lunes, 7 de enero de 2019

Caigo en el espiral
De una conciencia 
Saturada en información 
Que ha estado oculta 
Por varias generaciones.

Primero es un niño
Con una rosa en su mano;
Luego los valles de sangre
Trasparente 
Y los mil rostros 
Con los mil nombres
Que alguna vez tuve.

El sueño y la vigilia 
La fantasía y la realidad
El origen de mis resentimientos 
El deseo profundo de autodestrucción
La primera ve que conocí el amor
La primera vez que la muerte se enamoró 
De mí: de niño visita tumbas 
Y nichos, encontré un nicho sin puerta
Y de su interior
La osamenta tomé.

Ahora hago el camino inverso
En ese espiral.

Ya conozco los valles de sangre
Y de fuego
Y sé que siempre volveré
Al niño
A la rosa en su mano
A esa pequeña gota de rocío
Que se arrastra por su delicado pétalo.

La piel de las palabras
Golpea a mi puerta, y a pesar
De estar cansado las atiendo.
Me invitan a la plaza a jugar
Me toman de la mano
Y me resisto, pero igual
Me llevan con ellas.

La plaza es conocida por mí,
Se llama "Mi conciencia".
Ellas, las palabras
Me animan  desde lo alto del
Tobogán espiralado.

Me dejo llevar por ellas;
Por el tobogán: ya conozco
El viaje de ida y de vuelta.

La piel de las palabras
También es mi piel.


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