Es el brillo
Sobre la madera de un ataúd
De roble,
Es la mirada sin vida
De un cuerpo inerte
Del cual solo quedan memorias,
Es la caminata
En paz un domingo por la mañana
Por el cementerio,
Es ese día que hablamos por
Última vez.
Yo también soy como Nicanor Parra
No hablo de crepúsculos
Y damas recortadas en el horizonte
Yo hablo de ataúdes, de muerte
De los fideos con manteca de mi abuela
Del puré de papas de mamá
Del fracaso de escribir
Y de la ansiedad que se presenta
En la medianoche.
Es eso
Y un poco más
Lo que llega a derramar
Mi inspiración deprimida
Entre el golpe de la teclas
Y música melancólica.
Un letra nunca alcanza
Una palabra tampoco
2 millones menos.
Luego de escribir 400 poemas
Siento que he arrojado
Una letra mal escrita
Al vasto océano poético;
Pero esa letra mal escrita
A mis 38 años
Es lo que justifica toda mi vida.
jueves, 19 de julio de 2018
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