martes, 31 de octubre de 2017

El gordo

Un recuerdo se pierde en la

Distancia, un accidente que

Se puede evitar, un

Algoritmo que nadie descubrió

"Porque no se levantan minas

Con algoritmos", dice el Gordo que

Está al otro lado de la barra

Calibrando una escopeta...

Y la lista sigue:

Un colibrí que ha dejado de

Volar, un cartapacio que ya

No funciona, un dictador

Con compasión, un asunto que no

Tiene legibilidad, un ascensor

Que a ningún lado conduce, "porque

Algunos ascensores son portales

A  otra dimensión", dice el Gordo

Mientras prepara cartones de LSD...

Y siguió escribiendo:

Un reloj de arena, cal y cemento

Un jacarandá hecho de miel

Una carnicería vegana, un

Cenicero de marfil, un astronauta

Perdido en el desierto," porque los

Desiertos también son portales

A otras dimensiones", dice el Gordo

Mientras chairéa una cuchilla

Con mango de ébano...

Siguió con las condiciones:

Una amapola que recite poesía

Un buda transexual

Un aguijón de avispa

Desinfectado, un calendario pagano

Un recuerdo que se pierde en la

Distancia (no es el mismo recuerdo

Que el primero), un zafarí por ultramar

Un científico que baila ballet, una

Diaspora espacial, "porque las diasporas

También son espaciales, como en

La guerra de las galaxías", dice el Gordo

Mientras cataloga revistas de historieta

Nippur de Lagash, El eternauta, Eroticón,

Sex humor, Fierro, El Tony, Pepe Sanchez,

Y Corto Maltes...

Ahora la lista la

Continúa en un pizarrón:

Un agujero negro

Una actriz retirada

Un colectivo escolar

Un ejecutivo que se arroja desde

El balcón de un primer piso,

Un gurú deprimido, un Picasso

Falsificado, un poema al azar,

Un yuppie indigente, un lumpen

Magistral, una taza de cerámica

China, una subversión literaria,"porque

Todas las subversiones comienzan

En la grámatica", dice el Gordo

Mientras lee un volumen de Lolita

De Vladimir Nabokok...

Desenvuelve otra lista

Hecha en un rollo de papel

Higiénico:

Un ejercito de pandas

Un planeta sin mutantes

Una infección viral

Un agente patógeno

Un boliche bolchevique

Una pipa de opio religioso

Un colgante de orquídeas

Una rosa de sal,"porque las rosas

De sal fueron usadas en la Primera

Guerra Mundial", dice ahora el Gordo

Mientras prepara un omelette de jamón

Y queso con pedazos de panceta,

Champiñones, rúcula y nuez moscada..

La lista, luego, la enumeró

De memoria:

Un gato en el tejado

Un alfeizar de mármol carrara

Un bomba atómica de juguete, un

Globo dentro de un pastel, una

Damajuana de vino tinto, un

Par de conejos fosforescentes

Una verdad dolorosa, "porque la verdad

Libera, pero primero duele", dice el

Gordo mientras prepara una picana

Saca-información...

La lista, ahora, la sacó de una galera:

Una batalla en las Termópilas, una

Marea sin mar, un bebé que no habla

Y un (............................................)



Lustros pasé junto al Gordo

Escuchando sus infinitas listas

Que jamás se agotaban

Y cuando parecía que iba

A terminar

Una nueva lista y un nuevo

Comentario acotaba. Me fui

Alejando de a poco,

Él nunca se dio cuenta

Abstraído estaba en sus listas.



Los primeros años de haber

Abandonado al Gordo

La culpa corroía mi ser;

Aprendí con  los libros

De Paulo Cohelo

A dejar todo atrás

A superarme

Y superar al Gordo

Aprendí que siempre siempre siempre:

Un recuerdo se pierde 

En la distancia.










El gordo

Un recuerdo se pierde en la
Distancia, un accidente que
Se puede evitar, un
Algoritmo que nadie descubrió
"Porque no se levantan minas
Con algoritmos", dice el Gordo que
Está al otro lado de la barra
Calibrando una escopeta...
Y la lista sigue:
Un colibrí que ha dejado de
Volar, un cartapacio que ya
No funciona, un dictador
Con compasión, un asunto que no
Tiene legibilidad, un ascensor
Que a ningún lado conduce, "porque
Algunos ascensores son portales
A  otra dimensión", dice el Gordo
Mientras prepara cartones de LSD...
Y siguió escribiendo:
Un reloj de arena, cal y cemento
Un jacarandá hecho de miel
Una carnicería vegana, un
Cenicero de marfil, un astronauta
Perdido en el desierto," porque los
Desiertos también son portales
A otras dimensiones", dice el Gordo
Mientras chairéa una cuchilla
Con mango de ébano...
Siguió con las condiciones:
Una amapola que recite poesía
Un buda transexual
Un aguijón de avispa
Desinfectado, un calendario pagano
Un recuerdo que se pierde en la
Distancia (no es el mismo recuerdo
Que el primero), un zafarí por ultramar
Un científico que baila ballet, una
Diaspora espacial, "porque las diasporas
También son espaciales, como en
La guerra de las galaxías", dice el Gordo
Mientras cataloga revistas de historieta
Nippur de Lagash, El eternauta, Eroticón,
Sex humor, Fierro, El Tony, Pepe Sanchez,
Y Corto Maltes...
Ahora la lista la
Continúa en un pizarrón:
Un agujero negro
Una actriz retirada
Un colectivo escolar
Un ejecutivo que se arroja desde
El balcón de un primer piso,
Un gurú deprimido, un Picasso
Falsificado, un poema al azar,
Un yuppie indigente, un lumpen
Magistral, una taza de cerámica
China, una subversión literaria,"porque
Todas las subversiones comienzan
En la grámatica", dice el Gordo
Mientras lee un volumen de Lolita
De Vladimir Nabokok...
Desenvuelve otra lista
Hecha en un rollo de papel
Higiénico:
Un ejercito de pandas
Un planeta sin mutantes
Una infección viral
Un agente patógeno
Un boliche bolchevique
Una pipa de opio religioso
Un colgante de orquídeas
Una rosa de sal,"porque las rosas
De sal fueron usadas en la Primera
Guerra Mundial", dice ahora el Gordo
Mientras prepara un omelette de jamón
Y queso con pedazos de panceta,
Champiñones, rúcula y nuez moscada..
La lista, luego, la enumeró
De memoria:
Un gato en el tejado
Un alfeizar de mármol carrara
Un bomba atómica de juguete, un
Globo dentro de un pastel, una
Damajuana de vino tinto, un
Par de conejos fosforescentes
Una verdad dolorosa, "porque la verdad
Libera, pero primero duele", dice el
Gordo mientras prepara una picana
Saca-información...
La lista, ahora, la sacó de una galera:
Una batalla en las Termópilas, una
Marea sin mar, un bebé que no habla
Y un (............................................)

Lustros pasé junto al Gordo
Escuchando sus infinitas listas
Que jamás se agotaban
Y cuando parecía que iba
A terminar
Una nueva lista y un nuevo
Comentario acotaba. Me fui
Alejando de a poco,
Él nunca se dio cuenta
Abstraído estaba en sus listas.

Los primeros años de haber
Abandonado al Gordo
La culpa corroía mi ser;
Aprendí con  los libros
De Paulo Cohelo
A dejar todo atrás
A superarme
Y superar al Gordo
Aprendí que siempre siempre siempre:
Un recuerdo se pierde 
En la distancia.




lunes, 30 de octubre de 2017

Una capa que se superpone

A la Realidad

(Quizás sea la imaginación)

Una capa que me permite

Distorsionar la Realidad

Que es la que me deja ver

En vez de nubes: medialunas

En vez de sonidos: colores

En vez de colores: sonidos

En vez de palabras: música

En vez de imágenes: versos

En vez de Realidad: poesía;



La psiquiatra me dice que dibuje

Un árbol

Y un árbol dibujo,

Frondoso de copa

Con muchos frutos

Algunos en el piso

Otros cayendo y

Hasta las raíces dibujo.



No sé que significarán los

Frutos en exceso

Las raíces

La copa frondosa

Dibujar el suelo

Los sueños con el Diablo

El Río que veo en mis sueños

De donde surge un espinel

Con cadáveres en descomposición

Y en la que el agua es sepia

Fangosa o sucia; no sé si habrá

Un exceso de la libido

Un exceso de ideas

Un exceso de deseos que están

Estancados y se están pudriendo en

Mi interior. Lo cierto es que la

Risperidona aplacará el síntoma

Hasta que pueda solucionarlo

Por mi propia cuenta o en su

Defecto seguiré desarrollando

Una psicosis

Esquizofrenica de tipo paranoide.



La psiquiatra

Cambió el diagnostico;

Y lo que hace 15 años era

Una psicosis esquizofrenica,

Que ayer la Risperidona aplacó,

Hoy (dice) es poesía

Hoy  la escritura lo está curando.






Una capa que se superpone
A la Realidad
(Quizás sea la imaginación)
Una capa que me permite
Distorsionar la Realidad
Que es la que me deja ver
En vez de nubes: medialunas
En vez de sonidos: colores
En vez de colores: sonidos
En vez de palabras: música
En vez de imágenes: versos
En vez de Realidad: poesía;

La psiquiatra me dice que dibuje
Un árbol
Y un árbol dibujo,
Frondoso de copa
Con muchos frutos
Algunos en el piso
Otros cayendo y
Hasta las raíces dibujo.

No sé que significarán los
Frutos en exceso
Las raíces
La copa frondosa
Dibujar el suelo
Los sueños con el Diablo
El Río que veo en mis sueños
De donde surge un espinel
Con cadáveres en descomposición
Y en la que el agua es sepia
Fangosa o sucia; no sé si habrá
Un exceso de la libido
Un exceso de ideas
Un exceso de deseos que están
Estancados y se están pudriendo en
Mi interior. Lo cierto es que la
Risperidona aplacará el síntoma
Hasta que pueda solucionarlo
Por mi propia cuenta o en su
Defecto seguiré desarrollando
Una psicosis
Esquizofrenica de tipo paranoide.

La psiquiatra
Cambió el diagnostico;
Y lo que hace 15 años era
Una psicosis esquizofrenica,
Que ayer la Risperidona aplacó,
Hoy (dice) es poesía
Hoy  la escritura lo está curando.


domingo, 29 de octubre de 2017

Facebook me da los buenos

Días;

Dice que hoy va a llover y que

Debo salir con paraguas; es

Obvio que no le hago caso

Salgo sin paraguas

Sin abrigo

Sin dinero

Sin ganas,

Facebook no me va a dar

Ordenes, si hay sol y hace calor

El dinero nada compra

Y el mundo puede funcionar igual

Con mi apatía.

Las primeras gotas cayeron

Al anochecer

Una señora la dice a otra:

"Hoy Facebook me avisó que iba

A llover y que tenía que salir

Con paraguas", sonrío al escuchar

El comentario.



Hoy Facebook no me advierte

Que va a llover,

Dice que hoy voy

a encontrar al amor de mi vida

...Y salgo a la calle con

Una estúpida sonrisa en mi cara.
Facebook me da los buenos
Días;
Dice que hoy va a llover y que
Debo salir con paraguas; es
Obvio que no le hago caso
Salgo sin paraguas
Sin abrigo
Sin dinero
Sin ganas,
Facebook no me va a dar
Ordenes, si hay sol y hace calor
El dinero nada compra
Y el mundo puede funcionar igual
Con mi apatía.
Las primeras gotas cayeron
Al anochecer
Una señora la dice a otra:
"Hoy Facebook me avisó que iba
A llover y que tenía que salir
Con paraguas", sonrío al escuchar
El comentario.

Hoy Facebook no me advierte
Que va a llover,
Dice que hoy voy
a encontrar al amor de mi vida
...Y salgo a la calle con
Una estúpida sonrisa en mi cara.
Si la poesía se acaba

Se apagarían las luces

La gente se perdería

Y ya nadie leería

Poesía;

Si la poesía se acaba

Los poetas deberían buscar empleo

Trabajar en una cadena de supermercado

O en uno de comida rápida

O como sicarios

O senadores;

Si la poesía se acaba

El mundo sería estéril

Los mercados caerían

Y el dinero ya no serviría

Los poetas serían desempleados

Ya que las cadenas de supermercado

Quebrarían

También los de comida rápida, los

Sicarios no cobrarían, igual al no haber

Dinero, las razones para matar

Se disiparían, el senado

Se aburriría porque no tendría a nadie

A quien matar, y los senadores

Al no haber dinero

Huirían como ratas por tirante;

Si la poesía se acaba

No solo se apagarían las luces

Se aniquilaría el

Capitalismo, los burdeles

Y las transfusiones de sangre por dinero;

Si la poesía se acaba

Yo sería el primero

En tomar un empleo

Y sería el primero en renunciar;

Porque la vida sin poesía

No sería vida.




Si la poesía se acaba
Se apagarían las luces
La gente se perdería
Y ya nadie leería
Poesía;
Si la poesía se acaba
Los poetas deberían buscar empleo
Trabajar en una cadena de supermercado
O en uno de comida rápida
O como sicarios
O senadores;
Si la poesía se acaba
El mundo sería estéril
Los mercados caerían
Y el dinero ya no serviría
Los poetas serían desempleados
Ya que las cadenas de supermercado
Quebrarían
También los de comida rápida, los
Sicarios no cobrarían, igual al no haber
Dinero, las razones para matar
Se disiparían, el senado
Se aburriría porque no tendría a nadie
A quien matar, y los senadores
Al no haber dinero
Huirían como ratas por tirante;
Si la poesía se acaba
No solo se apagarían las luces
Se aniquilaría el
Capitalismo, los burdeles
Y las transfusiones de sangre por dinero;
Si la poesía se acaba
Yo sería el primero
En tomar un empleo
Y sería el primero en renunciar;
Porque la vida sin poesía
No sería vida.


viernes, 27 de octubre de 2017

Me gustan las caminatas

Del domingo

Por la mañana,

Me gusta donar dinero

Con la tarjeta

Para salvar a las ballenas,

Me gustan las bufandas de piel

De koala.

Me gusta que

La gente baile en las colas

Del rapipago, mientras yo

Leo a Lautréamont en una reposera

Al lado del cajero;

Me gusta el gusto por los hoteles

Estilo Bauhaus, en donde es más

Fácil conseguir droga

Que comida, en donde es más fácil escribir

Poesía, por eso Sabato los elegía

Por eso Sabato nunca escribió

Poesía, y si la escribió le prendió

Fuego.

Me gustan las mujeres que saben pelear

Como esa peruana

Que vi una vez

Que se saco desde el interior

De su vulva una navaja

Y repartió puntazos para todos;

Me gustan también las que escriben poesía

Con su sangre

Y viven igual, pueden pagar el alquiler

Ser madres y pelean en

Los bares. Me gustan los

Antagonismos

Tanto o más que

Los agonismos;

Me gusta que la poesía se resista

Que no pueda encontrar el ritmo

O el verso que le de comienzo al poema

Me gustan los poemas que no dicen nada

Y los poetas que no saben escribir.

Me gusta que el caos ordene mi vida

Porque yo no sé ordenar mi vida

Me gusta que mi vida sea caótica

Porque el caos ordena mi vida

(Estoy siendo redundante)

Me gusta redundar

Porque no encuentro el

Ritmo del poema. Me gusta que los

Gatos ronroneen

En la penumbra de la noche

Me gusta que la noche diga

Más que lo que dice

Este poema. Me gustan tantas

Cosas, que al rato me dejan

De gustar;

Me gusta que sujeto y objeto

Sea una construcción moderna

Que cada cosa que toco

Sienta que sea parte de mí...

Y es que es parte de mí. Me

Gustan los días de semana

Que no tienen nombre y las

Fechas del mes si número, así

Como los meses del año apócrifos.

Me gustan los espejismo en los desiertos

Y los espejismos de la democracia. Me

Gusta olor a guiso de lenteja

Porque me hace acordar a mi madre;

Me gusta aquello, a lo que el capitalismo

No etiquetó; y no lo nombro

Para que la etiqueta busque otra cosa

Para etiquetar.

