lunes, 27 de julio de 2020

Funeral político

Todo funeral es político
Dicen las balas de los pibes de Villegas
Que desgarran el cielo
Sobre el cementerio
Mientras despiden al amigo
Que reclama justicia.
La muerte es un Derecho
El derecho al cuerpo es un Derecho.
Si lo sabrán los cuerpos que aún
Reclaman justicia desde las fosas.
Príamo cruza las lineas aqueas
Para reclamar el cuerpo de Héctor.
El cielo de Troya se desgarró
Con las lenguas de fuego
Que emanó su cuerpo; la justicia
Llegó después décimo día.
Dicen que el Turco García
Se peinó una línea de merca
Sobre el cadáver del padre
En el funeral. Esperó a que la gilada
Haciera efecto y le gritó:
"¡Por tu culpa gordo de mierda!"
El resentimiento también es un Derecho.
Mamá no pudo ser llevada a las cenizas
Era su voluntad. El pasado que nunca pasa
Se hizo presente y le recordó
Que la decisión de su cuerpo
Todavía era Derecho del marido
Que nunca amó. Le habían quitado su Derecho
Y me negaron mi derecho sobre su cuerpo.
Que estas letras de fuego desgarren el cielo
Que también es un Derecho.
No tiré balas en tu funeral
No crucé líneas aqueas
Ni me metí un línea en la nariz
Esa mañana. Pensé un poema
Que también es un cuerpo
Y a ese cuerpo los dos tenemos Derecho.


Funeral político

Todo funeral es político
Dicen las balas de los pibes de Villegas
Que desgarran el cielo
Sobre el cementerio
Mientras despiden al amigo
Que reclama justicia.
La muerte es un Derecho
El derecho al cuerpo es un Derecho.
Si lo sabrán los cuerpos que aún
Reclaman justicia desde las fosas.
Príamo cruza las lineas aqueas
Para reclamar el cuerpo de Héctor.
El cielo de Troya se desgarró
Con las lenguas de fuego
Que emanó su cuerpo; la justicia
Llegó después décimo día.
Dicen que el Turco García
Se peinó una línea de merca
Sobre el cadáver del padre
En el funeral. Esperó a que la gilada
Haciera efecto y le gritó:
"¡Por tu culpa gordo de mierda!"
El resentimiento también es un Derecho.
Mamá no pudo ser llevada a las cenizas
Era su voluntad. El pasado que nunca pasa
Se hizo presente y le recordó
Que la decisión de su cuerpo
Todavía era Derecho del marido
Que nunca amó. Le habían quitado su Derecho
Y me negaron mi derecho sobre su cuerpo.
Que estas letras de fuego desgarren el cielo
Que también es un Derecho.
No tiré balas en tu funeral
No crucé líneas aqueas
Ni me metí un línea en la nariz
Esa mañana. Pensé un poema
Que también es un cuerpo
Y a ese cuerpo los dos tenemos Derecho.


Fe

Un viejo deja de barrer
Y agita el brazo
Para que el camión de papás
Le acerque la oferta del día.
El Rosendo López
Es un barrio gris
Todo el año.
Todos los camiones que venden papa
Son manejados por el mismo hombre.
Lo sé porque la voz
Que sale del altoparlante
Es siempre la misma.
Creo que se parece a Dios
O a Papá noel. Tiene esa habilidad
De estar en todos lados a la vez.
También quisera tener esa habilidad
Poder estar en todos lados
Barrer y dejar de barrer
Agitar los brazos
Para que el camión de papas
Me acerque algo de su fe.

Fe

Un viejo deja de barrer
Y agita el brazo
Para que el camión de papás
Le acerque la oferta del día.
El Rosendo López
Es un barrio gris
Todo el año.
Todos los camiones que venden papa
Son manejados por el mismo hombre.
Lo sé porque la voz
Que sale del altoparlante
Es siempre la misma.
Creo que se parece a Dios
O a Papá noel. Tiene esa habilidad
De estar en todos lados a la vez.
También quisera tener esa habilidad
Poder estar en todos lados
Barrer y dejar de barrer
Agitar los brazos
Para que el camión de papas
Me acerque algo de su fe.

