miércoles, 22 de enero de 2020
Chupacabras
Al Panki lo encontramos en la entrada de Los inmortales mangueado monedas para comprar merca. Lo preguntamos a dónde había una onda piola. Nos dijo que él pegaba en lo del Panza. Con lo que tenía él y con lo que teníamos nosotros encaramos por Corrientes hasta el Bajo. El conventillo en donde tiraba el Panza quedaba en la calle Azopardo, en la otra cuadra de la C.G.T. No bajamos finalmente por Corrientes; en Lavalle doblamos para Avenida de Mayo para comprar unos vinos en un kiosko que estaba en Defensa.
El Panki no paraba de hablar. Y el Panki estaba vestido como todo Panki: campera de cuero, borcegos, cresta. Pasamos por un salón o boliche cheto de Avenida de Mayo. El Panki se asustó al ver a los chetos inflados de anabólicos y chombas importadas. Cuando pasó el peligro para él nos contó que cuando era guacho lo había agarrado una patota rugbiers. Él estaba escabiando con un par en una plaza por la paternal y los giles se bajaron de una camioneta con bates y cobraron todos los pankis. Casi los mataron. La quijada derecha se la rompieron a batazos. Ahora tenía una placa de titanio puesta en su lugar.
Cometió el error de decir que la placa valía 500 dolares. Justo nos vio cuando nos cruzamos las miradas con el Chaqueño."No, no", decía el Panki, "me tienen que matar". Lo tomamos a la joda. Ya teníamos el vino, nos faltaba la merca y alguna puta.
La merca del Panza era una merca flaca, mucho corte; pero antes que ir a la villa estaba bien. Nos tomamos toda la merca, el vino; al Panki los perdimos cuando ya era de día. Andábamos relocos con el Chaqueño bardeando a todo el mundo; meando en la puerta de los negocios, queriendo pelear. El sexo lo encontramos en el conventillo de Corrientes y Larrea. Cómo terminamos ahí, sabrá dios. Había un par de minas, un trava, gente fumando base; lo de siempre.
Yo lo crucé al Panki un par de veces más: una en la 31 comprando gilada y otra en Hecho en Buenos Aires. El Chaqueño nunca lo mencionó después de ir a hacer la maniobra en lo del Panza. Creo que dos años después de esa vuelta, el viejo Atilio nos dijo que lo habían encontrado muerto adentro de un edifico abandonado por la zona del Abasto. En esa época el chupacabras andaba haciendo estragos por los campos argentinos. En los diarios y en la televisión siempre aparecía una nueva víctima del chupacabras. Era imposible no enterarse. Me acuerdo haber leído la noticia en La razón. Siempre pedía el diario a los que lo luqueaban a cambio de algunas monedas. En esa nota había fotos y descripciones de las mutilaciones del chupacabras. En la calle empezó a correr el rumor de que al Panki lo había matado el Chupacabras, ya que le faltaba parte de la quijada derecha cuando lo encontraron.
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