jueves, 14 de febrero de 2019

El árido paisaje de la muerte

Las emanaciones viscosas

De una ciudad que pierde sus formas

Frente a sus ojos:



Y sus ojos se enrojecen

Sus pupilas se dilatan

La carne se hace lánguida

Con cada pinchazo

En el asiento trasero

De un Fiat 600.



El h.i.v recorre

Su torrente sanguíneo

Los resentimientos

Lo alimentan día a día

Y la cocaína con ketalar

Le hace más fácil al virus

Deteriorar el sistema

Inmunológico.



Nadie lo sabe

Pero cuando rompe

Los vidrios de las fititos

Y se introduce

Para calentar la cuchara

Preparar el torniquete

Y taladrar la única vena

Que le queda sana, es solo

Para revivir el recuerdo

Más feliz de su infancia;

Paseando con padre

En un fiat 600 nuevo

Su madre de acompañante

Y él y su hermana

En el asiento trasero jugando

Y maravillándose con los lugares

Que visitaban:

La costanera

El zoológico

El jardín botánico

La casa del tío Efraín en el campo

La angustia de volver los domingos

En la tarde.



La luna rueda sobre él

Y el fitito de vidrios rotos.



Sus delirios son nítidos

Efervescentes:

La ciudad sigue perdiendo

Sus formas en las emanaciones viscosas

Que la aguja-muerte le presenta:

Esta parca no tiene una hoz

Lleva una aguja descartable

Y él está enamorado de ella.



Luego de los delirios felices

Su consciencia (como siempre)

Lo lleva hacia el dolor, la tortura.

Siente en su interior al virus recorrerlo

Creciendo y buscando la enfermedad

Que lo terminará consumiendo.



Vuelve a calentar la cuchara

Y mientras realiza el trámite

Recuerda a quien le contagió

El bicho.



El veneno burbujea en la cuchara

(Recoje el 22 de abajo de una

Puesto de diarios)

Succiona el veneno con la aguja

(Tiene el 22 en la cintura)

El torniquete delata la vena

(Abre la puerta del bar y camina

Hacia la mesa)

La aguja está adentro

La sangre se mezcla con el veneno

(Llega hasta su mesa

Le apoya el 22 en la rodilla, gatilla

Y no escucha el grito y los gritos

Ni ve la sangre infestada

Que sale de la rodilla destruida)

El veneno está nuevamente en el

Torrente sanguíneo;

La luna sigue rodando sobre él

Y el fitito de vidrios rotos.

Y él sonríe

Porque está paseando

Con su padre, su madre

Juega con su hermana.



La luna todavía sigue girando sobre él.












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