miércoles, 31 de octubre de 2018

Un simulacro de poeta

Pretende tomar la lapicera

E  impregnar con su respiración

Al lenguaje que va abriendo

Surcos sobre la hoja.



Su mirada busca palabras

En vano;

Ahí afuera el lenguaje

No existe.



Las cosas no tienen nombre

No se autodefinen:

Pero sabe de astucias

Algo puede tramar.



(Se sabe dentro del lenguaje

Afuera nada se sabe)



Trata de replicar

(Desde el interior

Del lenguaje)

La tarde agradable

El perro que vigila en el portón

El fuego en el horno de barro

El calor concentrándose

En las paredes

La masa que leuda y la siesta

Que hacen los gatos por la casa.



La astucia parece funcionar

(Dentro del lenguaje)

Lo sabrán apreciar

Los que posean lenguaje

(El resto no)



Y a todas esas cosas

Que el lenguaje nombra,

Los que utilizamos el lenguaje

Quedamos dopados al

Ir cubriendo con sonidos guturales

El vacío y absurdo de la existencia.







La noche teñida de estrellas

Y ladridos de perros

Se funde con el pasto del patio.



Intuye un sentimiento

Intuye una palabra

Intuye un sonido gutural

Y cuando quiere pensarlo

Para enunciarlo

El perro del vecino aulla

A la luna cansina.



Prefiere esa palabra

Ese sonido gutural

Para definir su sentimiento;

El perro del vecino

También es poeta.










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