Adoquines y luz mortecina
Me acompañan de la mano.
El ángel de la muerte
Espera en la esquina
Mis manos sudorosas
No pueden esperar
Para recibir el antídoto
Para mi mal.
Una
Dos
Mil gotas amargas.
El veneno más caro
De la humanidad
Para el Mal más grande
De la humanidad
Que se vende en la esquina
Más obscura del planeta
Por los ángeles de la muerte
Mejores pagos del mundo.
Yerré por los valles de la muerte
Yerré por los valles
De mi propio cuerpo muerto
Caminé perdido y sin habla
Por el efecto narcótico
De las gotas amargas;
No sé si lo que no te mata
Te hace más fuerte:
Sé que lo que no te mata
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