miércoles, 26 de junio de 2019

Apostillas


La apostilla que busca Watanabe

En esas Banderas detrás de la niebla,



Será


La misma apostilla

Que susurra esta noche

Entre casas de barro y


Ventanas de aluminio,



En esta imaginación

Esquizoide que lo único

Que ve es poecía

En esta realidad absurda y estéril,



Será este poema

Otra apostilla sobre otra apostilla

De esas que no dice nada

O que inician una tesis doctoral.



La apostilla que busco

Puede que sea una pequeña nota

Al pie o al margen

De la literatura universal.



La apostilla que busco

Puede parecerse

A las arrugas de mi abuela

Al tabaco negro que masticaba.



Si



Puede parecerse a eso

Y quizás, con un poco más de paciencia

E inteligencia

Algún día pueda definirla bien.



El cielo abarrotado descarga

Su furia sobre una estancia.

Un paseo por una playa

Me dice algo sobre la belleza:

Dejo un espacio vacío

Para terminar el poema mañana

(







                                                   ).



Fin










































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































Apostillas

La apostilla que busca Watanabe
En esas Banderas detrás de la niebla,

Será
La misma apostilla
Que susurra esta noche
Entre casas de barro y
Ventanas de aluminio,

En esta imaginación
Esquizoide que lo único
Que ve es poecía
En esta realidad absurda y estéril,

Será este poema
Otra apostilla sobre otra apostilla
De esas que no dice nada
O que inician una tesis doctoral.

La apostilla que busco
Puede que sea una pequeña nota
Al pie o al margen
De la literatura universal.

La apostilla que busco
Puede parecerse
A las arrugas de mi abuela
Al tabaco negro que masticaba.

Si

Puede parecerse a eso
Y quizás, con un poco más de paciencia
E inteligencia
Algún día pueda definirla bien.

El cielo abarrotado descarga
Su furia sobre una estancia.
Un paseo por una playa
Me dice algo sobre la belleza:
Dejo un espacio vacío
Para terminar el poema mañana
(



                                                   ).

Fin























































































































































































































































































































































































































































































































































































































miércoles, 19 de junio de 2019

Self Control


"Así comienza la noche del alma"


San Juan de la Cruz, Patrono de los poetas en lengua española











   El puesto 5 se lo doy a Laura Branigan con Self Control. Todavía no estoy seguro de que esta canción haya sonado en mis cumpleaños. De los que sí podría apostar lo que no tengo es que Funkytown de Lipps Inc. sonó en todos los cumpleaños que me festejaron en la casa de mi abuela hasta los 7 años. El combinado Wincofón, la púa, el ruido a fritura el comedor que parecía un jardín de infantes. Pero Self Control no lo puedo ubicar en ese comedor lleno de globos y bolsitas con caramelos y la piñata que todos esperaban para reventarla. Sé que el primer cassette que me compró mi mamá fue Thriller de Michael Jackson. Hay un montón de música de los 80´s que, por lo menos yo, empecé a descubrir gracias a Youtube. Mucha música (la mayoría) al escucharla la reconocía de esa época pero no podía corresponderle un nombre. Como esos actores secundarios de Hollywood que uno los reconoce pero si nos preguntan el nombre no sabemos como se llaman. Alphaville, Men at Work, Toto, y tantos más los pude identificar 30 años después. 


   Self Control durante los 90´s fue, y creo que sigue siendo, una canción de radio o para pasar el rato en cualquier lugar: nunca falló y nunca lo hará. El ritmo es pegadizo, la guitarras cancheras, la voz de Laura es insuperable, seductora. Laura Branigan es mi amor platónico. Pero lo que me interesa mas que nada, luego de escucharla por más de 30 años, es la letra, el mensaje.





Oh la noche, es mi mundo 

Luces de la ciudad, chicas pintadas, 

En el día, nada importa 

El tiempo de la noche es adulador.



   La noche es el mundo de los que viven la vida al revés. Los que no saben para que están. Los que vinieron al mundo a romperle las pelotas a sus padres y a la sociedad en su conjunto. Los que nacieron por el culo. Los que no se comen ni la punta. Los que descubrieron a temprana edad que algo anda mal en este mundo calamitoso. Los que prefieren vivir sobrestimulados con cualquier porquería que ayude a sobrevivir un día más a la tortura existencial de esta realidad diseñada solamente para la muerte. La noche: todos adulamos a la noche por que ella nos adula y es la mejor amante; aunque a veces se vaya a revolcar con otros y vuelva a dejarnos algo de su miseria. Cómo no escribirle a la noche, aún cuando ya no están los estimulantes y se sepa que al final del camino la parca nos espera. Por más resistencia y antidepresivos que se ingesten, esa es la única verdad. 



En la noche, no hay control 

Algo traspasa las paredes 

Vestida de blanco, mientras caminas 

Calle abajo, de mi alma.



   Aquí no hay novedad para los inconformistas y anárquicos espirituales. Todos sabemos que no existe una realidad única. La realidad es un estado de conciencia, una vibración molecular de baja intensidad; y cuando más se estimula más inestable se vuelve y menos comunicable y menos confiable. Tampoco hay novedad en decir que la letra es una apología a los estimulantes, y en especial al polvo blanco que corroe el tabique nasal. Fantasmas proyectados en las paredes, destellos, gente corriendo de un lado a otro, voces, murmullos, sensación de caer en el vacío al caminar, taquicardia, arritmia, sequedad: la sensación inminente de muerte es la calle abajo del alma. 



Te has llevado, te has llevado mi auto-control 

Me tienes viviendo solo para la noche 

Antes de que llegue la mañana la historia ya se contó 

Te has llevado, te has llevado mi auto-control.



   Recuerdo mis primeras borracheras. Los campeonatos de fondo blanco, vomitar, la resaca y saber que cruzar límite tras límite me hacía sentir vivo. Empezaba la carrera. La muerte era una metáfora que en poco tiempo se carnalizó. Y es así como dice este párrafo.¡Adiós autocontrol!¿Qué es eso? Solo quiero vivir para la noche, la noche perpetua, dura, agónica. Darle mi vida, mi tiempo y el poco dinero para vivir en la noche y sin control. Deambulando o encerrado con otros fantasmas o solo en un cama masturbándome hasta acalambrar todo mi antebrazo. Una vez no aguanté la manija de fumar porro y me levanté de la cama sucia en donde dormía. Caminé desde Quilmes hasta Temperley juntando botellas de plástico en bolsas de basura. Llegué a Temperley a las 7 de la mañana con 8 bolsas llenas de botellas. Me tomé el tren rumbo a Varela. Bajé en el kilómetro 26 y fui hasta al depósito. El chatarrarero me rebotó las botellas de aceite. El plástico de las botellas de aceite no se compra. Yo no lo sabía y me fui del depósito con 7 pesos. Volví a  las vías y al tren y fui derecho hasta Hipólito Yrigoye. Bajé y caminé todo derechito por Iriarte hastas llegar a La 21. Me metí en el pasillo en donde está la capilla de la virgen de Caacupé. Hice los 30 metros hasta el portón de la Carina y conseguí mi recompensa de 5 pesos. Una deliciosa piedra de porro paraguayo cortado directamente del ladrillote. Crucé la canchita, salí de la villa fumando una porro volviendo para Irigoyen para tomar el tren y volver al barrio. ¿Hubo autocontrol? En ningún momento. "Te has llevado mi autocontrol."



Otra noche, otro día que se pasa 

Yo nunca dejo de preguntarme por qué 

Ayudaste a que olvidara mi papel 

Te has llevado, te has llevado mi auto-control.



   La clave acá es el por qué. Las noches pasan, los días a veces es mejor ni asomarse. Y en esta carrera alocada van pasando los días con sus noches  y los años. Tengo 29 años. Estoy sentado en el patio de la casa de mi vieja. Mi organismo se está desintoxicando. La primeras heladas ya están asomando. Mi vieja abre la puerta de la cocina y me grita:"¡Nene!, ¿Qué haces ahí?, vení para  adentro que hace frío. Mi espíritu está despertando y se pregunta qué hago acá, si yo había jurado que nunca iba a volver con mi vieja. Cómo pasaron tantos años. Qué hice en estos años. La noche se había llevado mi autocontrol.



Noche, vivo entre las criaturas de la noche 

No tengo la voluntad de intentar y luchar 

Contra un nuevo mañana 

Por lo tanto creo que me convenceré 

Que el mañana nunca viene.



    Que importa ahora contar sobre las criaturas de la noche (Creatures of the night: gran disco de Kiss y de su época dorada). Si eran reales o imaginarias o si yo soy real o imaginario. Después de todo sigo siendo una criatura de la noche. Pero a diferencia de la vieja criatura ahora hay voluntad para luchar contra ese fantasma de máscara blanca que se le aparece en el video a Laura. Que la busca y ella también lo busca, pero solo con el fin de tomar su voluntad dejándola sin fuerzas para abandonar la idea de que pueda llegar un mañana. No olvidemos que acá la onda es la noche. Y en esas noche yo también buscaba desesperado a este caballero de máscara blanca. Hoy el caballero cumple otra función en mi vida y tengo la certeza de que hay un mañana. 



Una noche segura, estoy viviendo en el bosque de mi sueño

Sé que la noche no es lo que parece

Debo creer en algo, así que me haré creer 

Que esta noche nunca se irá.



  Debo creer en algo. La noche del alma tiene otro comienzo. La noche de los sentidos, de los apegos. Dejar de lado lo que sé hasta ahora. Renunciar a lo que poseo. Dejar todo atrás para no cansarme tanto en esta nueva subida al Monte Carmelo. Dejar de tenerle miedo a la noche para que ese río de paz me libre de mis incertidumbres. 

  Mis noches son seguras. Estoy viviendo plenamente en el bosque de mis sueños. Estoy purgando los sueños de todas las noches de mi vida desde que mi conciencia empezó a formarse en el útero. Las noches las atravieso entre mares de visiones anacrónicas, lisérgicas que mi cerebro produce de manera natural. Me siento, según Deleuze, un vigilámbulo: un sonámbulo que se pasea en estado de vigilia afectado por un exceso de presencia, en un estado intersticial entre el sueño y la vigilia, entre la vida y la muerte. 

   Las noches que me queden la travesaré soñando

Escribiendo 

Leyendo

Orinando contra el viento 

Como lo hacen los verdaderos poetas.

Poniéndole nombre a cada fantasma 

Y dejándome ser el fantasma de otro

Poeta que también esté atravesando

La Noche de los Sentidos.





    Hay viento en esta noche de frío bahiense. La moléculas en esta realidad están vibrando un poco más que durante el día. La poesía se alimenta de estas vibraciones y hace que este pequeño mundo sea suficiente. Sigo escuchando la voz de Laura. Comencé escribiendo con control y volví a perder el autocontrol. Perdoname Laura, ya voy a aprender. No sé si estoy despierto o soñando. No sé si estoy vivo o muerto.












Self Control

"Así comienza la noche del alma"
San Juan de la Cruz, Patrono de los poetas en lengua española



   El puesto 5 se lo doy a Laura Branigan con Self Control. Todavía no estoy seguro de que esta canción haya sonado en mis cumpleaños. De los que sí podría apostar lo que no tengo es que Funkytown de Lipps Inc. sonó en todos los cumpleaños que me festejaron en la casa de mi abuela hasta los 7 años. El combinado Wincofón, la púa, el ruido a fritura el comedor que parecía un jardín de infantes. Pero Self Control no lo puedo ubicar en ese comedor lleno de globos y bolsitas con caramelos y la piñata que todos esperaban para reventarla. Sé que el primer cassette que me compró mi mamá fue Thriller de Michael Jackson. Hay un montón de música de los 80´s que, por lo menos yo, empecé a descubrir gracias a Youtube. Mucha música (la mayoría) al escucharla la reconocía de esa época pero no podía corresponderle un nombre. Como esos actores secundarios de Hollywood que uno los reconoce pero si nos preguntan el nombre no sabemos como se llaman. Alphaville, Men at Work, Toto, y tantos más los pude identificar 30 años después. 
   Self Control durante los 90´s fue, y creo que sigue siendo, una canción de radio o para pasar el rato en cualquier lugar: nunca falló y nunca lo hará. El ritmo es pegadizo, la guitarras cancheras, la voz de Laura es insuperable, seductora. Laura Branigan es mi amor platónico. Pero lo que me interesa mas que nada, luego de escucharla por más de 30 años, es la letra, el mensaje.

Oh la noche, es mi mundo 
Luces de la ciudad, chicas pintadas, 
En el día, nada importa 
El tiempo de la noche es adulador.

   La noche es el mundo de los que viven la vida al revés. Los que no saben para que están. Los que vinieron al mundo a romperle las pelotas a sus padres y a la sociedad en su conjunto. Los que nacieron por el culo. Los que no se comen ni la punta. Los que descubrieron a temprana edad que algo anda mal en este mundo calamitoso. Los que prefieren vivir sobrestimulados con cualquier porquería que ayude a sobrevivir un día más a la tortura existencial de esta realidad diseñada solamente para la muerte. La noche: todos adulamos a la noche por que ella nos adula y es la mejor amante; aunque a veces se vaya a revolcar con otros y vuelva a dejarnos algo de su miseria. Cómo no escribirle a la noche, aún cuando ya no están los estimulantes y se sepa que al final del camino la parca nos espera. Por más resistencia y antidepresivos que se ingesten, esa es la única verdad. 

En la noche, no hay control 
Algo traspasa las paredes 
Vestida de blanco, mientras caminas 
Calle abajo, de mi alma.

   Aquí no hay novedad para los inconformistas y anárquicos espirituales. Todos sabemos que no existe una realidad única. La realidad es un estado de conciencia, una vibración molecular de baja intensidad; y cuando más se estimula más inestable se vuelve y menos comunicable y menos confiable. Tampoco hay novedad en decir que la letra es una apología a los estimulantes, y en especial al polvo blanco que corroe el tabique nasal. Fantasmas proyectados en las paredes, destellos, gente corriendo de un lado a otro, voces, murmullos, sensación de caer en el vacío al caminar, taquicardia, arritmia, sequedad: la sensación inminente de muerte es la calle abajo del alma. 

Te has llevado, te has llevado mi auto-control 
Me tienes viviendo solo para la noche 
Antes de que llegue la mañana la historia ya se contó 
Te has llevado, te has llevado mi auto-control.

   Recuerdo mis primeras borracheras. Los campeonatos de fondo blanco, vomitar, la resaca y saber que cruzar límite tras límite me hacía sentir vivo. Empezaba la carrera. La muerte era una metáfora que en poco tiempo se carnalizó. Y es así como dice este párrafo.¡Adiós autocontrol!¿Qué es eso? Solo quiero vivir para la noche, la noche perpetua, dura, agónica. Darle mi vida, mi tiempo y el poco dinero para vivir en la noche y sin control. Deambulando o encerrado con otros fantasmas o solo en un cama masturbándome hasta acalambrar todo mi antebrazo. Una vez no aguanté la manija de fumar porro y me levanté de la cama sucia en donde dormía. Caminé desde Quilmes hasta Temperley juntando botellas de plástico en bolsas de basura. Llegué a Temperley a las 7 de la mañana con 8 bolsas llenas de botellas. Me tomé el tren rumbo a Varela. Bajé en el kilómetro 26 y fui hasta al depósito. El chatarrarero me rebotó las botellas de aceite. El plástico de las botellas de aceite no se compra. Yo no lo sabía y me fui del depósito con 7 pesos. Volví a  las vías y al tren y fui derecho hasta Hipólito Yrigoye. Bajé y caminé todo derechito por Iriarte hastas llegar a La 21. Me metí en el pasillo en donde está la capilla de la virgen de Caacupé. Hice los 30 metros hasta el portón de la Carina y conseguí mi recompensa de 5 pesos. Una deliciosa piedra de porro paraguayo cortado directamente del ladrillote. Crucé la canchita, salí de la villa fumando una porro volviendo para Irigoyen para tomar el tren y volver al barrio. ¿Hubo autocontrol? En ningún momento. "Te has llevado mi autocontrol."

Otra noche, otro día que se pasa 
Yo nunca dejo de preguntarme por qué 
Ayudaste a que olvidara mi papel 
Te has llevado, te has llevado mi auto-control.

   La clave acá es el por qué. Las noches pasan, los días a veces es mejor ni asomarse. Y en esta carrera alocada van pasando los días con sus noches  y los años. Tengo 29 años. Estoy sentado en el patio de la casa de mi vieja. Mi organismo se está desintoxicando. La primeras heladas ya están asomando. Mi vieja abre la puerta de la cocina y me grita:"¡Nene!, ¿Qué haces ahí?, vení para  adentro que hace frío. Mi espíritu está despertando y se pregunta qué hago acá, si yo había jurado que nunca iba a volver con mi vieja. Cómo pasaron tantos años. Qué hice en estos años. La noche se había llevado mi autocontrol.

Noche, vivo entre las criaturas de la noche 
No tengo la voluntad de intentar y luchar 
Contra un nuevo mañana 
Por lo tanto creo que me convenceré 
Que el mañana nunca viene.

    Que importa ahora contar sobre las criaturas de la noche (Creatures of the night: gran disco de Kiss y de su época dorada). Si eran reales o imaginarias o si yo soy real o imaginario. Después de todo sigo siendo una criatura de la noche. Pero a diferencia de la vieja criatura ahora hay voluntad para luchar contra ese fantasma de máscara blanca que se le aparece en el video a Laura. Que la busca y ella también lo busca, pero solo con el fin de tomar su voluntad dejándola sin fuerzas para abandonar la idea de que pueda llegar un mañana. No olvidemos que acá la onda es la noche. Y en esas noche yo también buscaba desesperado a este caballero de máscara blanca. Hoy el caballero cumple otra función en mi vida y tengo la certeza de que hay un mañana. 

Una noche segura, estoy viviendo en el bosque de mi sueño
Sé que la noche no es lo que parece
Debo creer en algo, así que me haré creer 
Que esta noche nunca se irá.

  Debo creer en algo. La noche del alma tiene otro comienzo. La noche de los sentidos, de los apegos. Dejar de lado lo que sé hasta ahora. Renunciar a lo que poseo. Dejar todo atrás para no cansarme tanto en esta nueva subida al Monte Carmelo. Dejar de tenerle miedo a la noche para que ese río de paz me libre de mis incertidumbres. 
  Mis noches son seguras. Estoy viviendo plenamente en el bosque de mis sueños. Estoy purgando los sueños de todas las noches de mi vida desde que mi conciencia empezó a formarse en el útero. Las noches las atravieso entre mares de visiones anacrónicas, lisérgicas que mi cerebro produce de manera natural. Me siento, según Deleuze, un vigilámbulo: un sonámbulo que se pasea en estado de vigilia afectado por un exceso de presencia, en un estado intersticial entre el sueño y la vigilia, entre la vida y la muerte. 
   Las noches que me queden la travesaré soñando
Escribiendo 
Leyendo
Orinando contra el viento 
Como lo hacen los verdaderos poetas.
Poniéndole nombre a cada fantasma 
Y dejándome ser el fantasma de otro
Poeta que también esté atravesando
La Noche de los Sentidos.


    Hay viento en esta noche de frío bahiense. La moléculas en esta realidad están vibrando un poco más que durante el día. La poesía se alimenta de estas vibraciones y hace que este pequeño mundo sea suficiente. Sigo escuchando la voz de Laura. Comencé escribiendo con control y volví a perder el autocontrol. Perdoname Laura, ya voy a aprender. No sé si estoy despierto o soñando. No sé si estoy vivo o muerto.





Punto de fuga



"La realidad es una vibración molecular


de baja intensidad"


Alejandro Schmidt





Busco un punto de fuga
Entre estas líneas difusas
Que la Realidad me muestra.


Busco en el cemento y el cielo 
En los árboles
Entre los autos y colectivos que pasan
Violando el límite
De velocidad máxima;
Llevando gente
A trabajar
A lugares
Y a familias:
A esos lugares que nadie
Quiere ir ni estar.





Busco un punto de fuga

Un poema;

Un poema que haga vibrar

Con mucha intensidad

A las moléculas

De esta Realidad.



Encuentro al punto de fuga

Y con él al poema.


La Realidad ya ha empezado

A vibrar con más intensidad.










Punto de fuga

"La realidad es una vibración molecular
de baja intensidad"
Alejandro Schmidt


Busco un punto de fuga
Entre estas líneas difusas
Que la Realidad me muestra.
Busco en el cemento y el cielo 
En los árboles
Entre los autos y colectivos que pasan
Violando el límite
De velocidad máxima;
Llevando gente
A trabajar
A lugares
Y a familias:
A esos lugares que nadie
Quiere ir ni estar.

Busco un punto de fuga
Un poema;
Un poema que haga vibrar
Con mucha intensidad
A las moléculas
De esta Realidad.
Encuentro al punto de fuga
Y con él al poema.
La Realidad ya ha empezado
A vibrar con más intensidad.



martes, 4 de junio de 2019

Miles de ojos caminan por esta

Superficie.



Y sé que son miles

Sé que son más de uno

Porque al cerrar mis ojos

Tengo la certeza.



Como aquella vez

Que descubrí el llanto agónico

Del río antes de llegar al mar.



Y el del mar antes de  llegar al océano.



Y en un embiste de la acalorada Tempestad

Deje que mi corazón se desangre

Y que tiña la totalidad de las

Aguas de este planeta

Y del otro

Y del otro

Y del otro

Y de los que no tienen nombre.



Fue un trabajo fatigoso

Ya que cada vez disponía de menos sangre

Y los planetas

Los planetas eran asediados

Por miles de ojos caminando

Por la superficie.



En un amanecer con lluvias boreales

Volví a replantearme

El por qué siempre tengo

La certeza de ver más de un par de ojos

Y más de mil.



Y más en los planetas en

Los que no existen las matemáticas.



Regresé de noche

Cuando todos los ojos dormían

Yo también necesito descansar

Más de una vez

Más de mil veces.














































































































































Una navidad diferente

  “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti” Friedrich Nietzsche        Pasó por la puerta principa...