miércoles, 20 de noviembre de 2019

La luces de la patrulla

Dos Natalia Natalia.



Las manos cruzadas

Sobre la nuca

Y las escopetas

De La Federal

Ansiosas por escupir perdigones

De plomo.



El viaje a la taquería

Es por papeles glases

De máxima pureza:

Pureza pura from Bolivia.



Una nueva entrada más

Pero vale la pena.



Vale la pena encanar

Por el Polvo inca

Que los dioses dejaron

Para combatir al capitalismo

Y el cristianismo.



¿Quién ha podido

Inventar  Un gran remedio

Para un gran mal?: Solo

Los dioses Incas y sus benditos cocaleros.



Qué los dioses bendigan

La papuza de Bolivia

Ese Gran Narco-Estado

Que el Imperio teme.



Nosotros seguiremos

Aumentando el Poder

De ese bendito Narco-Estado

Seguiremos encanando

Seguiremos cayendo bajo

Los perdigones

De las escopetas federales.

Total, la papuza boliviana

Ha hecho más por nosotros

Que la escuela, el psicoanálisis

Y los políticos.



Las luces de la patrulla

Las manos cruzadas en la nuca.



-Tengo a dos Natalia Natalia.






















La luces de la patrulla
Dos Natalia Natalia.

Las manos cruzadas
Sobre la nuca
Y las escopetas
De La Federal
Ansiosas por escupir perdigones
De plomo.

El viaje a la taquería
Es por papeles glases
De máxima pureza:
Pureza pura from Bolivia.

Una nueva entrada más
Pero vale la pena.

Vale la pena encanar
Por el Polvo inca
Que los dioses dejaron
Para combatir al capitalismo
Y el cristianismo.

¿Quién ha podido
Inventar  Un gran remedio
Para un gran mal?: Solo
Los dioses Incas y sus benditos cocaleros.

Qué los dioses bendigan
La papuza de Bolivia
Ese Gran Narco-Estado
Que el Imperio teme.

Nosotros seguiremos
Aumentando el Poder
De ese bendito Narco-Estado
Seguiremos encanando
Seguiremos cayendo bajo
Los perdigones
De las escopetas federales.
Total, la papuza boliviana
Ha hecho más por nosotros
Que la escuela, el psicoanálisis
Y los políticos.

Las luces de la patrulla
Las manos cruzadas en la nuca.

-Tengo a dos Natalia Natalia.










Su nombre



Yo pensaba que su nombre se perdía

Entre los terrones de tierra

Y la gramilla

Y los arrullos de paloma.



Pero no:



Su nombre brotó

Y empezó a resignificar

Todo a su alrededor.



Su nombre en las nubes

Y los eucaliptus:

Su nombre en el pan que hago:

Su nombre en los paquetes de cigarrillo:

Su nombre en mis nombres:

Su nombre que se resiste al olvido:

Su nombre en toda la poesía que escribo:

Su nombre es alimento de toda la poesía:

Su nombre en Tita, su última perra que rescató;

Todavía me acuerdo su voz angustiada

Cuando la atropellaron,

"Se me está muriendo Tita"; pero no,

La curó y ahora corre todo el día

Por el patio: su nombre en el nombre de Tita.



Su nombre en ese 16 de noviembre

En este

Y en  todos los que vendrán.



Desde que su nombre está en todos lados

Descanso más tranquilo. La estrella fugaz

Que cruza el cielo también tiene su nombre.



Tengo la certeza que su nombre es el pulso

Que guía esta pluma.










Su nombre


Yo pensaba que su nombre se perdía
Entre los terrones de tierra
Y la gramilla
Y los arrullos de paloma.

Pero no:

Su nombre brotó
Y empezó a resignificar
Todo a su alrededor.

Su nombre en las nubes
Y los eucaliptus:
Su nombre en el pan que hago:
Su nombre en los paquetes de cigarrillo:
Su nombre en mis nombres:
Su nombre que se resiste al olvido:
Su nombre en toda la poesía que escribo:
Su nombre es alimento de toda la poesía:
Su nombre en Tita, su última perra que rescató;
Todavía me acuerdo su voz angustiada
Cuando la atropellaron,
"Se me está muriendo Tita"; pero no,
La curó y ahora corre todo el día
Por el patio: su nombre en el nombre de Tita.

Su nombre en ese 16 de noviembre
En este
Y en  todos los que vendrán.

Desde que su nombre está en todos lados
Descanso más tranquilo. La estrella fugaz
Que cruza el cielo también tiene su nombre.

Tengo la certeza que su nombre es el pulso
Que guía esta pluma.




La madre Josefa da los números


Para el almuerzo.





La monja tiene más 


Huevos que toda la curia 


Junta de sudamérica.





Todos los días tiene que controlar 


Vagos, borrachos faloperos y rastreros


En el comedor. A veces 


Son más de 100.





Sin embargo nadie se retoba 


Con la monja. Si dice que no entrás 


No entrás. Corta.





Antes de comer se bendice la mesa


La oración agradece a Santa Rafaela María


Y al Padre Mujica.





Dicen que al guiso del comedor 


Le ponen suero


Para que los estómagos 


Soporten un poco más 


La intemperie.





Nací en Parque Patricios


Me crié en Quilmes 


Deambulé y deambulé


Y ahora la calle 


Me acobija y me educa

La madre Josefa

Me da de comer todos los días.





Nací en un barrio pobre


En un país pobre;

Empobrecido 


Por el Estado y sus funcionarios


Y mi lenguaje también es pobre:


Apenas me alcanza para mendigar.









Mi lenguaje sigue siendo pobre


Por eso no me dejan hablar de política.















La madre Josefa da los números
Para el almuerzo.

La monja tiene más 
Huevos que toda la curia 
Junta de sudamérica.

Todos los días tiene que controlar 
Vagos, borrachos faloperos y rastreros
En el comedor. A veces 
Son más de 100.

Sin embargo nadie se retoba 
Con la monja. Si dice que no entrás 
No entrás. Corta.

Antes de comer se bendice la mesa
La oración agradece a Santa Rafaela María
Y al Padre Mujica.

Dicen que al guiso del comedor 
Le ponen suero
Para que los estómagos 
Soporten un poco más 
La intemperie.

Nací en Parque Patricios
Me crié en Quilmes 
Deambulé y deambulé
Y ahora la calle 
Me acobija y me educa
La madre Josefa
Me da de comer todos los días.

Nací en un barrio pobre
En un país pobre;
Empobrecido 
Por el Estado y sus funcionarios
Y mi lenguaje también es pobre:
Apenas me alcanza para mendigar.



Mi lenguaje sigue siendo pobre
Por eso no me dejan hablar de política.





Mi abuela hace pan casero

Para bancar la olla:

Hay 8 bocas para alimentar.



Yo vendo el pan después de la escuela

Con un tupper verde oliva

Y un repasador.



Tenía 8 años y ella ya me estaba

Preparando para la intemperie.



Sabíamos los dos

Que ese era mi destino.








6 puntos cicatrizaron


Mi corte de adolescente 


En mi muñeca izquierda.





6 puntos: un punto, una letra.





La poecía 


Que no deja abandonar la sangre


De mi cuerpo. 




6 puntos cicatrizaron
Mi corte de adolescente 
En mi muñeca izquierda.

6 puntos: un punto, una letra.

La poecía 
Que no deja abandonar la sangre
De mi cuerpo. 

Mi abuela hace pan casero
Para bancar la olla:
Hay 8 bocas para alimentar.

Yo vendo el pan después de la escuela
Con un tupper verde oliva
Y un repasador.

Tenía 8 años y ella ya me estaba
Preparando para la intemperie.

Sabíamos los dos
Que ese era mi destino.



Me dieron a elegir

Entre la lírica y la escopeta:



Elegí la lírica;

Me cansé de las escopetas

Del sabor a pólvora amargo en mi boca;

De no poder escribir versos

Con estos perdigones oxidados;



Me cansé de las escopetas:



Dicen que la lírica es más efectiva

Para lastimar.












Me dieron a elegir
Entre la lírica y la escopeta:

Elegí la lírica;
Me cansé de las escopetas
Del sabor a pólvora amargo en mi boca;
De no poder escribir versos
Con estos perdigones oxidados;

Me cansé de las escopetas:

Dicen que la lírica es más efectiva
Para lastimar.




martes, 5 de noviembre de 2019

El semáforo habilita la luz verde

El hombrecito se pone de color rojo.



Y cuando el rojo habilita al hombrecito

Verde; éste sale del semáforo

Y se pone a bailar sobre la senda peatonal

Canta y grita

Y todos los hombrecitos verdes

De todos los semáforos

Llegan hasta él.



Los hombrecitos rojos también

Se les unen

Y también los semáforos

Autos

Perros, palomas, hormigas

Todos se les unen

Hasta los colores de las cosas

Y las sensaciones que producen

Las cosas, se les unen

Y lentamente se van retirando

Por la avenida principal. La avenida

Principal no se quiere quedar atrás

Y también se le une. Éste poema, obvio,

Tampoco se quiere quedar atrás y también

Se aleja detrás de la avenida principal.



Me he quedado solo en una realidad vacía

No me quiero quedar atrás

Y enfilo atrás del poema:



¿Vos te querés quedar atrás?












El semáforo habilita la luz verde
El hombrecito se pone de color rojo.

Y cuando el rojo habilita al hombrecito
Verde; éste sale del semáforo
Y se pone a bailar sobre la senda peatonal
Canta y grita
Y todos los hombrecitos verdes
De todos los semáforos
Llegan hasta él.

Los hombrecitos rojos también
Se les unen
Y también los semáforos
Autos
Perros, palomas, hormigas
Todos se les unen
Hasta los colores de las cosas
Y las sensaciones que producen
Las cosas, se les unen
Y lentamente se van retirando
Por la avenida principal. La avenida
Principal no se quiere quedar atrás
Y también se le une. Éste poema, obvio,
Tampoco se quiere quedar atrás y también
Se aleja detrás de la avenida principal.

Me he quedado solo en una realidad vacía
No me quiero quedar atrás
Y enfilo atrás del poema:

¿Vos te querés quedar atrás?







"Mamá, pon mis armas en el suelo
Ya no puedo dispararlas
Aquella nube fría y oscura está bajando
Siento que estoy golpeando las puertas del cielo"


Golpeando las puertas del cielo, Bob Dylan











   La franela había quedado arriba de la mesa. La desplegó para cubrirla y devolverla al fondo del cajón del ropero. Por un momento se sintió bien. Prendió el televisor para distraerse y bajar la ansiedad. Todavía sentía la arritmia, todavía seguía traspirando, todavía la secuencia estaba fresca en su mente. Al primer cigarrillo que prendió le siguieron 3 más. Abrió la ventana para que saliera el humo acumulado. Todas la ventanas que daban al pequeño patio de luz estaban cerradas. Quiso ver la luna o un poco de cielo pero desde el segundo piso él no tenía el privilegio. Volvió a sentarse. Prendió otro cigarrillo. En la televisión un cura brasilero hablaba.

   Se dijo a sí mismo que no la volvería a sacar. Esta vez sí que casi cae. Sabía que debía ser  un poco más cauto, pensar un poco más, ser inteligente; pero no, siempre seguía sus impulsos hasta el límite. Ese bar siempre le había gustado, más desde ese vez que el mozo lo forreó. O él se sintió así. Así que no lo dudo en cuando lo vio regalado. Entró, pasó para el otro lado de la barra, sacó el fierro, encañonó al encargado y al mozo; los hizo tirarse al piso. El resto de la gente apaburó de una cuando lo vieron al Chaqueño sacado y con el 38 en la mano dispuesto a todo. Al encargado le dio un par de cañazos para que le dé la plata grande, no quería la plata de la caja. El Chaqueno siempre ganaba y esta no fue la excepción. Mientras guardaba la plata en la mochila vio pasar un patrullero. No se dieron cuenta de que había un choreo en curso. Tenía que salir enseguida.

   Apenas salió del bar se puso una viscera y caminó a paso normal. Su rutina, para no levantar sospechas con la policía, era doblar un par de cuadras y volver por la calle del bar y pasar por la vereda de enfrente. Cuando estaba volviendo ya había tres patrulleros en el bar. Estaba por pasar por enfrente del lugar del hecho con la plata y el fierro. Pero se arrepintió. Puso la mochila adentro de un tarro de basura. Trato de cubrir la mochila y el fierro con una bolsa. Después iba a volver por el botín y la herramienta. No alcanzó a alejarse del tarro que lo intercepta una patrulla. Lo ponen toda mal contra la pared. Lo cachean, nada. Lo dan vuelta para verle la caripela y ver si es el que están buscando. Le piden documentos, le preguntan de dónde es y qué anda haciendo. Le dice que viene de lo de un amigo, que no tiene los documentos encima que si lo acompañan hasta la casa se los puede mostrar. Se hace el inocente, la víctima. Le piden sus datos para tirar en la radio, para ver si tiene alguna captura. Mientras le da el nombre de uno de sus tantos alias puede ver desde su lugar como se va un poco las cachas del fierro. Los cobanis ni cuenta se dan. Por la radio no salta nada, lo dejan ir.

    Vuelve a pasar a las 3 horas a buscar la mochila y el fierro. El bar ya cerró y la policía ya anda en otra. Mientras vuelve se dice a sí mismo que es la última vez.









    El cura brasilero sigue hablando por la televisión. El humo está estancado, no corre y ya no quedan más cigarrillos. Se fijó en la heladera si queda alguna cerveza: no hay. Tiene que volver a la calle, la idea no le gusta, pero está manija. Necesita unas birras bien frescas y unos cuantos puchos para poder bajar de toda la locura del bar. Sacó la plata de la mochila, la dejó arriba de la mesa y metió dos envases. Salió al pasillo, pidió el ascensor y fue lo único que se escuchó en la soledad del edificio. Al pisar la vereda pudo ver el cielo y algo de la luna que estaba siendo cubierta por alguna nubes. Enfiló derecho para el kiosko.

   Una cuadra antes vio que había una bandita escabiando. Cuando estaba pasando lo deliraron. Le pidieron para la birra y como no les dio cabida le prometieron tiros si volvía a pasar por ahí. Llegó al kiosko, compró las dos birras y 3 paquetes de puchos. No volvió por donde estaba la bandita. Volvió a su casa, dejó las birras en la heladera, se prendió un pucho, fue al cajón del ropero, le sacó la franela al 38 y se lo calzó en la cintura. Dejó la franela en la mesa al lado de la plata. Cuando salió y pisó la vereda ya no le interesaba ni la luna ni las nubes. Le interesaba la bandita.

   Cuando lo reconocieron todos se pararon. El que se hacía el kapanga se adelantó y el Chaqueño sin decir nada sacó el 38 le voló medía pata. Se dio vuelta mientras lo amigos del patavolada lo asistían y  prometían responderle si volvía a pasar. El Chaqueño volvió a su casa, se prendió  otro cigarrilo.

   Al entrar a su casa el pastor brailero sigue en la televisión. La franela sigue al lado de la plata. Envolvió el fierro con la franela. Mientras lo ponía  en el cajón del ropero se dijo a sí mismo que esta era la última vez que lo usaba.









"Mamá, pon mis armas en el suelo
Ya no puedo dispararlas
Aquella nube fría y oscura está bajando
Siento que estoy golpeando las puertas del cielo"

Golpeando las puertas del cielo, Bob Dylan





   La franela había quedado arriba de la mesa. La desplegó para cubrirla y devolverla al fondo del cajón del ropero. Por un momento se sintió bien. Prendió el televisor para distraerse y bajar la ansiedad. Todavía sentía la arritmia, todavía seguía traspirando, todavía la secuencia estaba fresca en su mente. Al primer cigarrillo que prendió le siguieron 3 más. Abrió la ventana para que saliera el humo acumulado. Todas la ventanas que daban al pequeño patio de luz estaban cerradas. Quiso ver la luna o un poco de cielo pero desde el segundo piso él no tenía el privilegio. Volvió a sentarse. Prendió otro cigarrillo. En la televisión un cura brasilero hablaba.
   Se dijo a sí mismo que no la volvería a sacar. Esta vez sí que casi cae. Sabía que debía ser  un poco más cauto, pensar un poco más, ser inteligente; pero no, siempre seguía sus impulsos hasta el límite. Ese bar siempre le había gustado, más desde ese vez que el mozo lo forreó. O él se sintió así. Así que no lo dudo en cuando lo vio regalado. Entró, pasó para el otro lado de la barra, sacó el fierro, encañonó al encargado y al mozo; los hizo tirarse al piso. El resto de la gente apaburó de una cuando lo vieron al Chaqueño sacado y con el 38 en la mano dispuesto a todo. Al encargado le dio un par de cañazos para que le dé la plata grande, no quería la plata de la caja. El Chaqueno siempre ganaba y esta no fue la excepción. Mientras guardaba la plata en la mochila vio pasar un patrullero. No se dieron cuenta de que había un choreo en curso. Tenía que salir enseguida.
   Apenas salió del bar se puso una viscera y caminó a paso normal. Su rutina, para no levantar sospechas con la policía, era doblar un par de cuadras y volver por la calle del bar y pasar por la vereda de enfrente. Cuando estaba volviendo ya había tres patrulleros en el bar. Estaba por pasar por enfrente del lugar del hecho con la plata y el fierro. Pero se arrepintió. Puso la mochila adentro de un tarro de basura. Trato de cubrir la mochila y el fierro con una bolsa. Después iba a volver por el botín y la herramienta. No alcanzó a alejarse del tarro que lo intercepta una patrulla. Lo ponen toda mal contra la pared. Lo cachean, nada. Lo dan vuelta para verle la caripela y ver si es el que están buscando. Le piden documentos, le preguntan de dónde es y qué anda haciendo. Le dice que viene de lo de un amigo, que no tiene los documentos encima que si lo acompañan hasta la casa se los puede mostrar. Se hace el inocente, la víctima. Le piden sus datos para tirar en la radio, para ver si tiene alguna captura. Mientras le da el nombre de uno de sus tantos alias puede ver desde su lugar como se va un poco las cachas del fierro. Los cobanis ni cuenta se dan. Por la radio no salta nada, lo dejan ir.
    Vuelve a pasar a las 3 horas a buscar la mochila y el fierro. El bar ya cerró y la policía ya anda en otra. Mientras vuelve se dice a sí mismo que es la última vez.




    El cura brasilero sigue hablando por la televisión. El humo está estancado, no corre y ya no quedan más cigarrillos. Se fijó en la heladera si queda alguna cerveza: no hay. Tiene que volver a la calle, la idea no le gusta, pero está manija. Necesita unas birras bien frescas y unos cuantos puchos para poder bajar de toda la locura del bar. Sacó la plata de la mochila, la dejó arriba de la mesa y metió dos envases. Salió al pasillo, pidió el ascensor y fue lo único que se escuchó en la soledad del edificio. Al pisar la vereda pudo ver el cielo y algo de la luna que estaba siendo cubierta por alguna nubes. Enfiló derecho para el kiosko.
   Una cuadra antes vio que había una bandita escabiando. Cuando estaba pasando lo deliraron. Le pidieron para la birra y como no les dio cabida le prometieron tiros si volvía a pasar por ahí. Llegó al kiosko, compró las dos birras y 3 paquetes de puchos. No volvió por donde estaba la bandita. Volvió a su casa, dejó las birras en la heladera, se prendió un pucho, fue al cajón del ropero, le sacó la franela al 38 y se lo calzó en la cintura. Dejó la franela en la mesa al lado de la plata. Cuando salió y pisó la vereda ya no le interesaba ni la luna ni las nubes. Le interesaba la bandita.
   Cuando lo reconocieron todos se pararon. El que se hacía el kapanga se adelantó y el Chaqueño sin decir nada sacó el 38 le voló medía pata. Se dio vuelta mientras lo amigos del patavolada lo asistían y  prometían responderle si volvía a pasar. El Chaqueño volvió a su casa, se prendió  otro cigarrilo.
   Al entrar a su casa el pastor brailero sigue en la televisión. La franela sigue al lado de la plata. Envolvió el fierro con la franela. Mientras lo ponía  en el cajón del ropero se dijo a sí mismo que esta era la última vez que lo usaba.



Ensayo sobre la ansiedad

La ansiedad es mi amiga

Mi compañera

La ansiedad es una mala consejera;

La ansiedad me abre paso en la noche

Obscura

De un barrio obscuro

Y yo camino sin rumbo

Revolviendo bolsas

Juntando botellas de plástico

Mientras la ansiedad susurra

Susurra, susurra, susurra.



La ansiedad no me dejar dormir

Me saca de la cama en la madrugada

Todavía falta para que salga el sol

Pero yo ya camino por la avenida

Me compro una tortilla antes de llegar

A lo de la Rosa. La tortilla es para

No tomar las pastillas

Con el estómago vacío, y sigo

Sigo, sigo, mientras la ansiedad

Susurra. Y las pastillas hacen efecto:

Ansiedad, tortillas, pastillas, susurran.



Escribí un millón de tratados sobre la ansiedad

Y ni sabía que hablaban de la ansiedad.

Mi garganta amarga se endurecía

("Tomaba notas todos los días

Todo el día")

Para luchar contra la ansiedad

Fumé 25 gramos de porro por día

Para curar mi ansiedad: todavía no

La habían declarado medicinal

Y ya se sabe que no es medicinal.

Las pastillas y el alcohol

Solo la alimentaron mucho más.



Así que abandoné a mi amiga

Mi consejera. No acertó en ninguno

De sus consejos. Ninguno. Solo el spoiler

De como será el viaje en la barca

De Caronte mientras el pecho se me cierre

Y las dos monedas en mi ojos

No me dejen ver el rostro del sol.



Nací con ansiedad

Crecí con ansiedad

Toda la falopa que tomé

Acrecentó mi ansiedad

Hice las paces con la ansiedad

Aunque no confió en nuestra tregua.

Trabajo en contra de mi ansiedad.



Sé que moriré con ansiedad.


















Ensayo sobre la ansiedad

La ansiedad es mi amiga
Mi compañera
La ansiedad es una mala consejera;
La ansiedad me abre paso en la noche
Obscura
De un barrio obscuro
Y yo camino sin rumbo
Revolviendo bolsas
Juntando botellas de plástico
Mientras la ansiedad susurra
Susurra, susurra, susurra.

La ansiedad no me dejar dormir
Me saca de la cama en la madrugada
Todavía falta para que salga el sol
Pero yo ya camino por la avenida
Me compro una tortilla antes de llegar
A lo de la Rosa. La tortilla es para
No tomar las pastillas
Con el estómago vacío, y sigo
Sigo, sigo, mientras la ansiedad
Susurra. Y las pastillas hacen efecto:
Ansiedad, tortillas, pastillas, susurran.

Escribí un millón de tratados sobre la ansiedad
Y ni sabía que hablaban de la ansiedad.
Mi garganta amarga se endurecía
("Tomaba notas todos los días
Todo el día")
Para luchar contra la ansiedad
Fumé 25 gramos de porro por día
Para curar mi ansiedad: todavía no
La habían declarado medicinal
Y ya se sabe que no es medicinal.
Las pastillas y el alcohol
Solo la alimentaron mucho más.

Así que abandoné a mi amiga
Mi consejera. No acertó en ninguno
De sus consejos. Ninguno. Solo el spoiler
De como será el viaje en la barca
De Caronte mientras el pecho se me cierre
Y las dos monedas en mi ojos
No me dejen ver el rostro del sol.

Nací con ansiedad
Crecí con ansiedad
Toda la falopa que tomé
Acrecentó mi ansiedad
Hice las paces con la ansiedad
Aunque no confió en nuestra tregua.
Trabajo en contra de mi ansiedad.

Sé que moriré con ansiedad.








Alexander Supertramp

Marca el cuero de un cinto

Registrando todo lo que ha sido

Su viaje.



Se parece mucho a un cinto mío

Uno que me compró mamá a los 12

Antes de empezar la secundaria

En la técnica 1.



Lleva las marcas de las dos presidencias

De Menen, De la Rua, los 5 presidentes

En una semana, Duhalde y el  kirchnerismo.

Lleva las marcas del hambre, la ansiedad,

El dolor, la abstinencia, la desesperación

Las entradas y salidas de la comisaria

Mi visita a Batán. El cinto y los cordondes

Que te entragan al recuperar la libertad;

El odio a mi padres y a la sociedad

"Sociedad

Eres una raza loca

Espero que no te sientas sola

Sin mí".



No conozco a nadie

Que tenga el mismo cinto

Por 25 años, el mismo

El cinto con el que pesé más de 100 kilos

Cuando me medicaban con risperidona;

El mismo con el que pesé 50 kilos

Cuando vivía en la calle

Y le iba haciendo un agujero por año

Para que los pantalones no se me cayeran;

Se lo hacia con fierros, alambres, con los

Cuchillos de los comedores de Caritas.



"Creo que necesito un lugar más grande

Porque cuando tienes más de lo que crees

Necesitas más espacio".



Volví a la casita de mis viejos

Con el cinto de los 12 años.



Con ese cinto abracé a mi madre y a mi padre

Sociedad, ya no nos vamos sentir solos

Ya no vamos a odiar

Vamos a desandar el camino andado

Por cada agujero.

Y cuando finalmente se haya terminado

La hebilla se romperá.

Solo quedará el recuerdo

En tu cuero seco y gastado

En tus agujeros mal hechos

Y en ese promesa de libertad

Que se ha cumplido hace rato.



Alexander Supertramp

Marca el cuero de un cinto

Registrando todo lo que ha sido

Su viaje. Todos mis poemas escritos

Y por escribir

Caben en este pedazo de cuero seco y viejo.

















Alexander Supertramp
Marca el cuero de un cinto
Registrando todo lo que ha sido
Su viaje.

Se parece mucho a un cinto mío
Uno que me compró mamá a los 12
Antes de empezar la secundaria
En la técnica 1.

Lleva las marcas de las dos presidencias
De Menen, De la Rua, los 5 presidentes
En una semana, Duhalde y el  kirchnerismo.
Lleva las marcas del hambre, la ansiedad,
El dolor, la abstinencia, la desesperación
Las entradas y salidas de la comisaria
Mi visita a Batán. El cinto y los cordondes
Que te entragan al recuperar la libertad;
El odio a mi padres y a la sociedad
"Sociedad
Eres una raza loca
Espero que no te sientas sola
Sin mí".

No conozco a nadie
Que tenga el mismo cinto
Por 25 años, el mismo
El cinto con el que pesé más de 100 kilos
Cuando me medicaban con risperidona;
El mismo con el que pesé 50 kilos
Cuando vivía en la calle
Y le iba haciendo un agujero por año
Para que los pantalones no se me cayeran;
Se lo hacia con fierros, alambres, con los
Cuchillos de los comedores de Caritas.

"Creo que necesito un lugar más grande
Porque cuando tienes más de lo que crees
Necesitas más espacio".

Volví a la casita de mis viejos
Con el cinto de los 12 años.

Con ese cinto abracé a mi madre y a mi padre
Sociedad, ya no nos vamos sentir solos
Ya no vamos a odiar
Vamos a desandar el camino andado
Por cada agujero.
Y cuando finalmente se haya terminado
La hebilla se romperá.
Solo quedará el recuerdo
En tu cuero seco y gastado
En tus agujeros mal hechos
Y en ese promesa de libertad
Que se ha cumplido hace rato.

Alexander Supertramp
Marca el cuero de un cinto
Registrando todo lo que ha sido
Su viaje. Todos mis poemas escritos
Y por escribir
Caben en este pedazo de cuero seco y viejo.





El espejo



"Cocaína barata, una seca inhalación, las píldoras que matan 
y se llevan lejos al dolor
Dieta de vida, sin refugio, la cara que no puedo ver dentro
tuyo y mío"


Suicide Note part 1, Pantera







El hombre que se refleja en el espejo

Soy yo/ no soy yo.



El hombre

En el espejo

Se encuentra atrapado

Entre barrotes blancos-amargos.



El hombre en el espejo

Respira fuego, odio

Conmiseración; puede

Que algún día el fuego

Se apague.



El hombre en el espejo

Se parece a vos.



El hombre en el espejo

Lleva en su carne

4 generaciones de adictos

Puede que rompa esa tradición

Si se lo propone.



El hombre en el espejo

Sueña

A pesar de todo:

A pesar de todo, todo es un sueño

Se dice a sí mismo desparramando

Los barrotes sobre la superficie

Y rompiendo el espejo.



El espejo se ha roto

Del otro lado estaba él

Sin los barrotes blancos-amargos

Sin el odio y la conmiseración.



El hombre del otro lado del espejo

Ya no respira fuego

Ya no es otro

Ahora es él.



El espejo se ha roto

La tradición se ha roto

Se parece a vos

Y a tu propósito.



¿Y ahora que el espejo no está

Con sus barrotes blancos-amargos?

¿Qué vas a hacer con tanta libertad?








El espejo


"Cocaína barata, una seca inhalación, las píldoras que matan 
y se llevan lejos al dolor
Dieta de vida, sin refugio, la cara que no puedo ver dentro
tuyo y mío"

Suicide Note part 1, Pantera



El hombre que se refleja en el espejo
Soy yo/ no soy yo.

El hombre
En el espejo
Se encuentra atrapado
Entre barrotes blancos-amargos.

El hombre en el espejo
Respira fuego, odio
Conmiseración; puede
Que algún día el fuego
Se apague.

El hombre en el espejo
Se parece a vos.

El hombre en el espejo
Lleva en su carne
4 generaciones de adictos
Puede que rompa esa tradición
Si se lo propone.

El hombre en el espejo
Sueña
A pesar de todo:
A pesar de todo, todo es un sueño
Se dice a sí mismo desparramando
Los barrotes sobre la superficie
Y rompiendo el espejo.

