buscaban un sentido.
Nadie puede olvidar los momentos de su juventud.
Y ahora que el Poeta se ha marchado Rumbo al abra
Marchando firme a cumplir su destino
La música de la banda de sonido de mi vida
Se va apagando en un fade out acompasado
Con las guitarras de los Tanos
Los bombos de El Pato
Y la luz de esa estrella que observa
Que seguiré en pie
Que seguiré andando el camino para el cual me formaste.
Poeta mío solo resta decirte
Que jamás te olvidaré
Tenlo presente.
Si no escribo sobre la lluvia
Desaparece
Si no veo al sol devorado por la noche
Desaparece
Si no respiro
Desaparezco
Si no estoy donde tengo que estar
Desaparezco
Si no nombro a los abuelos
Que fueron descartados por su familia
En los hospitales, geriátricos, en la calle
Y en sus propias familias
Desaparecen
Si no recuerdo a mamá en un poema
Desaparece
Si no actualizo la realidad cada 5 minutos
Desaparece
Si las algas marinas no piden espacio en este poema
Desaparecen
Si hoy no queda escrito en algún lugar
Desaparece
Si vos no escribís
Desaparecés
Si yo no escribo
Desaparezco.
El oficio siempre se antepone
Es inevitble.
Saber adjetivar
Prescindir de sustantivos abstractos
Hacer tensionar conceptos
Que se repelen por naturaleza
Si hay que evitar los lugares comunes
Por favor: no escribir un poema con lugares comunes.
En la vereda hay una heladera vieja que tiraron
El oficio me dice que:
La serpentina de cobre que tienen las heladeras
Pesa entre un kilo y medio y dos.
Otro kilo de aluminio
Y se puede llegar a medio kilo de bronce.
La bocha se vende entera, ahí no hay discusión.
El plástico se llama Alto impacto
Y también hay mercado para ese material.
La heladera y sus partes es La critica
Y las cátedras de literatura.
El poema es el contenido
Lo que está adentro de la heladera.
El oficio siempre se antepone
Es inevitable.
Así es la vida Frank
Un día estás arriba
Otra abajo
Un día sos rey
Otro bufón.
Así es la vida Frank
Para escribir un poema
Hay que leer 100
Después te das cuenta
De que esos poemas
Ya los habías vivido
Entonces para escribir el poema
Hay que escribir el poema.
Así es la vida Frank
Un saltimbanqui absurdo
Que no se detiene de noche ni de día.
Así es la vida Frank
La hoja de vida es vasta
Como las decepciones que sigo acumulando
La hoja de vida de la pobreza, de la indigencia
La delincuencia, la de los trabajos mal pagos
Los años lejos de casa
Los mundos imaginarios a los que escapé.
Así es la vida Frank
¿Es fácil tatuarse "soltar"?
Cuando tu madre muere de cáncer lentamente
Cuando a tu padre el ACV lo debilita
Y tenés que cargar su cuerpo por el patio.
La vida es así Frank
Te caes en marzo
En julio te levantás
Y otra vez y otra vez.
Frank, la vida es así
Un arte poética que se alimenta
De todo lo que observa.
Frank, la gente te dice cómo vivir
Cuando ellos ni saben cómo vivir.
Frank, vos sabés como es la vida
Por eso voy a cambiarle el final al poema
Para que no hagan carteles en Instagram
O se tatúen frases vacías, estériles.
Corta la bocha Frank.
En junio de 59
Durante el plan de “Estabilización” de Frondizi
Álvaro Alsogaray Dijo que había que pasar el
invierno.
María Julia (su hija)
Ni lerda ni perezosa
Se compró todos los tapados de piel de Manhattan
Con la promesa de limpiar el riachuelo en 1000 días
Para que los pobres se bañen ahí.
Ya todos sabemos como terminó la historia
Ni la Estabilización funcionó
Ni el riachuelo se limpió
Y María Julita se comió cana
Por cada tapado que se compró.
Hay un invierno eterno
En el riachuelo de mi memoria
Que no sé
Cuando va a terminar
Y cuando se va a limpiar.
Antes miraba las pizarras de los bancos
Para ver el precio del dólar.
Luego miraba vidrieras
Buscando las mejores ofertas
Para comprar más barato.
Después me dediqué a buscar carteles
Que digan "Se busca empleado".
Con el tiempo ya cirujeaba en la calle
Y el precio del cobre era mi dólar.
Ahora voy por ahí
Buscando el precio de los huevos
Y pienso que es mejor
Domesticar unas cuantas gallinas
Para que me den huevos
Atarlas un par de días al árbol
Para imponerle mi domicilio.
La propiedad me está haciendo cruel.
Creo que te vi caminando entre la bruma de Villa Mitre
Creo que era Villa Mitre
A pesar que la bruma no me dejaba reconocer
Donde terminaba mi ser
Y donde empezaba la bruma
Donde terminaba Villa Mitre
Donde empiezaba Tiro Federal.
Y si digo creo
Es porque veía la forma difusa de tu casco
Y tu espada
Seguramente marchabas a alguna misión
No como yo que iba a buscar harina
Para hacer el pan
Porque después de la guerra
Se aprende a cocinar el pan
Como dice un poema japonés
Sin un pulmón, sin una pierna.
Caminabas por la bruma de Villa Mitre
No temblabas al pronunciar tu nombre.
Hay deseos que no tienen nombre.
Hay veces que son brutos
Hay veces que son brutales.
Hay veces que los brutos pasan desapercibidos
Y le dan paso a los brutales.
Hay veces que los brutales
Se vuelven brutos
Y los brutos brutales.
Algunas veces se hace difícil diferenciar
Entre brutos y brutales.
Nunca Más ni brutos ni brutales.
Hay veces
En que los brutos le dan el Poder
A los brutales
Y los brutales les agradecen a los brutos
Devolviéndoles el Poder.
Soy bruto porque me han gobernado brutos
Soy brutal por la misma razón
Soy poeta porque no quiero ser ni bruto ni brutal.
Estuve más de un año
Sin hablar con mi madre.
Cuando la cobardía y el resentimiento
Me permitieron levantar el teléfono
Y llamarla, lo primero que dijo fue:
"Que lindo escuchar tu voz."
Mi prontuario de maldad
No habla de lastimar con golpes o gritos
Todo lo contrario.
Aprendí a castigar con silencio e indiferencia
Aprendí a alejarme de la gente
De los sentimientos
Porque sentir no era mi fuerte.
Y ahora pago el precio
De los castigos pasados
Pago el precio de viejas cobardías
Y resentimientos
Pago el precio por no entender
A los demás
De creer que mi dolor solo importaba.
Es tan caro el precio
Que ya no puedo decirle:
Que lindo escuchar tu voz.
El mejor psiquiatra que tuve
No me medicó
No me hizo
Dibujar un hombre bajo la lluvia
Una casa
Un árbol
No me hizo una lobotomía
O terapia de electroshock.
Me dijo que cuando tenga ansiedad, pánico
O me crea superior al resto
Vaya a caminar por el cementerio.
Y tuvo razón
Nunca más tomé medicación
O cosa que se le parezca.
Como un libro
Camino leyendo tumbas y epitafios
Respiro y dejo de respirar
Camino y dejo de caminar
Leo y dejo de leer.
Cierto día, un docto varón ilustrado en la leyes y la filosofía, se presentó en la ranchada para, dijo él, buscar el origen de la pobreza.
Se sentó con nosotros; tomó mate, comió guisos y faldas, fumó porro y tomó vino. Nos acompañó al semáforo a buscar la moneda. Fue hasta la villa a ver como vendíamos el cartón, se sentó con nosotros en los comedores y en las filas de la panaderías para buscar el pan.
