Sigo encadenando las palabras
Como esa hilera de eucaliptus
Que sonríe cada vez que llueve en mi alma
Y no quiero quitarla ya más nada
A este artificio llamado lenguaje
Que se va encadenando a otros artificios
Y a otros artificios
Y a otros.
Mi primer eslabón me lo brindó mi madre
El último está en mi epitafio.
Moriré encadenado al lenguaje.
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