El espejo se ha roto
Del otro lado estaba él
Sin los barrotes blancos-amargos
Sin el odio y la conmiseración.

El hombre del otro lado del espejo
Ya no respira fuego
Ya no es otro
Ahora es él.

El espejo se ha roto
La tradición se ha roto
Se parece a vos
Y a tu propósito.

¿Y ahora que el espejo no está
Con sus barrotes blancos-amargos?
¿Qué vas a hacer con tanta libertad?



La Matera

     Cae el sol sobre el terraplén de La Matera. Una ráfaga de viento trae el olor a podrido de las bolsas de basura que hay en el arroyito. La ráfaga pasa y queda estancado un calor seco, sofocante. A la tarde los paraguayos le van a caer con todo a las birras. Pero eso cuando vuelvan del laburo. Después de las 6 empiezan a llegar todos los laburantes. Por ahora solo hay unos pocos. Algunos toman tereré bajo las sombras de los arboles, otros duermen la siesta. Los perros también sufren del calor. Toman agua de las zanjas, otros directamente se meten de una en la zanja a refrescarse.

    Un carro se acerca, ni tan rápido ni tan despacio. El caballo está todo sudado. En el carro viene tres pintas. Se van acercando a los de los paraguayos que venden faso. Al que le toca vender hoy está sentado en la vereda con una bolsa camiseta en donde tiene todos los baguyos. El paraguayo los mira a los pintas. Se da cuenta de que son de otro barrio. No hay novedad, bocha de gente viene a comprar de todos lados.

   Se bajan los tres. Uno va directamente a encañonar al paraguayo de la vereda. Le saca la bolsa con los baguyos, la plata y el fierro y la faca que tiene en la cintura. El paraguayo está duro con las manos levantados y una transpiración fría que le corre la espalada. Siente el fierro frío en la cabeza. Espera la descarga, el pellizcón caliente de la bala. Lo otros que entraron en la casa encerraron en el baño a los dos paraguayos y a la paraguaya con la hija. Levantan los dos ladrilotes de faso con el que estaban haciendo los baguyos, la plata que hay arriba de la mesa, todos los fierros que encuentran y un poco de gilada que parece que es para el consumo de la casa. Meten todo adentro de una bolsa de consorcio. Cuando están saliendo de la casa le tiran unos cuantos tiros desde dos lugares diferentes. La alarma comunitaria sonó. Los paraguayos del barrio se cuidan entre ellos. Antes de salir de la casa vuelve la balacera. Una de las balas le da a uno de los giles. El paraguayo que estaba en la vereda encañodo se tira al piso. Los otros dos encaran para el carro. Tiran tiros para todos lados. No se ve de que lado vienen los corchazos. De la casa al carro la sangre forma una recta casi perfecta. Se suben y el que tiene las riendas le da un par de rebenquezos al caballo para que arranque.

   La huida va levantando polvo. Los giles tiran tiros y a la misma vez reciben de todos lados. Otra bala le da a otro gil. El que tiene las riendas y el rebenque está ileso, los otros dos están perdiendo sangre. Como si fuera el final de una película, el carro se aleja con dos de los protagonistas heridos, los fierros sin bala; la incertidumbre que alguno se termine muriendo.

  Finalmente el carro quedó fuera del alcance de los paraguayos. Uno de los giles ya está muerto, el otro pueda que tenga más suerte. Se alejan de La Matera y los títulos nunca aparecen.








La Matera

     Cae el sol sobre el terraplén de La Matera. Una ráfaga de viento trae el olor a podrido de las bolsas de basura que hay en el arroyito. La ráfaga pasa y queda estancado un calor seco, sofocante. A la tarde los paraguayos le van a caer con todo a las birras. Pero eso cuando vuelvan del laburo. Después de las 6 empiezan a llegar todos los laburantes. Por ahora solo hay unos pocos. Algunos toman tereré bajo las sombras de los arboles, otros duermen la siesta. Los perros también sufren del calor. Toman agua de las zanjas, otros directamente se meten de una en la zanja a refrescarse.
    Un carro se acerca, ni tan rápido ni tan despacio. El caballo está todo sudado. En el carro viene tres pintas. Se van acercando a los de los paraguayos que venden faso. Al que le toca vender hoy está sentado en la vereda con una bolsa camiseta en donde tiene todos los baguyos. El paraguayo los mira a los pintas. Se da cuenta de que son de otro barrio. No hay novedad, bocha de gente viene a comprar de todos lados.
   Se bajan los tres. Uno va directamente a encañonar al paraguayo de la vereda. Le saca la bolsa con los baguyos, la plata y el fierro y la faca que tiene en la cintura. El paraguayo está duro con las manos levantados y una transpiración fría que le corre la espalada. Siente el fierro frío en la cabeza. Espera la descarga, el pellizcón caliente de la bala. Lo otros que entraron en la casa encerraron en el baño a los dos paraguayos y a la paraguaya con la hija. Levantan los dos ladrilotes de faso con el que estaban haciendo los baguyos, la plata que hay arriba de la mesa, todos los fierros que encuentran y un poco de gilada que parece que es para el consumo de la casa. Meten todo adentro de una bolsa de consorcio. Cuando están saliendo de la casa le tiran unos cuantos tiros desde dos lugares diferentes. La alarma comunitaria sonó. Los paraguayos del barrio se cuidan entre ellos. Antes de salir de la casa vuelve la balacera. Una de las balas le da a uno de los giles. El paraguayo que estaba en la vereda encañodo se tira al piso. Los otros dos encaran para el carro. Tiran tiros para todos lados. No se ve de que lado vienen los corchazos. De la casa al carro la sangre forma una recta casi perfecta. Se suben y el que tiene las riendas le da un par de rebenquezos al caballo para que arranque.
   La huida va levantando polvo. Los giles tiran tiros y a la misma vez reciben de todos lados. Otra bala le da a otro gil. El que tiene las riendas y el rebenque está ileso, los otros dos están perdiendo sangre. Como si fuera el final de una película, el carro se aleja con dos de los protagonistas heridos, los fierros sin bala; la incertidumbre que alguno se termine muriendo.
  Finalmente el carro quedó fuera del alcance de los paraguayos. Uno de los giles ya está muerto, el otro pueda que tenga más suerte. Se alejan de La Matera y los títulos nunca aparecen.



Ensayo sobre la miseria

Hola miseria

¿Cómo estás?

¿De qué te vas a disfrazar ahora?



Ya no recuerdo tu último disfraz

Fue hace mucho

Fue otra década

Yo apenas sabía leer y escribir.



Sabías miseria

Que el cuerpo solito

Produce dopamina y serotonina;

Decile a los psiquiatras

Que se les acabó el curro...

Y a los políticos también...



Miseria

Sigo buscando emociones fuertes

Poemas fuertes, cuentos fuertes

Novelas desgarradoras; es que fue

Tan intenso lo nuestro miseria

Que sigo buscando esas descargas

De adrenalina caliente; sí, esas mismas.

A veces la encuentra en poemas de Casas

O Daiana Henderson. Así soy miseria

En realidad siempre fui así

Nuestro amor armó esta coraza

Indestructible de palabras indestructibles

Que destruyen-desgarran la hoja y

El lenguaje.



Ayer te vi miseria

Andabas con otro

Yo ya no tengo celos

Tengo curiosidad por ver como es la vida

Sin vos.



Creo que te vi disfrazada de funcionario

Del Estado ofreciendo su miseria

Para que publique mis libros miserables

Te diste cuente que te dije que no.



