viernes, 29 de junio de 2018

El ángel de la muerte

Nos acompaña por los pasillos

De Paseo Colón.



Nos acompaña y a veces

Nos arrastra

Por la ciénagas de esta

Ciudad lúgubre

Fantasmal, que respira

Su decadencia por las

Alcantarillas

Por la humedad gris

Por estas torturadas almas

Que piden por favor

Que el ángel acabe con este

Tormento terrenal.



La luna observa atenta

La luna estimula la actividad

De los cerebros esquizoides

Y licantrópicos;

La luna también nos arrastra

A su mundo de hombres lobos

Que aullan en la Torre de los

Ingleses,

A su mundo de fascinación

Saturada de surrealidad

Comos esos conejos de 8 patas

Que se desplazan por Avenida

Del Liberador rumbo a un arco

Iris que atraviesa la autopista

Illia y que en surrealidad

No es un arco iris: es un tobogán .



Nos dirigimos al tobogán

El ángel de la muerte

Nos sigue acompañando

La luna también

Los conejos de 8 patas

Se divierten en el tobogán;

Un enfermero me suministra

Mi antipsicótico diario

Y en cuestión de segundos

Todas estas imágenes se desvanecen.










El ángel de la muerte
Nos acompaña por los pasillos
De Paseo Colón.

Nos acompaña y a veces
Nos arrastra
Por la ciénagas de esta
Ciudad lúgubre
Fantasmal, que respira
Su decadencia por las
Alcantarillas
Por la humedad gris
Por estas torturadas almas
Que piden por favor
Que el ángel acabe con este
Tormento terrenal.

La luna observa atenta
La luna estimula la actividad
De los cerebros esquizoides
Y licantrópicos;
La luna también nos arrastra
A su mundo de hombres lobos
Que aullan en la Torre de los
Ingleses,
A su mundo de fascinación
Saturada de surrealidad
Comos esos conejos de 8 patas
Que se desplazan por Avenida
Del Liberador rumbo a un arco
Iris que atraviesa la autopista
Illia y que en surrealidad
No es un arco iris: es un tobogán .

Nos dirigimos al tobogán
El ángel de la muerte
Nos sigue acompañando
La luna también
Los conejos de 8 patas
Se divierten en el tobogán;
Un enfermero me suministra
Mi antipsicótico diario
Y en cuestión de segundos
Todas estas imágenes se desvanecen.




miércoles, 27 de junio de 2018

Epitafio

A Lourdes López 





Una paloma posada

En un sepulcro,

Descansa en la cabecera

De mármol

Y me da la respuesta

A una pregunta que todavía

No me he me formulado.



Una paloma

La poesía

El sepulcro

El lenguaje

Las osamentas del lenguaje

Esta actividad arqueológica-

Poética de querer captar

Este tiempo efímero

Difuso

Con un lenguaje que vive y muere

A la vez, en cada momento

En que nombro esas cosas

Que ya dejaron de ser;

Pero el poema deja el registro

Las osamentas de las cosas

El paso de mi osamenta racional

Por este cementerio sereno

Que alberga a mamá

A mi tía

A mi abuela

A mis amigos;

Este cementerio que seguro

Me albergará.

El que seguro ya me está albergando .

Ya que me encuentro posado

Sobre la cabecera de mármol

De un sepulcro.



Un sepulcro en donde hay un epitafio

Un epitafio que reza:

"Omnes volui scribere carmenes erat"

(Lo único que quería

Era escribir versos)










Epitafio

A Lourdes López 


Una paloma posada
En un sepulcro,
Descansa en la cabecera
De mármol
Y me da la respuesta
A una pregunta que todavía
No me he me formulado.

Una paloma
La poesía
El sepulcro
El lenguaje
Las osamentas del lenguaje
Esta actividad arqueológica-
Poética de querer captar
Este tiempo efímero
Difuso
Con un lenguaje que vive y muere
A la vez, en cada momento
En que nombro esas cosas
Que ya dejaron de ser;
Pero el poema deja el registro
Las osamentas de las cosas
El paso de mi osamenta racional
Por este cementerio sereno
Que alberga a mamá
A mi tía
A mi abuela
A mis amigos;
Este cementerio que seguro
Me albergará.
El que seguro ya me está albergando .
Ya que me encuentro posado
Sobre la cabecera de mármol
De un sepulcro.

Un sepulcro en donde hay un epitafio
Un epitafio que reza:
"Omnes volui scribere carmenes erat"
(Lo único que quería
Era escribir versos)




lunes, 25 de junio de 2018

En la mesa reposa

Un lustramuebles

El servilletero

Las llaves mías y de papá

Un cargador

Tijeras

Escarbadientes

El termo y el mate

Un libro de cocina

Un pimentero y un par de gafas

Alicates, anillos, un broche

El gato que va y viene sobre

La mesa;

Papá contando su dinero

Y yo que hago el inventario

De lo que esta poesía está observando

Siguiendo el precepto de Giannuzzi.



Y siguiendo ese precepto

No debo dejar a mi mente esquizoide

Que derrame toda su imaginación y versos

Sobre estos objetos que hacen

Presión sobre mis sentidos,

No debo escribir sobre mis sentimientos

O sobre mis continuos fracasos

Mis infinitos versos estériles

Esos versos que saturarían

Y arruinarían

El intento objetivista de este poema.



Entonces, bueno

Si poesía es todo lo que está

Observando

Esto es todo.






En la mesa reposa
Un lustramuebles
El servilletero
Las llaves mías y de papá
Un cargador
Tijeras
Escarbadientes
El termo y el mate
Un libro de cocina
Un pimentero y un par de gafas
Alicates, anillos, un broche
El gato que va y viene sobre
La mesa;
Papá contando su dinero
Y yo que hago el inventario
De lo que esta poesía está observando
Siguiendo el precepto de Giannuzzi.

Y siguiendo ese precepto
No debo dejar a mi mente esquizoide
Que derrame toda su imaginación y versos
Sobre estos objetos que hacen
Presión sobre mis sentidos,
No debo escribir sobre mis sentimientos
O sobre mis continuos fracasos
Mis infinitos versos estériles
Esos versos que saturarían
Y arruinarían
El intento objetivista de este poema.

Entonces, bueno
Si poesía es todo lo que está
Observando
Esto es todo.


jueves, 21 de junio de 2018

Mi mente divaga 

En las partes obscuras 


Y silenciosas de la noche.


Los pensamientos 


Se distraen 


Las emociones se han enfriado


Y ya no queda nada 


Para rescatar.





Todo se fragmenta


Cada parte de mi Ser


Toma un cause distinto


Desde aquí


Ofrezco saludos


Lo que forma mi identidad


Se va fundiendo con la noche


Con las estrellas que están muriendo


Con el sueño que tuve en mi primer día


De vida


Con el último que tendré 


Con tu sonrisa


Con tus audios de whatsApp


Con todas las fojas de


Mis causas judiciales 


Con la historia clínica de mamá.





Quedo en el umbral


Despojado de todo


Ya puedo decir 


Que se ha aniquilado mi Yo


En el firmamento


Estallan en burbujas multicolores 


Todas las memorias de mi identidad.





Al fin el tiempo se ha detenido


No hay palabras para definir 


Tanta libertad. 


















Mi mente divaga 
En las partes obscuras 
Y silenciosas de la noche.
Los pensamientos 
Se distraen 
Las emociones se han enfriado
Y ya no queda nada 
Para rescatar.

Todo se fragmenta
Cada parte de mi Ser
Toma un cause distinto
Desde aquí
Ofrezco saludos
Lo que forma mi identidad
Se va fundiendo con la noche
Con las estrellas que están muriendo
Con el sueño que tuve en mi primer día
De vida
Con el último que tendré 
Con tu sonrisa
Con tus audios de whatsApp
Con todas las fojas de
Mis causas judiciales 
Con la historia clínica de mamá.

Quedo en el umbral
Despojado de todo
Ya puedo decir 
Que se ha aniquilado mi Yo
En el firmamento
Estallan en burbujas multicolores 
Todas las memorias de mi identidad.

Al fin el tiempo se ha detenido
No hay palabras para definir 
Tanta libertad. 





miércoles, 20 de junio de 2018

La luz de la farola

Que observa al fracaso

De escritor que soy,

Esa farola que ilumina

Al viento y a los ladridos

De los perros.



Me acompaña en el ritmo

Impulsivo de las teclas

Que a toda furia

Quieren drenar la bilis negra

De mis entrañas. Esa bilis

Que tiñe con sus emanaciones

Ponzoñosas, todos los intentos

De poemas que escribo,

Bajo la supervisión inquisidora

De la farola: esa misma farola

Que me abrigó y albergo

En Buenos Aires, Santa cruz,

Pedro Luro, Santiago de Chile

Y Montevideo.



Y cuando tropiezo entre fracaso

Y fracaso;

Salgo a la vereda y conversamos

En silencio, entre ladridos

De perros y maullidos de gatos

Entre mi fantasía esquizoide

Y las pulgas de mi perro.



Hoy es una buena noche para conversar

Ya he tirado más de cien hojas

A la basura. Lo mejor es preparar

Un café, ponerme mi bata y sentarme

En la vereda: sé que cuando

Miro a la farola,

La farola mira en mí.

Y cuando eso sucede

Los poemas son más fáciles

De escribir.







La luz de la farola
Que observa al fracaso
De escritor que soy,
Esa farola que ilumina
Al viento y a los ladridos
De los perros.

Me acompaña en el ritmo
Impulsivo de las teclas
Que a toda furia
Quieren drenar la bilis negra
De mis entrañas. Esa bilis
Que tiñe con sus emanaciones
Ponzoñosas, todos los intentos
De poemas que escribo,
Bajo la supervisión inquisidora
De la farola: esa misma farola
Que me abrigó y albergo
En Buenos Aires, Santa cruz,
Pedro Luro, Santiago de Chile
Y Montevideo.

Y cuando tropiezo entre fracaso
Y fracaso;
Salgo a la vereda y conversamos
En silencio, entre ladridos
De perros y maullidos de gatos
Entre mi fantasía esquizoide
Y las pulgas de mi perro.

Hoy es una buena noche para conversar
Ya he tirado más de cien hojas
A la basura. Lo mejor es preparar
Un café, ponerme mi bata y sentarme
En la vereda: sé que cuando
Miro a la farola,
La farola mira en mí.
Y cuando eso sucede
Los poemas son más fáciles
De escribir.


Ser-para-el-amor

Ser-para-la-vida

Ser-para-la-muerte

Ser-para-el-tiempo

Ser- para-la-fenomenología-

De-la-conciencia

Inmanente-del-tiempo

Ser-para-vos

Ser-para-mí

Ser-para-la-poesía

Ser-para-las-letrinas

Ser-para-las-letras

Ser-para-la-filosofía

Ser-para-la-Crítica-de-la

Razón-pura

Ser-para-nada-

Ser-para-el-Ser

Ser-para-las-monadas

Ser-para-El-aleph

Ser-para-Evaristo-Carriego

Ser-para-el-linyera-que-habita-en-mi

Ser-para-ellos

Ser-para-la-gilada

Ser-para-los-que-no

Pasan-cabida

Ser-para-los-tiragente

Ser-para-los-decerebrados

Ser-para-los-inteligentes

Ser-para-el-arrullo-de-los-árboles-que-no-dejan-de-flamear-nunca-sus-ramas-delicadas-acariciadas-

Por-el-fresco-viento-soplando-llegando-desde-La-pampa-o-Sierra-de-la-ventana-o-Tándil-y-que-

Nunca-se-detiene-nunca-se-cansa-nunca-emite-objeciones-por-fatigar-y-fatigar-kilómetros-y-Kilómetros-para-llegar-hasta-mi-casa-hasta-mí-hasta-este-poema

Ser-para-mis-mascotas

Ser-para-mi-padre

Ser-para-los-ancianos

Ser-para-el-amor

Ser-para-la-vida

Ser-para-la-muerte

Eso-ya-lo-dije

Ser-ahí.








Ser-para-el-amor
Ser-para-la-vida
Ser-para-la-muerte
Ser-para-el-tiempo
Ser- para-la-fenomenología-
De-la-conciencia
Inmanente-del-tiempo
Ser-para-vos
Ser-para-mí
Ser-para-la-poesía
Ser-para-las-letrinas
Ser-para-las-letras
Ser-para-la-filosofía
Ser-para-la-Crítica-de-la
Razón-pura
Ser-para-nada-
Ser-para-el-Ser
Ser-para-las-monadas
Ser-para-El-aleph
Ser-para-Evaristo-Carriego
Ser-para-el-linyera-que-habita-en-mi
Ser-para-ellos
Ser-para-la-gilada
Ser-para-los-que-no
Pasan-cabida
Ser-para-los-tiragente
Ser-para-los-decerebrados
Ser-para-los-inteligentes
Ser-para-el-arrullo-de-los-árboles-que-no-dejan-de-flamear-nunca-sus-ramas-delicadas-acariciadas-
Por-el-fresco-viento-soplando-llegando-desde-La-pampa-o-Sierra-de-la-ventana-o-Tándil-y-que-
Nunca-se-detiene-nunca-se-cansa-nunca-emite-objeciones-por-fatigar-y-fatigar-kilómetros-y-Kilómetros-para-llegar-hasta-mi-casa-hasta-mí-hasta-este-poema
Ser-para-mis-mascotas
Ser-para-mi-padre
Ser-para-los-ancianos
Ser-para-el-amor
Ser-para-la-vida
Ser-para-la-muerte
Eso-ya-lo-dije
Ser-ahí.



domingo, 17 de junio de 2018

Visión psicótica

En la plaza

Los abuelos dan

Migas de pan a las palomas.



Ellos se entretienen

Ellas se alimentan

Yo quedo perplejo

Cuando las palomas

Levantan vuelo

Llevándose consigo a los abuelos.



Sé que parece y es una locura

De lo contrario

No estaría escribiendo esto

En el patio del neuropsiquiátrico.



Y es que quise ser objetivista

Pero mi visión psicótica

De la Realidad

Me impide serlo;

Y es que en cada imagen

Cada idea

Cada sentimiento

Que trato de captar

Se superponen planos y planos

Y la Realidad

Se distancia más más más y más

Del objeto observado:

Hasta lo infinitesimal.



Veo una bandada de pájaros

Comienzan a arrojar bombas

Por todos lados;

Corro a esconderme

En un refugio imaginario:

¿Se dieron cuenta?

Los planos comenzaron a superponerse

Y se terminaran agotando

En lo infinitesimal.



Por las dudas no saldré del refugio

Hasta que termine el bombardeo.










Visión psicótica

En la plaza
Los abuelos dan
Migas de pan a las palomas.

Ellos se entretienen
Ellas se alimentan
Yo quedo perplejo
Cuando las palomas
Levantan vuelo
Llevándose consigo a los abuelos.

Sé que parece y es una locura
De lo contrario
No estaría escribiendo esto
En el patio del neuropsiquiátrico.

Y es que quise ser objetivista
Pero mi visión psicótica
De la Realidad
Me impide serlo;
Y es que en cada imagen
Cada idea
Cada sentimiento
Que trato de captar
Se superponen planos y planos
Y la Realidad
Se distancia más más más y más
Del objeto observado:
Hasta lo infinitesimal.

Veo una bandada de pájaros
Comienzan a arrojar bombas
Por todos lados;
Corro a esconderme
En un refugio imaginario:
¿Se dieron cuenta?
Los planos comenzaron a superponerse
Y se terminaran agotando
En lo infinitesimal.

Por las dudas no saldré del refugio
Hasta que termine el bombardeo.





El sol que entra por el ventanal,


Abraza al sillón


Al mate, a las galletitas


Al dulce, a la manteca;


A estos dos sujetos


Padre e hijo


Que se adoptaron mutuamente.





Silencio entre mate y mate,


Iván de Pineda hace una pregunta


Las mascotas desparramadas


Por el piso


Y la pregunta sería:


¿Es esto un momento perfecto?


¿Un momento de fe perfecta?





Y hay silencio


Compañerismo


Preocupación entre ellos


Porque ya no hay resentimientos


Ya no hay odio


No hay golpes de puño


Entre ellos


Ya no hay dolor.





Él ya no le pide nada


Ya no le reclama nada;


No le reclama que entienda su dolor


No le reclama que entienda


Sobre la desesperación


De tener que empuñar un arma


Para consumir otra dosis;


No le pide que entienda


Lo que es la soledad


O la depresión absoluta


Lo que es tocar fondo


Lo que es el fracaso


Lo que es ser un muerto civil-espiritual.





No le pide que entienda


Lo que es la rendición


Enmendar el daño causado


A la sociedad, la familia


A sí mismo;


Lo que son los despertares espirituales;


No le pide que entienda


Lo que él significa para él


Después de haberlo arrastrado


Muerto en la guardia del hospital;


Lo que significa el día a día


Tenerlo junto a él.





Ya no le pide nada


Porque ya nada hace falta.





Solo el silencio entre


Cada mate


La preocupación amorosa mutua


De dos personas


Que ya no se odian.





El mate sigue dialogando


Entre ellos.





Él contempla la luz


Que desborda por la ventana


Se le hace un nudo en la garganta


Pero en vez de llorar sonríe;


Sabe que esa luz


Es la sonrisa de su madre




Que los cuida a ambos.












El sol que entra por el ventanal,
Abraza al sillón
Al mate, a las galletitas
Al dulce, a la manteca;
A estos dos sujetos
Padre e hijo
Que se adoptaron mutuamente.

Silencio entre mate y mate,
Iván de Pineda hace una pregunta
Las mascotas desparramadas
Por el piso
Y la pregunta sería:
¿Es esto un momento perfecto?
¿Un momento de fe perfecta?

Y hay silencio
Compañerismo
Preocupación entre ellos
Porque ya no hay resentimientos
Ya no hay odio
No hay golpes de puño
Entre ellos
Ya no hay dolor.

Él ya no le pide nada
Ya no le reclama nada;
No le reclama que entienda su dolor
No le reclama que entienda
Sobre la desesperación
De tener que empuñar un arma
Para consumir otra dosis;
No le pide que entienda
Lo que es la soledad
O la depresión absoluta
Lo que es tocar fondo
Lo que es el fracaso
Lo que es ser un muerto civil-espiritual.

No le pide que entienda
Lo que es la rendición
Enmendar el daño causado
A la sociedad, la familia
A sí mismo;
Lo que son los despertares espirituales;
No le pide que entienda
Lo que él significa para él
Después de haberlo arrastrado
Muerto en la guardia del hospital;
Lo que significa el día a día
Tenerlo junto a él.

Ya no le pide nada
Porque ya nada hace falta.

Solo el silencio entre
Cada mate
La preocupación amorosa mutua
De dos personas
Que ya no se odian.

El mate sigue dialogando
Entre ellos.

Él contempla la luz
Que desborda por la ventana
Se le hace un nudo en la garganta
Pero en vez de llorar sonríe;
Sabe que esa luz
Es la sonrisa de su madre

Que los cuida a ambos.



Los ojos de Demócrito


Demócrito se arranca los ojos


Para pensar;


Buda no necesita arrancárselos


Borges dice que el tiempo


Ha sido su Demócrito;


El alcoholismo ha sido


El Demócrito de mis abuelos


El cáncer fue el Demócrito de mamá


La adicción es mi Demócrito.





¿Cuál es tu Demócrito?





Hoy vi 500 publicidades


500 necesidades falsas


Vi índices del Indec


Y de la inflación. Caminé por


Las calles de mi barrio


Tratando de comprender


Si esos índices eran Reales


Pero no pude encontrar


Correspondencia.





Solo recordé a ese viejo socialista


Que vivía en


La plaza Rodriguez Peña


Confesando que se había


Arrancado los ojos


Para habitar el capitalismo:


El capitalismo era su Demócrito.





Demócrito


Demócrito


Todavía sigue arrancándose

Los ojos.












Los ojos de Demócrito

Demócrito se arranca los ojos
Para pensar;
Buda no necesita arrancárselos
Borges dice que el tiempo
Ha sido su Demócrito;
El alcoholismo ha sido
El Demócrito de mis abuelos
El cáncer fue el Demócrito de mamá
La adicción es mi Demócrito.

¿Cuál es tu Demócrito?

Hoy vi 500 publicidades
500 necesidades falsas
Vi índices del Indec
Y de la inflación. Caminé por
Las calles de mi barrio
Tratando de comprender
Si esos índices eran Reales
Pero no pude encontrar
Correspondencia.

Solo recordé a ese viejo socialista
Que vivía en
La plaza Rodriguez Peña
Confesando que se había
Arrancado los ojos
Para habitar el capitalismo:
El capitalismo era su Demócrito.

Demócrito
Demócrito
Todavía sigue arrancándose
Los ojos.



viernes, 15 de junio de 2018

San Juan de la Cruz

Silencio es el título

Del poema;


Silencio es el primer verso


Del poema;


Silencio es el tema 


Del poema;


Silencio es lo que trasmite


El poema;


Silencio al leer a San Juan de la Cruz en el patio cubierto de blanco por la helada


Y arrojarme a la luz calor abrigo del sol,


Esa luz que sobrepasa el entendimiento,


Donde otras luces 


Parecen no ser luces 


Donde soy introducido 


A colores que nunca he visto;


Y nunca los he visto


Porque he nacido ciego,


Y es por haber nacido ciego 


Que puedo ver durante la noche


Y es por haber nacido sordo


Que puedo escuchar el silencio 


Y es por no saber escribir 


Que puedo escribir este poema.





Por si no lo advertí:


Silencio es el título

Del poema;


Silencio es el primer verso


Del poema;


Silencio es el tema 


Del poema;


Silencio es lo que trasmite


El poema.
















San Juan de la Cruz

Silencio es el título
Del poema;
Silencio es el primer verso
Del poema;
Silencio es el tema 
Del poema;
Silencio es lo que trasmite
El poema;
Silencio al leer a San Juan de la Cruz en el patio cubierto de blanco por la helada
Y arrojarme a la luz calor abrigo del sol,
Esa luz que sobrepasa el entendimiento,
Donde otras luces 
Parecen no ser luces 
Donde soy introducido 
A colores que nunca he visto;
Y nunca los he visto
Porque he nacido ciego,
Y es por haber nacido ciego 
Que puedo ver durante la noche
Y es por haber nacido sordo
Que puedo escuchar el silencio 
Y es por no saber escribir 
Que puedo escribir este poema.

Por si no lo advertí:
Silencio es el título
Del poema;
Silencio es el primer verso
Del poema;
Silencio es el tema 
Del poema;
Silencio es lo que trasmite
El poema.




El ojo de la noche

Me espía

En mi constante rutina de

Escritura que le quiere

Ganar a la muerte.



Sospecha ya

Hace una década

Que no hay vuelta atrás.



Porque me vio

En una noche de

Constante rutina

Autodestructiva

Alcanzar el tren

Y colgarme del último

Vagón: el que me trajo de

Vuelta a casa.



El ojo de la noche es infatigable

Mi escritura también

Sabe que vamos parejos

La muerte y yo;

Porque espía en cada rincón

De la materia

En cada suspiro mio

Y de la muerte

En cada batalla diaria

Que tenemos,

En los últimos suspiros

Que exhalo antes de dormir

Y en los que la muerte

Intenta ganarme la carrera.



El ojo de la noche

O

Quizás

El ojo de la carne

Extraigo hasta el último aliento

Que le de sentido

Al monótono latir de mi corazón

Al monótono propósito de la muerte

A esta absurda carrera

Que ya todos sabemos

Que voy a perder.














El ojo de la noche
Me espía
En mi constante rutina de
Escritura que le quiere
Ganar a la muerte.

Sospecha ya
Hace una década
Que no hay vuelta atrás.

Porque me vio
En una noche de
Constante rutina
Autodestructiva
Alcanzar el tren
Y colgarme del último
Vagón: el que me trajo de
Vuelta a casa.

El ojo de la noche es infatigable
Mi escritura también
Sabe que vamos parejos
La muerte y yo;
Porque espía en cada rincón
De la materia
En cada suspiro mio
Y de la muerte
En cada batalla diaria
Que tenemos,
En los últimos suspiros
Que exhalo antes de dormir
Y en los que la muerte
Intenta ganarme la carrera.

El ojo de la noche
O
Quizás
El ojo de la carne
Extraigo hasta el último aliento
Que le de sentido
Al monótono latir de mi corazón
Al monótono propósito de la muerte
A esta absurda carrera
Que ya todos sabemos
Que voy a perder.






miércoles, 13 de junio de 2018

La última astilla de leña se quema


Renuevo mi absolución 


Por un día más.





No podría decir que mi inventario 


Diario fue estéril


Al contrario;


Todas la palabras que pensé


Las quemé en prosa y verso.


Todas las que sentí 


Las extirpé de mí 


Ya no quiero palabras atragantadas


Ni sentimientos que envenenen 


Mi sangre;


Ya no quiero dar veinte mil vueltas 


Para decir:


Por favor


Perdón


Gracias


Te quiero


Gracias, pero yo no soy parte de 


Esto, yo no hago esto, tengo cosas 


Que hacer, no lo sé hacer, me decís


Cómo se hace, te extraño, etc, etc.





Aprendí a escribir de grande


Aprendí a sentir hace poco


Aprendí a hablar y callar


Aprendí a no resistirme al dolor.


Aprendí que las sombras que me envuelven 


No son tan pesadas.





Afuera los perros aúllan


Una lechuza cruza en la noche:


Somos seres mitológicos


Viviendo esta experiencia humana.







La última astilla de leña se quema
Renuevo mi absolución 
Por un día más.