Calles de tierra

Calles de tierra
Curtidas por el sol
Y por las YBR´s que van y vienen.
El Chino se acomoda la vicera
Dice que es a mitad de cuadra.
En la puerta en cuestión
Ya hay cuatro esperando en 2 motos.
El mulo sale y les dice que no hay nada.
Desde las cuatro esquinas
Todos los pintas se mueven
Aprietan los billetes
Y la mandíbula.
El mulo le dice a los primeros
Que vuelvan en media hora
A los otros que llegan lo mismo
A los que llegan del otro lo mismo.
Pero son muchos pintas
Muchos billetes
Muchos papelillos
Que esperan llenarse y quemarse.
Se para en el medio de la calle
Y les grita a todos juntos:
¡Vengan en media hora!
Todos se dispersan
Las motos levantan el polvo en la huida.
El Chino tiene otra linea
No queda otra que seguir caminado.
Medio día caminando
Medio día que queda para quemar
Quizás también la noche
Se queme caminando
Por algunas gotas amargas de maldad.
¿Dónde han quedado esas calles?
¿Dónde ha quedado todo ese caminar?
El sol sigue curtiendo mi piel.
Mi piel es una calle de tierra seca
Curtida por el sol.




Calles de tierra

Calles de tierra
Curtidas por el sol
Y por las YBR´s que van y vienen.
El Chino se acomoda la vicera
Dice que es a mitad de cuadra.
En la puerta en cuestión
Ya hay cuatro esperando en 2 motos.
El mulo sale y les dice que no hay nada.
Desde las cuatro esquinas
Todos los pintas se mueven
Aprietan los billetes
Y la mandíbula.
El mulo le dice a los primeros
Que vuelvan en media hora
A los otros que llegan lo mismo
A los que llegan del otro lo mismo.
Pero son muchos pintas
Muchos billetes
Muchos papelillos
Que esperan llenarse y quemarse.
Se para en el medio de la calle
Y les grita a todos juntos:
¡Vengan en media hora!
Todos se dispersan
Las motos levantan el polvo en la huida.
El Chino tiene otra linea
No queda otra que seguir caminado.
Medio día caminando
Medio día que queda para quemar
Quizás también la noche
Se queme caminando
Por algunas gotas amargas de maldad.
¿Dónde han quedado esas calles?
¿Dónde ha quedado todo ese caminar?
El sol sigue curtiendo mi piel.
Mi piel es una calle de tierra seca
Curtida por el sol.




Odiseo

Llega como un susurro
Suave y dulce
Que promete libertad.
No me resisto mucho
A su dulce cantar
Y aunque le pido a la tripulación
Que me amarre al mástil del bajel
Me las rebusco para aflojar
Mis ataduras
Y arrojarme a sus brazos amargos
Que queman mi nariz
Desgarrando mi piel sobre
Este mar en el cual Morfeo rige.
¿Quién sabrá, acaso, el precio
De esta condena?, de este
Naufragio duro que hipoteca
Mi sistema nervioso, dejando
Mi cordura en la otra orilla
Y yo sin poder moverme o hablar
Con estas sirenas que nadan a mi alrededor
Ofreciendo espejos desgarrados
Papeles glasés
Piedras mucho más pesadas
Que las que Sísifo podría cargar
Por toda la eternidad.
Llegué a Ítaca a los 29 años
Se parece mucho a este barrio.
Me pregunto si Homero
Habrá escrito este poema.


Odiseo

Llega como un susurro
Suave y dulce
Que promete libertad.
No me resisto mucho
A su dulce cantar
Y aunque le pido a la tripulación
Que me amarre al mástil del bajel
Me las rebusco para aflojar
Mis ataduras
Y arrojarme a sus brazos amargos
Que queman mi nariz
Desgarrando mi piel sobre
Este mar en el cual Morfeo rige.
¿Quién sabrá, acaso, el precio
De esta condena?, de este
Naufragio duro que hipoteca
Mi sistema nervioso, dejando
Mi cordura en la otra orilla
Y yo sin poder moverme o hablar
Con estas sirenas que nadan a mi alrededor
Ofreciendo espejos desgarrados
Papeles glasés
Piedras mucho más pesadas
Que las que Sísifo podría cargar
Por toda la eternidad.
Llegué a Ítaca a los 29 años
Se parece mucho a este barrio.
Me pregunto si Homero
Habrá escrito este poema.


El Enano

El Enano paraba en la esquina de los Pitocortos. Alguien había tanteado, y un poco más, los bultos de los que paraban en la esquina y había grafiteado:"Todos los que paran en esta esquina son pitocortos". La esquina no se pudo sacar nunca ese chascarrillo. A pesar de eso era una esquina pesada. Todos eran chorros, desde el más chiquito hasta el más grande. Era una verdadera academia delictiva. Se empezaba de guachín jalando pegamento, arrastrando viejas a la salida del banco, arrebatando cadenas de oro en Once y en los semáforos. Lo próximo eran las salideras y escruches. Ya se hablaba de plata más grande, más merca, más putas y más travas. También las calificaciones eran más grandes; y de los correcionales de menores ya se pasaba a cumplir efectivo en el penal. Después de salir y hacer contactos en la Tumba llegaba la piratería del asfalto, estafas polentas, secuestros y choreos grandes; siempre entregados por algún familiar, amigo o empleado resentido. Aca ya no se paraba en la esquina de los Pitocortos. Se pasaba a la casa del Tigre. Ahí es donde se contaba la plata grande, la merca no llegaba con tanto corte y no se dormía por días enteros entre el escabio y las putas.
Todavía lo recuerdo al Enano con su bicicross y su bolsa de pegamento yendo y viniendo por el barrio. Se había criado solo. La madre había muerto de h.i.v cuando tenía 2 años y al padre lo mataron adentro de su casa y adelante de él por haber violado una nena. Sus primeros laburos los hacía con la bicicleta. Iba a las salidas de los bancos a arrastrar viejas o cortar cadenas de oro en la capital. Cuando empezó a tener plata y dejar el pegamento por el faso la esquina de los Pitocortos lo apadrinó. La bicicleta ya no le rendía; así que se pegó una moto para seguir laburando. Descubrió que tenía talento para la mecánica. En poco tiempo se armó un taller de motos en el comedor que estaba manchado con la sangre del padre. En poco tiempo ya tenía un desarmadero de motos en la casa. Todos los que andaban de arrebato iban a preparar la moto a lo del Enano para esquivarle a la gorra. Las motos pasaron a ser parte de su vida. Los arrebatos y salideras eran su pasión. También tenía talento para escapar. Lo que hizo que muchos lo alquilaran de chofer para las huidas. Con el tiempo se hizo profesional. Nadie lo podía superar. Y superar consitía en no caer en cana, chocar y morirse o que te alcance una bala.
El último laburo del Enano fue a los 19 años. Tenían marcado un punto que iba a salir con 400.000 dolares de una financiera por la calle Lavalle. Estaba todo arraglado para que el labura sea fácil. Cuando sale a la vereda y se acerca a la calle el Enano lo arrabata y el gil empieza gritar y dos cobanis le dan la voz de alto y le tiran. Al rato ya lo seguían 2 trullas y le tiraban corte película. La persecución terminó en la General Paz. El Enano esquiva un camión que está parado en un semáforo, pierde el control y choca contra un poste de luz. Comenzaba el mito.
La casa del Brujo quedaba en Garupá. En la zona sur llegaban los comentarios de que la mejor pasta base se conseguían en el Tigre. Y es razonable, ya que por esa zona es por donde entra la falopa y se le empieza a hacer los respectivos cortes. Lo que llega a la zona sur es gilada. El Brujo era uno de los primeros en recibir la base del norte y desde ahí la empezaba a bajar. Era un narco pesado en la zona norte. También era brujo y un brujo pesado. Había que andar bien con el Brujo.
Con otra pinta habíamos ido a fumar base de la buena a lo del Brujo. Nos sirvió de la mejor. 3 o 4 días de fumata y delirio casi místico. Recuerdo que me llamo la atención que en el santuario que tenía el Brujo en la parte delantera de su casa, entre San La Muerte y el Gauchito Gil hubiera una moto de juguete. Le pregunté. Lo del Enano había pasado 10 años atrás. Sin embargo la leyenda del Enano circulaba por todo el conurbano. El Brujo contó su historia como si lo hubiera conocido,y, es más, como si hubiera parado en la esquina de los Pitocortos. Habló de su madre, del padre, de su habilidad con la mecánica y de su fama para escaparle a la gorra; y su tristemente célebre final. En ese punto sentí miedo. Una cámara de seguridad había grabado el momento del impacto. Se lo veía al Enano con la mochila llena de dólares. Yo me enteré a través de un gorra de la federal al que le hacíamos algunos laburos, que la mochila nunca se encontró. Esto ni siquiera en el barrio se sabía, pero el Brujo lo sabía. Por eso el ritual que ya se había esparcido por todas lados era tener en el santuario con el Gauchito y San La Muerte una moto de juguete y hacerle ofrendas para no caer en cana; y si se cae que la keruza no aparezca.
No hay barrio o esquina en donde no se cuente la leyenda del Enano. Si en el medio de la noche se escucha una moto con el escape libre puede que sea el Enano avisando que todavía sigue haciendo de la suyas en el Otro Lado.



El Enano

El Enano paraba en la esquina de los Pitocortos. Alguien había tanteado, y un poco más, los bultos de los que paraban en la esquina y había grafiteado:"Todos los que paran en esta esquina son pitocortos". La esquina no se pudo sacar nunca ese chascarrillo. A pesar de eso era una esquina pesada. Todos eran chorros, desde el más chiquito hasta el más grande. Era una verdadera academia delictiva. Se empezaba de guachín jalando pegamento, arrastrando viejas a la salida del banco, arrebatando cadenas de oro en Once y en los semáforos. Lo próximo eran las salideras y escruches. Ya se hablaba de plata más grande, más merca, más putas y más travas. También las calificaciones eran más grandes; y de los correcionales de menores ya se pasaba a cumplir efectivo en el penal. Después de salir y hacer contactos en la Tumba llegaba la piratería del asfalto, estafas polentas, secuestros y choreos grandes; siempre entregados por algún familiar, amigo o empleado resentido. Aca ya no se paraba en la esquina de los Pitocortos. Se pasaba a la casa del Tigre. Ahí es donde se contaba la plata grande, la merca no llegaba con tanto corte y no se dormía por días enteros entre el escabio y las putas.
Todavía lo recuerdo al Enano con su bicicross y su bolsa de pegamento yendo y viniendo por el barrio. Se había criado solo. La madre había muerto de h.i.v cuando tenía 2 años y al padre lo mataron adentro de su casa y adelante de él por haber violado una nena. Sus primeros laburos los hacía con la bicicleta. Iba a las salidas de los bancos a arrastrar viejas o cortar cadenas de oro en la capital. Cuando empezó a tener plata y dejar el pegamento por el faso la esquina de los Pitocortos lo apadrinó. La bicicleta ya no le rendía; así que se pegó una moto para seguir laburando. Descubrió que tenía talento para la mecánica. En poco tiempo se armó un taller de motos en el comedor que estaba manchado con la sangre del padre. En poco tiempo ya tenía un desarmadero de motos en la casa. Todos los que andaban de arrebato iban a preparar la moto a lo del Enano para esquivarle a la gorra. Las motos pasaron a ser parte de su vida. Los arrebatos y salideras eran su pasión. También tenía talento para escapar. Lo que hizo que muchos lo alquilaran de chofer para las huidas. Con el tiempo se hizo profesional. Nadie lo podía superar. Y superar consitía en no caer en cana, chocar y morirse o que te alcance una bala.
El último laburo del Enano fue a los 19 años. Tenían marcado un punto que iba a salir con 400.000 dolares de una financiera por la calle Lavalle. Estaba todo arraglado para que el labura sea fácil. Cuando sale a la vereda y se acerca a la calle el Enano lo arrabata y el gil empieza gritar y dos cobanis le dan la voz de alto y le tiran. Al rato ya lo seguían 2 trullas y le tiraban corte película. La persecución terminó en la General Paz. El Enano esquiva un camión que está parado en un semáforo, pierde el control y choca contra un poste de luz. Comenzaba el mito.
La casa del Brujo quedaba en Garupá. En la zona sur llegaban los comentarios de que la mejor pasta base se conseguían en el Tigre. Y es razonable, ya que por esa zona es por donde entra la falopa y se le empieza a hacer los respectivos cortes. Lo que llega a la zona sur es gilada. El Brujo era uno de los primeros en recibir la base del norte y desde ahí la empezaba a bajar. Era un narco pesado en la zona norte. También era brujo y un brujo pesado. Había que andar bien con el Brujo.
Con otra pinta habíamos ido a fumar base de la buena a lo del Brujo. Nos sirvió de la mejor. 3 o 4 días de fumata y delirio casi místico. Recuerdo que me llamo la atención que en el santuario que tenía el Brujo en la parte delantera de su casa, entre San La Muerte y el Gauchito Gil hubiera una moto de juguete. Le pregunté. Lo del Enano había pasado 10 años atrás. Sin embargo la leyenda del Enano circulaba por todo el conurbano. El Brujo contó su historia como si lo hubiera conocido,y, es más, como si hubiera parado en la esquina de los Pitocortos. Habló de su madre, del padre, de su habilidad con la mecánica y de su fama para escaparle a la gorra; y su tristemente célebre final. En ese punto sentí miedo. Una cámara de seguridad había grabado el momento del impacto. Se lo veía al Enano con la mochila llena de dólares. Yo me enteré a través de un gorra de la federal al que le hacíamos algunos laburos, que la mochila nunca se encontró. Esto ni siquiera en el barrio se sabía, pero el Brujo lo sabía. Por eso el ritual que ya se había esparcido por todas lados era tener en el santuario con el Gauchito y San La Muerte una moto de juguete y hacerle ofrendas para no caer en cana; y si se cae que la keruza no aparezca.
No hay barrio o esquina en donde no se cuente la leyenda del Enano. Si en el medio de la noche se escucha una moto con el escape libre puede que sea el Enano avisando que todavía sigue haciendo de la suyas en el Otro Lado.



Religión

El Yoni vuelve del semáforo
Con las monedas; la madre
Las cuenta y de un pique se va hasta
La 31 por un par de bolsas.
El amor tiene formas extrañas.
Se queda manija y lo manda
A hacer más plata.
El amor es extraño
En este rancho de cartón y alfombras
Con pared de ligustrinas
Y vista a Libertador
Con Ragazzoni como vecino.
Mientras tanto sigo rezando
Quemando las piedras
Raspando la pipa
Y de vez en cuando
Salgo a mirar en la noche
Para encontrar el rostro de mi abuela
Y otra vez volver a la villa
Cruzando por los contenedores
Y los rieles electrificados
Con trenes llenos de fantasmas
Que cruzan por la noche
Como una cuchilla afilada.
El amor es extraño
Más que nada en invierno:
Y es que tengo que purgar mis crímenes
Y los de mi familia.
Esa es la única explicación
Posible
En una madrugada helada
Con esta religión
De la autodestrucción.
La imagen puede contener: árbol, cielo, exterior y naturaleza
Marcelo

Una navidad diferente

  “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti” Friedrich Nietzsche        Pasó por la puerta principa...