Miseria

Lo nuestro ya fue, aunque sé

Que vas a seguir cambiando de piel

De disfraces y tendré que ser astuto

Para no caer en tus trampas.



Miseria

Te escribo este poema de despedida;

Pero quedate tranquila que nunca

Me voy a olvidar de vos.



Sé que vos tampoco

Te vas a olvidar de mí.



Cada vez que paso por una alcantilla

O algún hueco en la urbanidad

Sigo pensando

Que es un lugar para ranchaear.



Miseria

Nos volveremos a ver

No en el Río de la plata

Ni en el Río de las nubes:

Nos volveremos a ver en este poema

Y en las alcantarillas.




















Ensayo sobre la miseria

Hola miseria
¿Cómo estás?
¿De qué te vas a disfrazar ahora?

Ya no recuerdo tu último disfraz
Fue hace mucho
Fue otra década
Yo apenas sabía leer y escribir.

Sabías miseria
Que el cuerpo solito
Produce dopamina y serotonina;
Decile a los psiquiatras
Que se les acabó el curro...
Y a los políticos también...

Miseria
Sigo buscando emociones fuertes
Poemas fuertes, cuentos fuertes
Novelas desgarradoras; es que fue
Tan intenso lo nuestro miseria
Que sigo buscando esas descargas
De adrenalina caliente; sí, esas mismas.
A veces la encuentra en poemas de Casas
O Daiana Henderson. Así soy miseria
En realidad siempre fui así
Nuestro amor armó esta coraza
Indestructible de palabras indestructibles
Que destruyen-desgarran la hoja y
El lenguaje.

Ayer te vi miseria
Andabas con otro
Yo ya no tengo celos
Tengo curiosidad por ver como es la vida
Sin vos.

Creo que te vi disfrazada de funcionario
Del Estado ofreciendo su miseria
Para que publique mis libros miserables
Te diste cuente que te dije que no.

Miseria
Lo nuestro ya fue, aunque sé
Que vas a seguir cambiando de piel
De disfraces y tendré que ser astuto
Para no caer en tus trampas.

Miseria
Te escribo este poema de despedida;
Pero quedate tranquila que nunca
Me voy a olvidar de vos.

Sé que vos tampoco
Te vas a olvidar de mí.

Cada vez que paso por una alcantilla
O algún hueco en la urbanidad
Sigo pensando
Que es un lugar para ranchaear.

Miseria
Nos volveremos a ver
No en el Río de la plata
Ni en el Río de las nubes:
Nos volveremos a ver en este poema
Y en las alcantarillas.









Recuerdo que de chico

Jugaba con cajas de verdura

Y las desarmaba

Para hacer aviones.



También hice barriletes con diarios

Y papel crepé

Aunque me gustaban los hecho en serie

De plástico con estampados

De Meteoro, He-man, River, Boca

Superman y El hombre araña.



Sobreviví en la calle

Armando malabares con pelotas

Rellenas con arroz

Palos de escoba y plumeros

Envueltos con cámaras de bicicleta

El bastón del diablo que hago es único.

Aunque me gustan los hechos por K8

Los he roto a todos.



Parece que toda mi vida hice lo mismo

Reutilizar los descartes.

Me pregunto que forma tenía este poema

Antes desarmarlo

Y reutilizarlo.










Recuerdo que de chico
Jugaba con cajas de verdura
Y las desarmaba
Para hacer aviones.

También hice barriletes con diarios
Y papel crepé
Aunque me gustaban los hecho en serie
De plástico con estampados
De Meteoro, He-man, River, Boca
Superman y El hombre araña.

Sobreviví en la calle
Armando malabares con pelotas
Rellenas con arroz
Palos de escoba y plumeros
Envueltos con cámaras de bicicleta
El bastón del diablo que hago es único.
Aunque me gustan los hechos por K8
Los he roto a todos.

Parece que toda mi vida hice lo mismo
Reutilizar los descartes.
Me pregunto que forma tenía este poema
Antes desarmarlo
Y reutilizarlo.




Algunas consideraciones sobre Kafka

   La primera vez que leí el nombre de Kafka fue en una novela llamada Tocayo de Antonio Navarro. Una novela que se desarrolla entre la dictadura de Fulgencio Batista y lo que vendría después: algunos dirán dictadura otros no sé. No es este un ensayo político y quizás ni llegue a ser un ensayo.

   Antonio Navarro es un administrador del ingenio azucarero familiar. Según la novela Cuba era, antes de la llegada de la Revolución, un gran exportador de azúcar, y casi al mitad de lo ingenios azucareros estaban en manos de capitalistas yankis. Corta: el 1 de enero del 59 la Revolución llega a La Habana. Comienza la división de clases y comienza a circular la palabra"Oligarcas". Antonio Navarro es, obvio, un oligarca y en la Cuba de esa época, y quizás ahora también, era algo mal visto. Parece que los únicos que tienen el derecho a saquear al pueblo y enriquecerse obscenamente son los políticos. La dictadura de Batista no fue la excepción y la de los Castro todavía no se sabe. En fin, que tiene que ver Kafka en todo esto.

  La novela narra la transición y desarrollo de la Revolución y los cambios sociales y económicos. Entre los grandes anuncios de Castro en ese primer año, en esos meetings masivos que daba casi todos los días, se anuncia la nacionalización de las empresas extranjeras.(¿Les suena?). Antonio Navarro teme por la empresa familiar. Para ese entonces los guerrilleros que se abrieron por la Sierra Maestra y el barro, a puro fuego y muerte ya están cómodamente acomodados en grandes y lujosas oficinas del Estado y ganando grandes y lujosos y cómodos sueldos. El Che Guevara no se queda afuera, es más, es designado como presidente del Banco Nacional de Cuba. El ángel de la muerte encargado de dar el Tiro de gracia a los sentenciados-enemigos de la Revolución en La cabaña ahora pasa a manejar el destino económico de la isla. Los Estados Unidos miraron con gracia a la isla, duraría poco esa gracia.

   Antes de que se anuncien la expropiaciones Tony (Así se llama Antonio en la novela) se larga a una carrera burocrática entre funcionarios estatales y oficinas espectrales. El plan de Tony es entrevistarse con Guevara para que no le expropien el ingenio azucarero familiar. Tony declara que se entrevista con el Che de noche en una oficina espectral. El dato de color, parentesis, es que los billetes de la administración Guevara era firmados como "Che", cierra parentesis. La imagen del Che ( la novela la leí a los 16 años y con millones de neuronas más) es la de Guevara sentado en un gran sillón de cuero, que da a un ventanal alto y la habitación es alta y cubierta por el humo de los puros cubanos que Ernesto fuma sin descanso. Según Navarro, Guevara no se siente cómodo con la tarea que le ha encomendado la Revolución. El Che Guevara antes de terminar con la entrevista nocturna le promete a Tony Navarro que no le expropiaran el ingenio. El Che Guevera le dice a Tony Navarro que lea El Proceso de Kafka. En el medio de la noche de La Habana termina la entrevista.

   Esta escena Kafkiana se encuentra en la mitad de la novela. El ingenio azucarero de Tony, todos los ingenios, todo empresa nacional e internacional es nacionalizada por la Revolución y para "el pueblo". El resto de la novela trata sobre cómo se armó la resistencia contra la Revolución. También del origen del resentimiento yanqui con Cuba. Con el capital del otro cualquiera es socialista.

   Por un tiempo pensé que el título que Guevara le recomienda a Navarro era El proceso de Kafka, todo junto. No tenía ni idea de quien era Kafka. No sé cómo ni por qué un día mi viejo, con el que nos odiábamos fuertemente, llegó no sé de donde y me dio La metamorfosis. Cuando leí la biografía de Kafka lloré, cuando leí la obra lloré, cuando me identifiqué con Gregorio tratando de comunicarse con su padre lloré: La metamorfosis hablaba de mí y de lo que iba a venir, de mi propia metamorfosis. Después me enteré de El castillo, América, Investigaciones de un perro, El fogonero, etc.

    Ya es harto sabido el contenido de El proceso y del concepto kafkiano. Lo que Guevara le quiere advertir a Navarro es el carácter absurdo de la Revolución. Sé que Borges lo diría con más elegancia que yo. Para Borges la paradoja de Aquiles y la tortuga es el argumento de El castillo. Cuba sería El castillo, la Revolución: K (lean El Castillo). Qué pasaría si Aquiles alcanza a la tortuga. Qué pasaría si K entra al Castillo. Qué pasaría si la Revolución vence. Qué pasaría con la dialéctica. Qué hubiera pasado acá si el E.R.P y Montoneros se hubieran hecho del poder. De cuántos 30.000 se hablarían hoy.

   El Che Guevara no dura mucho. Luego de ser ministro de industria se toma el palo.

   El Che Guevara también le estaba advirtiendo a Navarro como moriría. En un laberinto selvático, sin ninguna chance de vencer, a manos de un cobarde, sin pasión, cumpliendo una orden que hasta el mismo Guevara tuvo que acentuar:" ¡Póngase sereno! ¡Va a matar a un hombre!". El mismo final que los personales kafkianos.

    El desembarco de la resistencia de exiliados cubanos  en Bahía de cochinos también es digno de Kafka.



  Resumiendo:

                       Hoy más que nunca el kafkianismo está presente en todo. Desde el sinsentido de este mundo contemporáneo que cada vez más sofoca la existencia, hasta los macro movimientos sociales y políticos y en cualquier parte del mundo. De izquierda o de derecha no hay salida para ningún lado. Al castillo no se accede. El campesino que se presenta ante le ley y el guardián que le cierra la puerta junto antes de que el campesino muera son estados de cosas que todo el tiempo pasan. Para dónde es la salida.¿ Hay que tomar las cosas de pecho? La idiosincrasia del poder es corromperse a sí mismo. En ese caso nunca va a haber movimiento dialéctico que haga progresar a la historia y a las sociedades. ya que el que accede al poder será corrompido por el propio poder. Entonces cómo confiar en los que buscan el Poder. Siempre se habla de utopías, disolución de clases. Pero de lo que nunca se habla es de una sociedad, no sin corrupción, si no sin corruptos: se acaba con el problema. Y acá vuelve lo paradójico y kafkiano. Lo más simple es lo más irrealizable. Y esto se puede confirmar desde la experiencia personal. Si el viernes tengo la plata para el alquiler, la luz, el agua y el gas, y desde el viernes hasta el domingo me la paso ostentando y regalando plata y diciendo de lo bien que me administro, ¿El lunes no voy a tener un gran cagadón? Así se mueve este país desde hace 50 años más o menos.

   He recorrido pasillos oscuros. He asistido a muertes absurdas, sin pasión. He recorrido tribunales y juzgados espectrales. He visto jueces que no tienen idea sobre Justicia, policías que ni siquiera sabían tomar las huellas digitales. Papeles y montañas de papeles, firmas, probation, juicios abreviados. He golpeado las puerta de El castillo, me he presentado ante la ley; qué no he hecho que Guevara no me haya advertido en 1996.



   Para Finalizar:

                          Saliendo de la Villa 21 cruzamos con el Chaqueño hacia Avellaneda por la Vélez Sarfield. Nos pusimos a fumar porro en el lado de provincia. Llega un patrullero, encuentran los fasos, los dos arriba. La rutina de siempre, revisión integra, pianito y esperar para ir al médico que está en el triángulo de Bernal. La policía se proteje de futuras acciones legales por apremios ilegales o esas cosas raras que tanto les encanta a ellos. En fin. Vamos amarrocados con el Chaqueñó en la parte de atrás de la trulla. Hay poco transito en Pavón. En un semáforo un auto queda al lado de la trulla. El conductor, un tipo de clase media que está volviendo de algún trabajo precarizado, se apoya en el volante, parece cansado. Mira hacia la patrulla, nos mira, y sus labios hacen el movimiento de las palabras:" estos negros de mierda". Yo aprovecho mi condición de alto delincuente y lo miro fijo por lo que dura el semáforo. El precarizado mira para adelante y pide que se ponga en verde la luz. La luz se pone en verde. Fin. Es pedagógico sentir el desprecio de la sociedad.

    De acuerdo al lugar que uno tenga en el gallinero va a ser a los que vas a garcar. El que está más arriba más garcaal resto; el que está abajo del todo se ahoga con los garcos del resto. Creo que el término garca viene de oligarca. Me acuerdo de un policía que al pararnos por drogas, él decía que había que partir a los garcas, que los garcas arruinaron este país. Esta es la única cosa lúcida que le he escuchado decir a un policía. Un pinta que iba al comedor de Pacheco de Melo y Larrea los encaraba a los viejos y le decía: "¡He garca! ¡Dame dos pesos!". ¡Y le daban la plata!

  Yo por mi parte ya no espero a que el guardián me abra la puerta de la ley. Ya sé que es una sola, exclusiva para mí, que no tengo que esperar hasta el último aliento de vida, sé de las pulgas del abrigo del guardián y los nombres de estas. No espero ninguna Revolución. Sé que no hay que hacer tanta fuerza para abrirla, y el guardián no es tan poderoso. Lo sé porque estoy del otro lado. Gracias Kafka, gracias Che.


















