Para abrirla
Y dejar que entre aire fresco
Y luz diáfana invernal.
Todavía no me acostumbro
A moverme sin cadenas.
Todavía siento
El pico del águila
Que por muchos años
Llegaba en la mañana
Entraba por la ventana
Y me comía el hígado.
“Pero a los ciegos no les gustan los sordos Y un corazón no se endurece porque sí” La hija del fletero, Patricio Rey La ...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario