Sobre el empedrado de San Telmo
El auto se mueve.
El Carlitos se acerca
A cobrar el servicio
Del cuidado al automotor.
La mano sale y deja un billete
Sobre su mano.
Él lo guarda
Y sabe que le falta poco
Para ir al conventillo.
Otro auto llega
Otro servicio se ofrece.
Se da cuenta que no se lavó la cara
La noche dura ha dejado sus secuelas.
En la esquina un charco
Con agua y aceite
En el charco sus manos
En su cara sus manos
Con agua con aceite
Que limpia su cara.
El día ya es día.
El charco agitado
De moléculas de agua y aceite
Y los rayos solares
Que se refractan en su superficie
Formando chispas tornasoladas
Que se elevan por el empedrado
Mientras el Carlitos
Va a cobrar otro servicio
Y yo creo que todo esto
Es lo más hermoso del
mundo
Mientras cae la saliva de mi boca.
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