No podría decir que mi inventario 
Diario fue estéril
Al contrario;
Todas la palabras que pensé
Las quemé en prosa y verso.
Todas las que sentí 
Las extirpé de mí 
Ya no quiero palabras atragantadas
Ni sentimientos que envenenen 
Mi sangre;
Ya no quiero dar veinte mil vueltas 
Para decir:
Por favor
Perdón
Gracias
Te quiero
Gracias, pero yo no soy parte de 
Esto, yo no hago esto, tengo cosas 
Que hacer, no lo sé hacer, me decís
Cómo se hace, te extraño, etc, etc.

Aprendí a escribir de grande
Aprendí a sentir hace poco
Aprendí a hablar y callar
Aprendí a no resistirme al dolor.
Aprendí que las sombras que me envuelven 
No son tan pesadas.

Afuera los perros aúllan
Una lechuza cruza en la noche:
Somos seres mitológicos
Viviendo esta experiencia humana.



martes, 12 de junio de 2018

La guerra de los mundos


    La cantina
mantiene despierta a la avenida Pasco. El frente del local se encuentra
abarrotado de autos particulares y remises. La noche despierta en sí misma y
comienza a estimular a los cuerpos que fatigan las noches de boliches
bonaerenses. La cantina es la parada obligatoria de cualquier aventurero
noctámbulo. La boletería no da abasto. Los billetes fluyen y fluyen. Adentro ya
está toda la ansiedad acumulada de la semana destilando hacia el alcohol, el
sexo, el baile y la cocaína. Damas gratis suena por los parlantes. El animador
grita por el micrófono:


-“¡¿Qué toma la gente de la cantina?!


-¡Cocaína!-, grita todo el local pisando el
estribillo que dice “vitamina”.


   


     No cabe
un alma más; ni un alma torturada en este purgatorio nocturno. La madrugada ya
está espesa. Los excesos se comienzan a evidenciar. Los nariguetazos en el baño
son incontrolables. Esas mismas narices son las que van desesperadas a la barra
a ingerir litros y litros de cerveza. La música tampoco respira. Los angeles
azules, Los del fuego, Leo Mattioli, Rodrigo, Los palmeras, Pibes chorros, Meta
guacha, Yerba brava también hacen más densa la bailanta. Es evidente que en cualquier momento se pudre.


    Un chanta  pide un vaso de cerveza y al darse vuelta se
choca con otro chanta y el vaso se derrama sobre el segundo chanta. Comienza la
discusión, comienza el pecheo ente ambos, comienzan los insultos y las amenazas
de tiros entre ambos. A su alrededor se juntan los amigos y enseguida se forman
dos bandos dispuestos a todo. Ya está la dinamita servida, ya está la mecha
esperando por el fuego. Y desde algún lugar
del local, una botella sale eyectada y 
estalla en una cabeza. Comienzan los golpes, los cuerpos enredados, las
puñaladas que van y vienen, las botellas que siguen volando, estallando y cortando los
cueros cabelludos.


   El
estruendo detiene la pelea. El techo del local ha desparecido. En su lugar hay
una intensa luz azulina. Todos han quedado estáticos mirando hacia arriba. La
luz va sometiendo a cada uno. Cada uno va siendo atraído por la luz que los va
devorando a todos hacia su interior. En poco menos de 10 minutos el local queda
totalmente vacío. Solo queda la música sonando y las botellas rotas. El vientre
de la máquina se cierra y sigue caminando con sus largas extremidades que la
desplazan por la avenida. A cada paso, por una compuerta lateral, las ropas de
los bailanteros van siendo arrojadas. Flamean con elegancia, con dignidad antes
de tocar el suelo. Otra operación que no dura más de 10 minutos.


   La máquina
se encuentra con otros cientos de máquinas en unos campos por la zona de
Bernal. Desde otra compuerta las máquinas rocían con sangra la tierra, sangre
de humanos.


    Pareciera
que la noche será perpetua desde ahora. Solo se ve cielo con contornos rosados
y violáceos. Fuegos por todos lados, máquinas arrasando y disparando sus rayos
a cada paso. Por todos lados flota la ropa y el único olor es el de la sangre
coagulada.




     El juicio final ha llegado. Pero el juez que dictó sentencia, ha declarado
culpables a toda la Humanidad.


















La guerra de los mundos

    La cantina mantiene despierta a la avenida Pasco. El frente del local se encuentra abarrotado de autos particulares y remises. La noche despierta en sí misma y comienza a estimular a los cuerpos que fatigan las noches de boliches bonaerenses. La cantina es la parada obligatoria de cualquier aventurero noctámbulo. La boletería no da abasto. Los billetes fluyen y fluyen. Adentro ya está toda la ansiedad acumulada de la semana destilando hacia el alcohol, el sexo, el baile y la cocaína. Damas gratis suena por los parlantes. El animador grita por el micrófono:
-“¡¿Qué toma la gente de la cantina?!
-¡Cocaína!-, grita todo el local pisando el estribillo que dice “vitamina”.
   
     No cabe un alma más; ni un alma torturada en este purgatorio nocturno. La madrugada ya está espesa. Los excesos se comienzan a evidenciar. Los nariguetazos en el baño son incontrolables. Esas mismas narices son las que van desesperadas a la barra a ingerir litros y litros de cerveza. La música tampoco respira. Los angeles azules, Los del fuego, Leo Mattioli, Rodrigo, Los palmeras, Pibes chorros, Meta guacha, Yerba brava también hacen más densa la bailanta. Es evidente que en cualquier momento se pudre.
    Un chanta  pide un vaso de cerveza y al darse vuelta se choca con otro chanta y el vaso se derrama sobre el segundo chanta. Comienza la discusión, comienza el pecheo ente ambos, comienzan los insultos y las amenazas de tiros entre ambos. A su alrededor se juntan los amigos y enseguida se forman dos bandos dispuestos a todo. Ya está la dinamita servida, ya está la mecha esperando por el fuego. Y desde algún lugar del local, una botella sale eyectada y  estalla en una cabeza. Comienzan los golpes, los cuerpos enredados, las puñaladas que van y vienen, las botellas que siguen volando, estallando y cortando los cueros cabelludos.
   El estruendo detiene la pelea. El techo del local ha desparecido. En su lugar hay una intensa luz azulina. Todos han quedado estáticos mirando hacia arriba. La luz va sometiendo a cada uno. Cada uno va siendo atraído por la luz que los va devorando a todos hacia su interior. En poco menos de 10 minutos el local queda totalmente vacío. Solo queda la música sonando y las botellas rotas. El vientre de la máquina se cierra y sigue caminando con sus largas extremidades que la desplazan por la avenida. A cada paso, por una compuerta lateral, las ropas de los bailanteros van siendo arrojadas. Flamean con elegancia, con dignidad antes de tocar el suelo. Otra operación que no dura más de 10 minutos.
   La máquina se encuentra con otros cientos de máquinas en unos campos por la zona de Bernal. Desde otra compuerta las máquinas rocían con sangra la tierra, sangre de humanos.
    Pareciera que la noche será perpetua desde ahora. Solo se ve cielo con contornos rosados y violáceos. Fuegos por todos lados, máquinas arrasando y disparando sus rayos a cada paso. Por todos lados flota la ropa y el único olor es el de la sangre coagulada.

     El juicio final ha llegado. Pero el juez que dictó sentencia, ha declarado culpables a toda la Humanidad.





Peripatéticos


Era la época del peripato


De los papeles de merca


En papel glasé


La época en que la marihuana


No era una moda


Y tres finitos valían 10 pesos


Y había que caminar todo


El día para


Hacer la maniobra;


La época en que todos queríamos


Ser rockeros


Y palmar a los 27


Para poder entrar al glorioso club;


Y si ese plan no funcionaba


La fantasía era


Vender gilada


Tener mucho dinero


Y poder


Como Al Pacino en Scarface


Tener montañas de merca


Tomar todo el día


Y si se pudre


También pudrirla a los tiros.


Era la época en que


La poesía empezaba


A habitar, y en


Cada calle


Cada esquina


Cada maniobra


Cada tranza


Cada gira


Cada resaca


Cada sobredosis


Cada dosis


Las preguntas aparecían


Y ardíamos:


Ardíamos en preguntas


Amanecíamos buscando


Las respuestas, y


Todo a nuestro alrededor


Se quemaba.


Se quemaban las


Hojas, las flores


El asfalto


Los barrotes de cada celda


En cada comisaría, los papeles glasé


De merca y los blisters de clonazepam


También.


Así que señalo a esa época


En la que empezaba


A escribir, a "tomar" notas;


Y a esos versos que dicen que:


Poesía es todo lo que está


Preguntando, yo le agrego:


Poesía es todo lo que está


Respirando


Fisurando


Y especialmente:




Caminando















Una navidad diferente

  “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti” Friedrich Nietzsche        Pasó por la puerta principa...