Mi bajel
Después de fatigar mares y tempestades
Encalló en las afiladas y agrestes rocas
De Cabo Polonio.
Mientras las luz del faro
Cortaba las nubes negras
Cargadas de electricidad y muerte
Yo, con las solapas de mi abrigo en punta
Mis pómulos hinchados
Mi cara llena de cicatrices
Y el viento que desordenaba mi pelo
Me aferré a una vieja roca gris.
Miré hacía las entrañas
De la bestia oceánica milenaria
Devorarse al resto de la tripulación
Como manjar esperado con ansias.
Dejé mi ira al Todopoderoso
Para el amanecer. Para cuando
La tormenta muera
Y pudiéramos arreglar nuestros asuntos.
El canto de las gaviotas me despertó
El faro permanecía en su descanso.
Caminé por la playa pensando
Que si me sacó del mar
No me va a dejar morir en la orilla.
Y este pensamiento
Deja en claro
Que nuestros asuntos
Ya estaban totalmente saldados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario