El descanso me sorprende en
La plazoleta de Arroyo y Suipacha
Me acomodo en unos de los bancos
Para descender al sueño
No sin antes tomar unos tragos
Fernet y fumar porro. Sueño
Con la casa de mi abuela
La veo en una mañana radiante
Barriendo la vereda, atendiendo su almacén
Me llama en guaraní: "¡Popí!
¡Añacocuarapeguaré!"; cuando estoy
Llegando a su encuentro empiezo
A despertar.
Abro los ojos y el sol ya está en lo alto
Reviso la mercadería de mi carro
Que no me hayan rastreado nada
Me acerco a uno plaqueta y descubro
Que estuve durmiendo en la embajada de Israel
Lo que ha quedado de la embajada
Mi memoria me muestra las imágenes de la explosión
El hongo sobre el edificio
La gente desesperada, los heridos, los muertos
Y ahora solo queda esto: una plazoleta y la memoria
Mi vida también es como la plazoleta
El recuerdo y los restos de una
Explosión; quizás por eso nos encontramos
Quizás por eso debo caminar buscando los restos
Restos de mi vida para poder armar
Una nueva vida; una nueva memoria
Pero eso todavía no lo sé
Sé que debo llevar este cartón hasta la 31
Y seguir caminando, juntando
Durmiendo en cada lugar donde
Yo también muero y vuelvo a despertar.
Que largo se ha hecho el camino de vuelta
A casa.
jueves, 31 de agosto de 2017
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