A luna gibada creciente
Mi pelaje desaparece
Así como mis garras
Y mis colmillos lechosos.
Lo compruebo en el reflejo
Del espejo; y a diferencia de mí
Ella toma la forma
De mis miedos
No necesita decir ni hacer nada
Mis miedos tienen el poder sobre mí.
La luna decrece en su trayectoria
Baña el jardín con luzgrisblanquecina
De epitafio. Ya no tengo mi armadura
Y seguro que esta sea la última cita.
En presencia del tiempo
Y de los espíritus que no han podido
Encontrar a Caronte
Ella da el paso que acerca
Nuestros labios:
Su carne
Su humedad
Hacen contacto
Y como si un océano de fuego
Me visitara las entrañas
Desciendo a mis talones
En cenizas opacas
Sin nada de poesía.
Ella sonríe envuelta
En llamas.
Así fue nuestra última cita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario