Mi aliento es de fuego
Vivo y habito en una casa de fuego
Me alimento del fuego
Y el fuego me acobijó
En el vientre de mi madre.
La sudestada todo lo devora
Los niños huyen con su padres
Un eclipse confunde
El día y la noche
El sueño y la vigilia
Mis versos de fuego
Que evaporan las turbulentas
Aguas de este mar feroz
Que no se rinde ante nada.
La sudestada gana
Sobre mí
Todas mis lenguas de fuego
Son apagadas,
Devoradas por el agua
Y en vez de morir
Me devuelven al vientre materno.
Ahora:
Mis sábanas son de agua
Mi aliento es de agua
Vivo y habito en una casa de agua
Me alimento del agua
Y el agua me acobija
En el vientre de mi madre.
Ayer habité la ferocidad del fuego
Hoy habito la ferocidad del agua.
Pronto
Seguramente
Habitaré la ferocidad de la tierra
Y también la ferocidad del aire.
Y cuando haya agotado todos
Esos habitares
Y esas ferocidades
Al fin
Podré habitar
La ferocidad de la poesía.
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