Un día se puso a hablar del mundo de la gente de bien. Habló de Izquierda y Derecha. Citó a Kant, Heidegger, al Ser y el tiempo, a Marx. Dijo: mercancía, plusvalía, distribución de la riqueza.
El docto varón
Buscaba el origen de la pobreza
Y lo buscaba de manera pobre
Y no se daba cuenta de la pobreza
Que había en sus pobres argumentos.
Chauchesco, que hasta ahora, no había hablado, solo lo había escuchado le preguntó:
(Antes tomó un trago de vino)
Mijo
Esas ideas, de las que habla, son realizables?
El docto varón respondió que sí, sin dudar
Y, ¿por qué no se realizan? Replicó Chauchesco
El docto varón se quedó pensado
Porque no son realizables, dijo Chauchesco empinando la caja de Termidor.
Sabrán que supe resistir
Y resistir muchas veces
No tiene que ver con la fuerza
El sacrificio o el éxito material.
Yo resistí
Al deseo profundo de autodestrucción
Que viene dosificado
En gotas amargas
Que secan la garganta
Y las palabras se petrifican.
En comprimidos
Que no curaron ninguna
De mis patologías.
En ese dulce alcohol
Que fue el bálsamo en los años
En que el dolor no encontraba
La palabra dolor.
En esas toneladas de nubes narcóticas
Que decían que provenían de los dioses
Y en realidad provenían de los demonios.
Yo resistí a la abstinencia
Resistí escribiendo
Y encontré el sentido a las palabras
Y supe que no debía anestesiar a mis palabras
Y mis palabras aprendieron a resistir
Y resistiendo
Mi deseo profundo de autodestrucción
Se fue transformando.
Ahora la palabra dolor
Le corresponde al dolor
Y duele porque tiene que doler.
Sabrán que supe resistir
Sabrán que al final
Encontré el sentido de todas las palabras.
Pasan las horas
Que devora el tiempo.
El tiempo muere
Para que las horas vivan.
Vivo entre las horas del tiempo
Tic toc tic toc.
La amenaza es real
A cada paso, cada segundo
Cada sombra que vive
En los pasillos oscuros del alma.
Los conocí a todos
Nunca tuve miedo
O creía no tenerlo
Así y todo nada me detuvo
En ese búsqueda desesperada
En donde era arrastrado por mis propias sombras
Y me hacían mentir, lastimar, mendigar
Vivir bajo esa frazada calentita llamada autocompasión.
Pero todo era mentira
Podía entrar a cualquier lugar peligroso, oscuro
En donde la vida vale menos que una bala
En donde te tiran por el placer de verte volar:
El lugar mas oscuro y peligroso
El lugar al que mas miedo tuve
Fue a mis propios pasillos oscuros.
Y tuve miedo porque sabía que en alguna esquina
El dolor al que siempre escapé
Y que anestesié
La vergüenza que hizo que nunca pudiera confiar en mí
Me estaba esperando intacta.
Los pasillos mas peligrosos viven dentro de mí.
Un arco iris
Se filtra por mis ojos.
Se filtra cuando te escucho decir:
Arco iris.
Y de repente todo estalla
El color de los barriletes
Que remonté en Quilmes
La sangre que brotó de mi cabeza
Cuando caí por la escalera
El color del tabaco que masticaba mi abuela
El guardapolvos de la chica que me enamoré
Y nunca se enteró
El color de tu sonrisa mientras lees este poema
Las tardes color cielo de la adolescencia
El negro de las noches oscuras
De dolor y desesperación
Que espero que nunca conozcas
Y si las conocés
Sabés que hay alguien que está para ayudarte
El abrazo que me dio mi padre
Cuando volví a casa
( Si hay un color para esa sensación no dejes de avisarme)
La mañana que se apagó mamá
Todos los colores perdieron su intensidad
El recuerdo de mis amigos que ya no están
Y el recuerdo de sus colores
Ya me están esperando del otro lado del Leteo
El color del café que tomo
Y el color de la plaza que trato de apresar
En estas palabras
(Por eso me siento mirando a la plaza)
El color de la melancolía que forma este arco iris
Que está formado por recuerdos
Sensaciones y personas.
Lo veo venir a lo lejos
Levantando polvos
Y chapitas de cerveza
La remera atada a la cabeza
Para que no explote.
Lo veo venir a lo lejos
El pecho en cueros
Bramando lanzas Tobas
Que astillan la carne y los huesos.
Lo veo venir a lo lejos
Y se sabe que ha boxeado
Con 4 o 5
Y no lo han podido voltear
Nunca lo han podido voltear.
Lo veo venir a lo lejos
Los orificios nasales colorados
Los ojos colorados
El polvo inca quemando el tabique
De la nariz.
Lo veo venir a lo lejos
Dejando otra noche sin dormir
Otra noche que se rindió
No así él.
Lo veo venir a lo lejos
La bicicleta rechina
Le hace falta aceite
Pero a él le hace falta una cerveza.
La vagancia lo ve venir a lo lejos
Saben que salió bien empilchado
El viernes
Pero ya es domingo
Y ya está mostrando la hilacha
Todos levantan las bolsas
Y la botellas
¡Vení Hilacha! ¡Tomate un trago!
Hoy es domingo
Es primavera.
Llevo un ramo de flores negras
Que son del color de mi corazón.
Y en mi corazón también es primavera
Pero es una primavera distinta
Trae el color y el dolor de la muerte.
Será por eso que llevo este ramo
Como si fuera una bandera.
¡Mi corazón es negro!
Negro como el blues, el tango
El candombe
Como estas espinas incrustadas
En todos sus lados
Que son negras como el carbón.
Todo es negro en esta primavera
Hasta mis versos
Hasta mi bandera.
Hay luces oscuras
Hay luces claras
Hay luces de colores
Hay luces opacas
Hay luces silenciosas
Hay luces ruidosas
Hay luces escondidas
Hay luces a mi alrededor
Hay luces con nombres
Hay luces anónimas
Hay luces por todos por todos lados
Hay luces que no encuentro
Hay luces con frío
Hay luces con calor
Hay luces y luces
Hay tantas luces que producen oscuridad
Hay una oscuridad luminosa
Que ilumina mi oscuridad.
Carteles de neón
Luces titilando en la esquina
El semáforo retrasa al destino.
Hay corazones bombeando mal
Por alguna obstrucción en las arterias
O carótidas.
Muchos de esos corazones
Mañana no bombearán.
Puede que el mío sea uno de ellos.
Puede que mañana deje de titilar
Pierda su luz de neón
Deje de bombear
Puede que el semáforo de la vida
Me de otra oportunidad.
Hay abismos dulces como la miel
Hay mieles profundas como abismos
Hay abismos que no saben mirar
Por lo cual yo no los miro
Ni me miran
Hay dolores dulces como la miel
Esos dolores son mis favoritos
También los amargos
Los agónicos
Los lentos, los rápidos.
Hay un dolor en el abismo
Que hace que mi vacío se sienta pequeño
O quizás al revés:
El abismo se siente pequeño
En mi vacío interior.
Dos hombres caminan la ciudad
Las provincias
Las naciones.
Llevan camisa blanca y un libro
En sus manos.
Caminan con la convicción
De esos hombres que construyeron
Las catedrales medievales.
Hombres que no tenían opinión.
Y con esa convicción
Han construido otra catedral moderna.
Ahora me pregunto
Yo, que he caminado
Bajo la convicción
De la religión de la adicción
¿Cuántas catedrales habré construido?
Oscuridad se llama Oscuridad se menciona Oscuridad su habitar Oscuridad su apellido Oscuridad su apodo Oscuridad su piel Oscuridad sus oj...