Todavía recuerdo la poesía del 2001
Fogatas en todas las esquinas
Patrulleros yendo y viniendo
Cobanis con medio cuerpo afuera
Escopetas listas para disparar.
Ahora escribo para recordar esta poesía;
La de los loros que inundan
El barrio universitario
Por cables, techos y postes de luz
En un desgastado invierno
En una tarde que muere en nubes
Violetas y anaranjadas.
¿Dónde estoy?
¿Dónde estabas?
¿Dónde estábamos?
Cuando mataron al Padre Mugica
Cuando nací entre picanas y balas de fal
Cuando desapareció la doctora Giubileo,
Cuando desapareció Sivak
Cuando mataron a José Luis Cabezas
Cuando el mundo no era dialéctico
Cuando éramos la alpargata
Del patrón brasilero en Ascasubi;
Cuando tirábamos el carro con cartón
Cuando usurpamos los terrenos más caros
De la Argentina con el Chaqueño;
Cuando tocábamos pianito en Comodoro Py
Por averiguación de antecedentes;
Cuando mis amigos morían por sobredosis
Cuando los mataba la policía
Cuando volví a casa
Cuando empecé a despertar
Cuando mamá enfermó
Dónde estábamos cuando
Sentí el dolor más grande mi vida
Y no necesité ningún tipo de anestesia.
Dónde estábamos esta mañana
Dónde estaremos la mañana del mañana.
Los loros conversan
En lenguaje de loros sobre un poste de luz.
Ya declarado muerto el día
La farola se enciende. La luz ilumina una pared
Abarrotada de grafitis. El nombre
Del nuevo desparecido en democracia
Tiene luz propia. Y la pregunta oscura
Que tanto le duela a la democracia:
¿Dónde está?
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