viernes, 19 de mayo de 2017

Feliz por error

Y ahora lo sé

Siempre fui feliz por error.

Lo leí en un poema que

Estaba en la calle

Y no me importa parafrasearlo o

Plagiarlo

Porque la poesía no es de nadie.

No me importa apropiarme

De los versos de otros

Y que los otros se apropien

De mis versos (si es que son válidos).

No me importa que me inicien acciones legales

María Kodama o los herederos de Bolaño

Los de Kafka o los de Faulkner

Que me embarguen o me exilien de la poesía

(Ya una vez Platón me exilió de su Republica)

Porque la poesía no se embarga

Y el exilio alimenta a la poesía.

Así que me hacen un favor si me embargan

Me hacen un favor si me desprestigian

Y  me calumnian

Me hacen un favor si me disparan por cada verso robado

Porque los versos sobrevivirán

No así mi carne, pero sí mi nombre.

Así que vayan preparando su demandas

Sus embargos

Sus desprestigios

Y sus calumnias

Y a sus abogados especialmente.

Vayan preparando la plata

Que les voy a ganar;

Porque la poesía no es de nadie.







      Escribo esto después de haber estado enojado. Hoy, al ir a la universidad a cursar una de las tantas materias del plan de estudios de Letras, justo unos  metros antes de llegar al edificio de Humanidades, noté que la rueda delantera de mi bicicleta estaba pinchada. Confirmé mi sospecha. La de que los trabajadores municipales que cortan el pasto en las bicisendas, en vez de prestar un servicio, lo único que hacen es acarrearte más problemas.Porque al cortar el pasto levantan todas las rosetas sobre la senda de las bicicletas. Porque nadie se da cuenta de que deberían barrer la senda luego de cortar el pasto para que las bicicletas no se pinchen. Pero bueno, ese fue mi problema a la tarde. Volví a casa caminando. La mitad del camino lo atravesé enojado, luego me olvidé. Luego, al llegar a casa, vi la noticia y agradecí a la roseta que me desvió de la rutina cuando me enteré de la bomba que estalló en el edificio de Humanidades. Dios bendiga a dios por haber creado a las rosetas y a los inútiles que no barren la bicisenda después de cortar el pasto.



Diarios del Poeta










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