La arquitectura del poema
Y el ritmo del poema
Se maridan
Con la materialidad del poema
Llevando los límites del lenguaje
A tal lugar que Maiakovski
Duda de su condición de poeta
Y hasta del color de su camisa amarilla.
El encuentro de las palabras
La soldadura con acetileno
Entre verso y verso. Las heridas
Cicatrizadas y la sangre corriendo
Con urgencia;
Con la urgencia de las balas
Que atraviesan pasillos oscuros
Y carnes oscuras que corren
Con la urgencia de las balas.
La urgencia desde el útero
La urgencia de esquivarle a la sonda
Como a las balas. La urgencia
De la vida, la calle, el presidio
La locura, la desesperación,
La urgencia de las venas hinchadas,
Infestadas, de la goma que ahorca
El brazo, de la horca que ahorca
La garganta. De la garganta sin voz.
La urgencia de vivir
Sin miedo a la sonda
A las balas
A las gomas que ahorcan brazos
A los brazos infestados
A vivir sin voz.
Me encontré observando desde la ventana
A un pequeño pájaro
Sostenido por un cable. No tenía ninguna
Urgencia por resguardarse de la lluvia.
Me supe encontrar en él
La arquitectura del poema
El ritmo del poema
Y la materialidad del poema.
Creo que ya sé
Como vivir sin urgencias.
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