Laceran mi carne
Antes de la estocada final
Sonrío.
Quizás desperté, Quizás no
Sin embargo los llevo conmigo
4 clavos oxidados
Con perfume de
olivo
Con ellos escribo mis poemas
Son mi confidente
Mi verdadera salvación
Redención
Cuando descanso
Tres los ubico detrás de mi cabeza
Uno lo reservo en mi puño derecho, sobre mi
Pecho
He escrito muchos versos con ellos
También he matado
A veces para defenderme
Otras por
Diversión
Así que espero la llamada
Creo que mi padre me ha abandonado
Mi heridas no dejan de sangrar
Voy divisando una morada para
Descansar
Hasta el día de la fecha el manuscrito conserva una tenue fragancia a olivo.
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