En mi corbata. El portafolio
Lustrado espera al lado
Del paraguas. La cocina
Deja que desayune mientras
Leo el diario.
Pero antes de ajustar la soga
En mi cuello, vuelvo
A ajustar los nudos de
Mi corbata.
Los zapatos lustrados dirán
Que hice todo, que no dejé
Nada sin hacer y que
Por única vez presté atención
A todos los detalles.
Un cuervo sale del baño
Y salto de la silla.
Pero este detalle no figurará
En la autopsia.
Tampoco el diminuto animal
Mitológico que habita
En mi habitación.
Mucho menos la felicidad
Que experimenté al ir
Quedándome sin aire.
Lo que sí quedará constancia
Es que aseé todo el departamento.
Nadie podrá decir que era
Un depresivo mugriento
Dirán que se afeitó
Y bañó
Y dejó todos sus poemas
Ordenandos.
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