Algunas consideraciones sobre Kafka

   La primera vez que leí el nombre de Kafka fue en una novela llamada Tocayo de Antonio Navarro. Una novela que se desarrolla entre la dictadura de Fulgencio Batista y lo que vendría después: algunos dirán dictadura otros no sé. No es este un ensayo político y quizás ni llegue a ser un ensayo.
   Antonio Navarro es un administrador del ingenio azucarero familiar. Según la novela Cuba era, antes de la llegada de la Revolución, un gran exportador de azúcar, y casi al mitad de lo ingenios azucareros estaban en manos de capitalistas yankis. Corta: el 1 de enero del 59 la Revolución llega a La Habana. Comienza la división de clases y comienza a circular la palabra"Oligarcas". Antonio Navarro es, obvio, un oligarca y en la Cuba de esa época, y quizás ahora también, era algo mal visto. Parece que los únicos que tienen el derecho a saquear al pueblo y enriquecerse obscenamente son los políticos. La dictadura de Batista no fue la excepción y la de los Castro todavía no se sabe. En fin, que tiene que ver Kafka en todo esto.
  La novela narra la transición y desarrollo de la Revolución y los cambios sociales y económicos. Entre los grandes anuncios de Castro en ese primer año, en esos meetings masivos que daba casi todos los días, se anuncia la nacionalización de las empresas extranjeras.(¿Les suena?). Antonio Navarro teme por la empresa familiar. Para ese entonces los guerrilleros que se abrieron por la Sierra Maestra y el barro, a puro fuego y muerte ya están cómodamente acomodados en grandes y lujosas oficinas del Estado y ganando grandes y lujosos y cómodos sueldos. El Che Guevara no se queda afuera, es más, es designado como presidente del Banco Nacional de Cuba. El ángel de la muerte encargado de dar el Tiro de gracia a los sentenciados-enemigos de la Revolución en La cabaña ahora pasa a manejar el destino económico de la isla. Los Estados Unidos miraron con gracia a la isla, duraría poco esa gracia.
   Antes de que se anuncien la expropiaciones Tony (Así se llama Antonio en la novela) se larga a una carrera burocrática entre funcionarios estatales y oficinas espectrales. El plan de Tony es entrevistarse con Guevara para que no le expropien el ingenio azucarero familiar. Tony declara que se entrevista con el Che de noche en una oficina espectral. El dato de color, parentesis, es que los billetes de la administración Guevara era firmados como "Che", cierra parentesis. La imagen del Che ( la novela la leí a los 16 años y con millones de neuronas más) es la de Guevara sentado en un gran sillón de cuero, que da a un ventanal alto y la habitación es alta y cubierta por el humo de los puros cubanos que Ernesto fuma sin descanso. Según Navarro, Guevara no se siente cómodo con la tarea que le ha encomendado la Revolución. El Che Guevara antes de terminar con la entrevista nocturna le promete a Tony Navarro que no le expropiaran el ingenio. El Che Guevera le dice a Tony Navarro que lea El Proceso de Kafka. En el medio de la noche de La Habana termina la entrevista.
   Esta escena Kafkiana se encuentra en la mitad de la novela. El ingenio azucarero de Tony, todos los ingenios, todo empresa nacional e internacional es nacionalizada por la Revolución y para "el pueblo". El resto de la novela trata sobre cómo se armó la resistencia contra la Revolución. También del origen del resentimiento yanqui con Cuba. Con el capital del otro cualquiera es socialista.
   Por un tiempo pensé que el título que Guevara le recomienda a Navarro era El proceso de Kafka, todo junto. No tenía ni idea de quien era Kafka. No sé cómo ni por qué un día mi viejo, con el que nos odiábamos fuertemente, llegó no sé de donde y me dio La metamorfosis. Cuando leí la biografía de Kafka lloré, cuando leí la obra lloré, cuando me identifiqué con Gregorio tratando de comunicarse con su padre lloré: La metamorfosis hablaba de mí y de lo que iba a venir, de mi propia metamorfosis. Después me enteré de El castillo, América, Investigaciones de un perro, El fogonero, etc.
    Ya es harto sabido el contenido de El proceso y del concepto kafkiano. Lo que Guevara le quiere advertir a Navarro es el carácter absurdo de la Revolución. Sé que Borges lo diría con más elegancia que yo. Para Borges la paradoja de Aquiles y la tortuga es el argumento de El castillo. Cuba sería El castillo, la Revolución: K (lean El Castillo). Qué pasaría si Aquiles alcanza a la tortuga. Qué pasaría si K entra al Castillo. Qué pasaría si la Revolución vence. Qué pasaría con la dialéctica. Qué hubiera pasado acá si el E.R.P y Montoneros se hubieran hecho del poder. De cuántos 30.000 se hablarían hoy.
   El Che Guevara no dura mucho. Luego de ser ministro de industria se toma el palo.
   El Che Guevara también le estaba advirtiendo a Navarro como moriría. En un laberinto selvático, sin ninguna chance de vencer, a manos de un cobarde, sin pasión, cumpliendo una orden que hasta el mismo Guevara tuvo que acentuar:" ¡Póngase sereno! ¡Va a matar a un hombre!". El mismo final que los personales kafkianos.
    El desembarco de la resistencia de exiliados cubanos  en Bahía de cochinos también es digno de Kafka.

  Resumiendo:
                       Hoy más que nunca el kafkianismo está presente en todo. Desde el sinsentido de este mundo contemporáneo que cada vez más sofoca la existencia, hasta los macro movimientos sociales y políticos y en cualquier parte del mundo. De izquierda o de derecha no hay salida para ningún lado. Al castillo no se accede. El campesino que se presenta ante le ley y el guardián que le cierra la puerta junto antes de que el campesino muera son estados de cosas que todo el tiempo pasan. Para dónde es la salida.¿ Hay que tomar las cosas de pecho? La idiosincrasia del poder es corromperse a sí mismo. En ese caso nunca va a haber movimiento dialéctico que haga progresar a la historia y a las sociedades. ya que el que accede al poder será corrompido por el propio poder. Entonces cómo confiar en los que buscan el Poder. Siempre se habla de utopías, disolución de clases. Pero de lo que nunca se habla es de una sociedad, no sin corrupción, si no sin corruptos: se acaba con el problema. Y acá vuelve lo paradójico y kafkiano. Lo más simple es lo más irrealizable. Y esto se puede confirmar desde la experiencia personal. Si el viernes tengo la plata para el alquiler, la luz, el agua y el gas, y desde el viernes hasta el domingo me la paso ostentando y regalando plata y diciendo de lo bien que me administro, ¿El lunes no voy a tener un gran cagadón? Así se mueve este país desde hace 50 años más o menos.
   He recorrido pasillos oscuros. He asistido a muertes absurdas, sin pasión. He recorrido tribunales y juzgados espectrales. He visto jueces que no tienen idea sobre Justicia, policías que ni siquiera sabían tomar las huellas digitales. Papeles y montañas de papeles, firmas, probation, juicios abreviados. He golpeado las puerta de El castillo, me he presentado ante la ley; qué no he hecho que Guevara no me haya advertido en 1996.

   Para Finalizar:
                          Saliendo de la Villa 21 cruzamos con el Chaqueño hacia Avellaneda por la Vélez Sarfield. Nos pusimos a fumar porro en el lado de provincia. Llega un patrullero, encuentran los fasos, los dos arriba. La rutina de siempre, revisión integra, pianito y esperar para ir al médico que está en el triángulo de Bernal. La policía se proteje de futuras acciones legales por apremios ilegales o esas cosas raras que tanto les encanta a ellos. En fin. Vamos amarrocados con el Chaqueñó en la parte de atrás de la trulla. Hay poco transito en Pavón. En un semáforo un auto queda al lado de la trulla. El conductor, un tipo de clase media que está volviendo de algún trabajo precarizado, se apoya en el volante, parece cansado. Mira hacia la patrulla, nos mira, y sus labios hacen el movimiento de las palabras:" estos negros de mierda". Yo aprovecho mi condición de alto delincuente y lo miro fijo por lo que dura el semáforo. El precarizado mira para adelante y pide que se ponga en verde la luz. La luz se pone en verde. Fin. Es pedagógico sentir el desprecio de la sociedad.
    De acuerdo al lugar que uno tenga en el gallinero va a ser a los que vas a garcar. El que está más arriba más garcaal resto; el que está abajo del todo se ahoga con los garcos del resto. Creo que el término garca viene de oligarca. Me acuerdo de un policía que al pararnos por drogas, él decía que había que partir a los garcas, que los garcas arruinaron este país. Esta es la única cosa lúcida que le he escuchado decir a un policía. Un pinta que iba al comedor de Pacheco de Melo y Larrea los encaraba a los viejos y le decía: "¡He garca! ¡Dame dos pesos!". ¡Y le daban la plata!
  Yo por mi parte ya no espero a que el guardián me abra la puerta de la ley. Ya sé que es una sola, exclusiva para mí, que no tengo que esperar hasta el último aliento de vida, sé de las pulgas del abrigo del guardián y los nombres de estas. No espero ninguna Revolución. Sé que no hay que hacer tanta fuerza para abrirla, y el guardián no es tan poderoso. Lo sé porque estoy del otro lado. Gracias Kafka, gracias Che.






Una navidad diferente

  “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti” Friedrich Nietzsche        Pasó por la puerta principa...