Hoy llegaron las
moscas verdes
A decretar el
final de la vida de mi perro.
A la mañana
caminé
Los pasillos de
una escuela secundaria:
Ya no estoy
resentido
Con la maestra de
segundo grado
Que me humilló
Adelante de
todos.
Hace días que
tanteo un poema
Que se resiste a
ser escrito.
Un hornero canta
Tiene su nido
Al lado del
tanque de agua
De mi vecino.
Entre todas estas
cosas sueltas
Intuyo que hay
algo que las une.
Me decido a
escribir
Y mi pulso
detiene la pluma.
Sé perfectamente
Que la aduana del
lenguaje
No va a dejar
Que estas
experiencias
Pasen en su
totalidad a la escritura.
Pero tengo experiencia
En el tráfico, en
romper leyes y reglas
( Rompí un par de
reglas en el pasado)
Lo llevo en la
sangre
Mi abuela era
contrabandista
Y mi bisabuelo
anarquista.
La aduana del
lenguaje
No se rescata
Y paso todo,
limpito
Y de máxima
pureza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario