lunes, 11 de junio de 2018

Camino calle abajo
Adoquines y luz mortecina
Me acompañan de la mano.

El ángel de la muerte
Espera en la esquina 
Mis manos sudorosas 
No pueden esperar 
Para recibir el antídoto 
Para mi mal.

Una
Dos
Mil gotas amargas.
El veneno más caro
De la humanidad 
Para el Mal más grande 
De la humanidad
Que se vende en la esquina 
Más obscura del planeta
Por los ángeles de la muerte
Mejores pagos del mundo.

Yerré por los valles de la muerte
Yerré por los valles 
De mi propio cuerpo muerto
Caminé perdido y sin habla
Por el efecto narcótico 
De las gotas amargas;
No sé si lo que no te mata 
Te hace más fuerte:
Sé que lo que no te mata 
Te hace poeta.





No hay comentarios.:

Amor de nadie

“Pero a los ciegos no les gustan los sordos Y un corazón no se endurece porque sí” La hija del fletero, Patricio Rey         La ...