Me gusta que el absurdo sea la única

Realidad.



Terminé de hacer mi lista de madrugada;

Una madrugada lacónica

Y fatua

Mientras escuchaba a Bill Evans & Chet Baker

Fatigué hojas y frascos de tinta

Ensayando poemas de todo aquello

Que me gusta.

Después del desayuno tomé mi abrigo

Caminé por la arena de la playa... y es

Que me gustan tanto las

Caminatas del domingo por la mañana;

Que ya no me alcanza con volver a escribirlo.






Me gustan las caminatas
Del domingo
Por la mañana,
Me gusta donar dinero
Con la tarjeta
Para salvar a las ballenas,
Me gustan las bufandas de piel
De koala.
Me gusta que
La gente baile en las colas
Del rapipago, mientras yo
Leo a Lautréamont en una reposera
Al lado del cajero;
Me gusta el gusto por los hoteles
Estilo Bauhaus, en donde es más
Fácil conseguir droga
Que comida, en donde es más fácil escribir
Poesía, por eso Sabato los elegía
Por eso Sabato nunca escribió
Poesía, y si la escribió le prendió
Fuego.
Me gustan las mujeres que saben pelear
Como esa peruana
Que vi una vez
Que se saco desde el interior
De su vulva una navaja
Y repartió puntazos para todos;
Me gustan también las que escriben poesía
Con su sangre
Y viven igual, pueden pagar el alquiler
Ser madres y pelean en
Los bares. Me gustan los
Antagonismos
Tanto o más que
Los agonismos;
Me gusta que la poesía se resista
Que no pueda encontrar el ritmo
O el verso que le de comienzo al poema
Me gustan los poemas que no dicen nada
Y los poetas que no saben escribir.
Me gusta que el caos ordene mi vida
Porque yo no sé ordenar mi vida
Me gusta que mi vida sea caótica
Porque el caos ordena mi vida
(Estoy siendo redundante)
Me gusta redundar
Porque no encuentro el
Ritmo del poema. Me gusta que los
Gatos ronroneen
En la penumbra de la noche
Me gusta que la noche diga
Más que lo que dice
Este poema. Me gustan tantas
Cosas, que al rato me dejan
De gustar;
Me gusta que sujeto y objeto
Sea una construcción moderna
Que cada cosa que toco
Sienta que sea parte de mí...
Y es que es parte de mí. Me
Gustan los días de semana
Que no tienen nombre y las
Fechas del mes si número, así
Como los meses del año apócrifos.
Me gustan los espejismo en los desiertos
Y los espejismos de la democracia. Me
Gusta olor a guiso de lenteja
Porque me hace acordar a mi madre;
Me gusta aquello, a lo que el capitalismo
No etiquetó; y no lo nombro
Para que la etiqueta busque otra cosa
Para etiquetar.
Me gusta que el absurdo sea la única
Realidad.

Terminé de hacer mi lista de madrugada;
Una madrugada lacónica
Y fatua
Mientras escuchaba a Bill Evans & Chet Baker
Fatigué hojas y frascos de tinta
Ensayando poemas de todo aquello
Que me gusta.
Después del desayuno tomé mi abrigo
Caminé por la arena de la playa... y es
Que me gustan tanto las
Caminatas del domingo por la mañana;
Que ya no me alcanza con volver a escribirlo.



jueves, 26 de octubre de 2017

El arpegio que suena

Y deja que se escuche

La otra parte de

La melodía; en otras

Octavas

En otras escalas;

Me pregunto por los versos

Si se pueden arpegiar

Si pueden atonarse

Disminuirse

Traspolar a otras escalas

Mayores y menores

Hacer solos

A lo Steve vai, Yngwie Malsteen

Aunque me conformo con solear

Versos a lo Albert King o

Steve Ray Vaughan.



Tocar o escribir

Quizás sea lo mismo

Poetas del Blues

Bluseros del verso

Canciones o poemas

Tratando de aflorar

Entre las baldosas

De las veredas, que permanecen quietas

Impotentes, ante el avance del

Asedio hipnótico de lo que para

Algunos será poesía

Para otros canciones de Blues, rock

Tango o vanguardia.



Creo que en cada calle que dormí

En cada vereda que resbalé borracho

En cada dosis que me acerco

A la muerte y a la locura,

En cada comisaría gris

Y burocrática,

En cada pelea que perdí

En cada amor que se me negó

Y que negué

En todas las canciones

Que no pude componer

En todos los años que no le

Dije "mamá" a mamá

En cada una de esas cosas

Hay un verso.



Dicen que la poesía no se busca

Sino que busca al poeta. Por eso

Construí mi casa sin puertas

Ni ventanas, Ni techos

Ni paredes

Sin dirección

Y sin terreno: mi casa la construí

De versos;

Construí un hábitat poético

Para que la poesía me encuentre

En el día de hoy

Antes que la muerte.










El arpegio que suena
Y deja que se escuche
La otra parte de
La melodía; en otras
Octavas
En otras escalas;
Me pregunto por los versos
Si se pueden arpegiar
Si pueden atonarse
Disminuirse
Traspolar a otras escalas
Mayores y menores
Hacer solos
A lo Steve vai, Yngwie Malsteen
Aunque me conformo con solear
Versos a lo Albert King o
Steve Ray Vaughan.

Tocar o escribir
Quizás sea lo mismo
Poetas del Blues
Bluseros del verso
Canciones o poemas
Tratando de aflorar
Entre las baldosas
De las veredas, que permanecen quietas
Impotentes, ante el avance del
Asedio hipnótico de lo que para
Algunos será poesía
Para otros canciones de Blues, rock
Tango o vanguardia.

Creo que en cada calle que dormí
En cada vereda que resbalé borracho
En cada dosis que me acerco
A la muerte y a la locura,
En cada comisaría gris
Y burocrática,
En cada pelea que perdí
En cada amor que se me negó
Y que negué
En todas las canciones
Que no pude componer
En todos los años que no le
Dije "mamá" a mamá
En cada una de esas cosas
Hay un verso.

Dicen que la poesía no se busca
Sino que busca al poeta. Por eso
Construí mi casa sin puertas
Ni ventanas, Ni techos
Ni paredes
Sin dirección
Y sin terreno: mi casa la construí
De versos;
Construí un hábitat poético
Para que la poesía me encuentre
En el día de hoy
Antes que la muerte.




miércoles, 25 de octubre de 2017

Lobotomía

"No sos vos,

Es tu inconsciente", dice

Mientras prepara los

Orbitoclastos, que ya están

Preparados sobre la mesa

Relucientes

Desinfectados y con ganas

De separar mis dos lóbulos

Frontales.

Antes de la cirugía, se mira

En un espejo, se maquilla y

Delinea sus desbordantes ojos

Azules,

Su cabello color oro

Me encandila

Y las yemas de sus dedos

Erizan mi piel al acariciar

Mi rostro esquizoide.



Los orbitoclastos se dejan manejar

Por sus manos de seda indú

Y su dulce voz de ángel de

La muerte; me mira

Sonríe

Acerca su cara contra mi cara,

El beso llega hasta las profundidades

De mi ser

Es el antídoto que he buscado

Toda mi vida,

Y ya me siento curado

Siento que puedo volver a vivir

Dejar este purgatorio-clínica

Y lograr todo lo que me proponga.

Todo esto lo siento mientras

Mis ojos cerrados están degustando

El éxtasis de sus labios sanadores.



Abriré los ojos

Le diré que no es necesaria

La lobotomía;

Que ya soy un hombre nuevo

Si.



Antes de abrir mis ojos

Siento el frío del acero desinfectado,

Al abrirlos,

Ella estaba bajando el martillo

Que golpeaba al orbitoclasto.



De esa realidad

Lo último que recuerdo

Es el crujir de mi cráneo

Y una descarga eléctrica que

Me suspendió en otra realidad.



Ahora estoy en otra realidad

Pero no tengo manera de

Comunicarlo.












Lobotomía

"No sos vos,
Es tu inconsciente", dice
Mientras prepara los
Orbitoclastos, que ya están
Preparados sobre la mesa
Relucientes
Desinfectados y con ganas
De separar mis dos lóbulos
Frontales.
Antes de la cirugía, se mira
En un espejo, se maquilla y
Delinea sus desbordantes ojos
Azules,
Su cabello color oro
Me encandila
Y las yemas de sus dedos
Erizan mi piel al acariciar
Mi rostro esquizoide.

Los orbitoclastos se dejan manejar
Por sus manos de seda indú
Y su dulce voz de ángel de
La muerte; me mira
Sonríe
Acerca su cara contra mi cara,
El beso llega hasta las profundidades
De mi ser
Es el antídoto que he buscado
Toda mi vida,
Y ya me siento curado
Siento que puedo volver a vivir
Dejar este purgatorio-clínica
Y lograr todo lo que me proponga.
Todo esto lo siento mientras
Mis ojos cerrados están degustando
El éxtasis de sus labios sanadores.

Abriré los ojos
Le diré que no es necesaria
La lobotomía;
Que ya soy un hombre nuevo
Si.

Antes de abrir mis ojos
Siento el frío del acero desinfectado,
Al abrirlos,
Ella estaba bajando el martillo
Que golpeaba al orbitoclasto.

De esa realidad
Lo último que recuerdo
Es el crujir de mi cráneo
Y una descarga eléctrica que
Me suspendió en otra realidad.

Ahora estoy en otra realidad
Pero no tengo manera de
Comunicarlo.





martes, 24 de octubre de 2017

Terrorizer

Otro pibe más

Que muere en las garras del

Terrorismo de Estado;

Otro pibe más que no respira

No se  mueve

Ya no podrá trabajar

Soñar

Formar una familia

Tatuar

O escribir poesía. Otro pibe

Más, que su nombre pasa

Al osario callejero

De las calle de Zabaleta

Su nombre al lado de los otros nombres:

Paco, Chuky, Dai, Roci, Chino, Juan

Belu, Titi, Yona, y cientos de miles

Más en los osarios, junto a fotos

Velas, zapatillas colgadas,

Todos recuerdos de las muertes violentas

A causa del Terrorismo de Estado

Ese terrorismo dejado en manos de los

Tranzas y la policía para que nos matemos

Entre nosotros.

"Si la gente estuviera lúcida, los fierros

Apuntarían a ellos", decía Chauchesco,

"No ves que por eso liberaron la falopa

Después de los 80's", que gran filósofo

El viejo, "en los 90's te vendían los papeles

De merca a 5 pesos y los pacos a 50 centavos;

Que se podía esperar de un país así",

Monologaba el viejo mientras tomaba su Termidor.



Otro pibe más que se lo lleva

La morguera

Dado vuelta

O muerto por una puñalada

O un tiro, otro pibe más

Que antes robó a un abuelo

A su madre, a su padre

A sus vecinos, a sus amigos;

Ese pibe también ha matado

Por las consecuencias del

Terrorismo de Estado

Por la desesperación

Por la alineación

Capitalista-cristiana

...Y ahora está muerto

Se lo lleva la morguera

Custodiada por dos patrulleros

Ese es el servicio que ofrece

El Estado por recoger

A los cadáveres de los pibes

Que mueren a cada rato;

(En este momento está

Muriendo uno), esos pibes

Que contribuyeron a las ganancias

Obscenas del Estado

Ahora son trasladados por

La morguera y los patrulleros

Le darán un pedazo de tierra

En el cementerio. Todo ese paquete

Por el 0,001% de la ganancias.

Así opera el Estado

"El verdadero Cartel", decía

Chauchesco.



Y ahí va la morguera

Con el pibe en una bolsa

Chauchesco se toma un trago por el

Alma del pibe,

Yo un saque

Otros tiran tiros al aire

Otros siguen comprando gilada

Y base.

Ahí la morguera

Levantando pibes

En bolsas

Como si fueran bolsas de basura

Por Zabaleta, Itatí, La Korea, Guadalupe

La 31, El Docke, La Maciel,

Villa España, Ranelagh, Santa Rita,

Sourigues, Barrio Chino, La Pepsi,

El Obelisco, y la Casa Rosada.



Cocaína y pasta base de cocaína

Dispositivos

Perfectamente diseñados

Por el Terrorismo de Estado;

Desde la publicidad

La televisión

El azúcar

Y los video juegos.

Un camino perfectamente allanado

Desde la cuna al tranza

Y del tranza a la morgue.



Fabián Casas en su ensayo

"Todos tus muertos", dice que el

Fin del mundo ya empezó

Para algunos. También dice,

En ese mismo ensayo, que "este no

Es un país para cínicos."








Terrorizer

Otro pibe más
Que muere en las garras del
Terrorismo de Estado;
Otro pibe más que no respira
No se  mueve
Ya no podrá trabajar
Soñar
Formar una familia
Tatuar
O escribir poesía. Otro pibe
Más, que su nombre pasa
Al osario callejero
De las calle de Zabaleta
Su nombre al lado de los otros nombres:
Paco, Chuky, Dai, Roci, Chino, Juan
Belu, Titi, Yona, y cientos de miles
Más en los osarios, junto a fotos
Velas, zapatillas colgadas,
Todos recuerdos de las muertes violentas
A causa del Terrorismo de Estado
Ese terrorismo dejado en manos de los
Tranzas y la policía para que nos matemos
Entre nosotros.
"Si la gente estuviera lúcida, los fierros
Apuntarían a ellos", decía Chauchesco,
"No ves que por eso liberaron la falopa
Después de los 80's", que gran filósofo
El viejo, "en los 90's te vendían los papeles
De merca a 5 pesos y los pacos a 50 centavos;
Que se podía esperar de un país así",
Monologaba el viejo mientras tomaba su Termidor.

Otro pibe más que se lo lleva
La morguera
Dado vuelta
O muerto por una puñalada
O un tiro, otro pibe más
Que antes robó a un abuelo
A su madre, a su padre
A sus vecinos, a sus amigos;
Ese pibe también ha matado
Por las consecuencias del
Terrorismo de Estado
Por la desesperación
Por la alineación
Capitalista-cristiana
...Y ahora está muerto
Se lo lleva la morguera
Custodiada por dos patrulleros
Ese es el servicio que ofrece
El Estado por recoger
A los cadáveres de los pibes
Que mueren a cada rato;
(En este momento está
Muriendo uno), esos pibes
Que contribuyeron a las ganancias
Obscenas del Estado
Ahora son trasladados por
La morguera y los patrulleros
Le darán un pedazo de tierra
En el cementerio. Todo ese paquete
Por el 0,001% de la ganancias.
Así opera el Estado
"El verdadero Cartel", decía
Chauchesco.

Y ahí va la morguera
Con el pibe en una bolsa
Chauchesco se toma un trago por el
Alma del pibe,
Yo un saque
Otros tiran tiros al aire
Otros siguen comprando gilada
Y base.
Ahí la morguera
Levantando pibes
En bolsas
Como si fueran bolsas de basura
Por Zabaleta, Itatí, La Korea, Guadalupe
La 31, El Docke, La Maciel,
Villa España, Ranelagh, Santa Rita,
Sourigues, Barrio Chino, La Pepsi,
El Obelisco, y la Casa Rosada.

Cocaína y pasta base de cocaína
Dispositivos
Perfectamente diseñados
Por el Terrorismo de Estado;
Desde la publicidad
La televisión
El azúcar
Y los video juegos.
Un camino perfectamente allanado
Desde la cuna al tranza
Y del tranza a la morgue.

Fabián Casas en su ensayo
"Todos tus muertos", dice que el
Fin del mundo ya empezó
Para algunos. También dice,
En ese mismo ensayo, que "este no
Es un país para cínicos."



lunes, 23 de octubre de 2017

David Lynch

Con sus ojos, recorre

Mi manos, y yo con mis

Manos, recorro su ojos;

Como si fuera un delicada y

Obscena escena de alguna película

De David Lynch, en la que

Los dos somos protagonistas

Y hemos olvidado

El dialogo

El guión

Maquillarnos. Una película

Que trascurre en un supermercado

Y mi papel consiste en ir

A comprar malvadiscos

Y papel celofán; ella es

La cajera,

Y al momento de pagar

Con sus ojos, recorre

Mi manos, y yo con mis

Manos, recorro su ojos; Y puedo

Ver detrás de ella el set de

Filmación

A David Lynch fumar hachís

Mientras ella recuerda la

Linea del dialogo y me dice:

"¿Algo más señor?"

"No. Nada más", le digo

Observando sus ojos color fuego

Y sus manos color miel, con la

Música de fondo de Coltrane

(A love supreme es el álbum)

Una escena que dura 4 eternos

Segundos y luego

David Lynch dice: "¡corten!"
















David Lynch

Con sus ojos, recorre
Mi manos, y yo con mis
Manos, recorro su ojos;
Como si fuera un delicada y
Obscena escena de alguna película
De David Lynch, en la que
Los dos somos protagonistas
Y hemos olvidado
El dialogo
El guión
Maquillarnos. Una película
Que trascurre en un supermercado
Y mi papel consiste en ir
A comprar malvadiscos
Y papel celofán; ella es
La cajera,
Y al momento de pagar
Con sus ojos, recorre
Mi manos, y yo con mis
Manos, recorro su ojos; Y puedo
Ver detrás de ella el set de
Filmación
A David Lynch fumar hachís
Mientras ella recuerda la
Linea del dialogo y me dice:
"¿Algo más señor?"
"No. Nada más", le digo
Observando sus ojos color fuego
Y sus manos color miel, con la
Música de fondo de Coltrane
(A love supreme es el álbum)
Una escena que dura 4 eternos
Segundos y luego
David Lynch dice: "¡corten!"







domingo, 22 de octubre de 2017

Error

La vida sin poesía sería

Un error,

Rezaba el palimpsesto; y

Entre las correcciones

Encontré muchas variaciones

De ese verso:

La vida sin música sería

Un error,

La vida sin oxígeno sería

Un error,

La vida sin errores sería

Un error,

La vida sin escrúpulos sería

Un error,

La vida en Marte sería

Un error,

La vida sin muerte sería

Un error,

La vida bajo del agua sería

Un error,

La vida sin corrupción sería

Un error,

La vida sin gatos sería

Un error,

La vida sin pucheros sería

Un error,

La vida sin cine sería

Un error,

La vida sin perros sería

Un error,

La vida sin vacilaciones, dudas, fracturas expuestas, tés de tilos, azafrán, colchones de agua, pepers mal hechos, cuentas en el exterior, algodones de azúcar, huertas orgánicas, chalecos de fuerza y farmacológicos, salideras y entraderas, binomios perfectos y pretéritos pluscuamperfectos, entropías y distopías, boletas de prode y quini 6, damajuanas y 25s lechuga sería

Un error,

La vida sin vida sería un error

La vida sin escritura sería un error

Porque no se podría escribir

Poesía.














Error

La vida sin poesía sería
Un error,
Rezaba el palimpsesto; y
Entre las correcciones
Encontré muchas variaciones
De ese verso:
La vida sin música sería
Un error,
La vida sin oxígeno sería
Un error,
La vida sin errores sería
Un error,
La vida sin escrúpulos sería
Un error,
La vida en Marte sería
Un error,
La vida sin muerte sería
Un error,
La vida bajo del agua sería
Un error,
La vida sin corrupción sería
Un error,
La vida sin gatos sería
Un error,
La vida sin pucheros sería
Un error,
La vida sin cine sería
Un error,
La vida sin perros sería
Un error,
La vida sin vacilaciones, dudas, fracturas expuestas, tés de tilos, azafrán, colchones de agua, pepers mal hechos, cuentas en el exterior, algodones de azúcar, huertas orgánicas, chalecos de fuerza y farmacológicos, salideras y entraderas, binomios perfectos y pretéritos pluscuamperfectos, entropías y distopías, boletas de prode y quini 6, damajuanas y 25s lechuga sería
Un error,
La vida sin vida sería un error
La vida sin escritura sería un error
Porque no se podría escribir
Poesía.






Callejero de Parque Patricios

Maternidad Sardá

Cancha de Huracán

Amancio Alcorta

Y Zabaleta. El barrio

Que me vio nacer

El que me ve morir

El que me espera en

Las puertas de la resurrección.



Alguna vez soñé con tus calles

Con besar tu asfalto

Con regalarle una casa o una auto

A cada enfermera de la

Maternidad Sardá

En bañar con oro la cancha

De Huracán

Y en pintar con acuarelas dulces

La avenida Amancio Alcorta.



En parque Patricios

Fui arrojado al mundo

Por ese agujero que hay en

La habitación 314

Por ese agujero pasé

Sin permiso

Me colé al mundo

Un mundo al que no le agradó

Ni le agrada mi presencia;

Así que si quieren deshacerse de mí

Devuélvanme al otro lado

Por ese agujero

Y tápenlo bien

No vaya a ser  cosa que me cole otra vez

No vaya a ser cosa que desprecien

Otra vez.
Callejero de Parque Patricios
Maternidad Sardá
Cancha de Huracán
Amancio Alcorta
Y Zabaleta. El barrio
Que me vio nacer
El que me ve morir
El que me espera en
Las puertas de la resurrección.

Alguna vez soñé con tus calles
Con besar tu asfalto
Con regalarle una casa o una auto
A cada enfermera de la
Maternidad Sardá
En bañar con oro la cancha
De Huracán
Y en pintar con acuarelas dulces
La avenida Amancio Alcorta.

En parque Patricios
Fui arrojado al mundo
Por ese agujero que hay en
La habitación 314
Por ese agujero pasé
Sin permiso
Me colé al mundo
Un mundo al que no le agradó
Ni le agrada mi presencia;
Así que si quieren deshacerse de mí
Devuélvanme al otro lado
Por ese agujero
Y tápenlo bien
No vaya a ser  cosa que me cole otra vez
No vaya a ser cosa que desprecien
Otra vez.

sábado, 21 de octubre de 2017

A tout le monde

El ángel lo espera en

El umbral,

Espera a que la sangre

Se detenga y pierda su

Temperatura.

Todo acabó;

Lo toma en su brazos

Acaricia su frente y

Susurra en su oído:

"Ya sos libre"








A tout le monde

El ángel lo espera en
El umbral,
Espera a que la sangre
Se detenga y pierda su
Temperatura.
Todo acabó;
Lo toma en su brazos
Acaricia su frente y
Susurra en su oído:
"Ya sos libre"



Función privada

   Los sábados a la noche, la reunión familiar se hacía frente al televisor para mirar Función privada. El ciclo conducido por Carlos morelli y Rómulo Berruti se trasmitía por ATC. Cine francés, español y argentino es lo que mi memoria me trae hasta estas lineas. Estas lineas que en realidad son una excusa; que como toda excusa es para justificar o contar otra cosa.

   En los 80´s la regla era un televisor por casa y todos debían ver el mismo programa. En la casa de mi abuela no había problemas con el televisor. Todos mirábamos lo mismo, en el eterno comedor, cargado de nostalgias. La cena preparada por mi abuela, mis tíos conversando, comiendo una picada y un vino Resero pintaban los trazos del comedor mientras se esperaba la película de la semana en el horario central.

   Todos los trazos de ese comedor se completan con la apertura del programa que iniciaba con la canción de Nino Rota, Amancord. La escenografía con Marylin Monroe y los presentadores cinéfilos hacían que los sábados fueran dignos de esas películas que ahora están perdidas en el tiempo y, quizás también, en el espacio. Tengo un recuerdo muy lúcido de una película española que trascurría en un colegio de pupilos. Entre las bromas que se hacían entre compañeros, las que más nos sorprendió, fue el momento en que en el baño, al infortunado se le introducía una zanahoria en el culo mientras los demás reían. Tengo recuerdos muy vagos de haber visto Flash Gordon. Y ahora me voy acercando a la excusa. Carlos y Rómulo, mientras presentaban la película, bebían vino, whisky, cerveza (ellos lo desmienten). Mis tíos Sebastián y Florencio, se divertían al verlos tomar a los conductores. Cada vez que volvían de un corte comercial se notaba el efecto de las bebidas. Cada vez que volvían, se notaba el estado de embriagues de los conductores que avanzaba mientras trascurría la película. Ya casi al final de la película y en especial cuando se despedían los conductores, el estado de borrachera era evidente. Mis tíos se reían a carcajadas. La película quedaba en segundo plano.

   La excusa o justificación es poder recordarlos a ellos dos juntos, riéndose, divirtiéndose como dos buenos hermanos. Una escena que contrarresta con sus peleas y diferencias que tuvieron después. Y esa es la escena que quiero retener de ellos dos.











 

Función privada

   Los sábados a la noche, la reunión familiar se hacía frente al televisor para mirar Función privada. El ciclo conducido por Carlos morelli y Rómulo Berruti se trasmitía por ATC. Cine francés, español y argentino es lo que mi memoria me trae hasta estas lineas. Estas lineas que en realidad son una excusa; que como toda excusa es para justificar o contar otra cosa.
   En los 80´s la regla era un televisor por casa y todos debían ver el mismo programa. En la casa de mi abuela no había problemas con el televisor. Todos mirábamos lo mismo, en el eterno comedor, cargado de nostalgias. La cena preparada por mi abuela, mis tíos conversando, comiendo una picada y un vino Resero pintaban los trazos del comedor mientras se esperaba la película de la semana en el horario central.
   Todos los trazos de ese comedor se completan con la apertura del programa que iniciaba con la canción de Nino Rota, Amancord. La escenografía con Marylin Monroe y los presentadores cinéfilos hacían que los sábados fueran dignos de esas películas que ahora están perdidas en el tiempo y, quizás también, en el espacio. Tengo un recuerdo muy lúcido de una película española que trascurría en un colegio de pupilos. Entre las bromas que se hacían entre compañeros, las que más nos sorprendió, fue el momento en que en el baño, al infortunado se le introducía una zanahoria en el culo mientras los demás reían. Tengo recuerdos muy vagos de haber visto Flash Gordon. Y ahora me voy acercando a la excusa. Carlos y Rómulo, mientras presentaban la película, bebían vino, whisky, cerveza (ellos lo desmienten). Mis tíos Sebastián y Florencio, se divertían al verlos tomar a los conductores. Cada vez que volvían de un corte comercial se notaba el efecto de las bebidas. Cada vez que volvían, se notaba el estado de embriagues de los conductores que avanzaba mientras trascurría la película. Ya casi al final de la película y en especial cuando se despedían los conductores, el estado de borrachera era evidente. Mis tíos se reían a carcajadas. La película quedaba en segundo plano.
   La excusa o justificación es poder recordarlos a ellos dos juntos, riéndose, divirtiéndose como dos buenos hermanos. Una escena que contrarresta con sus peleas y diferencias que tuvieron después. Y esa es la escena que quiero retener de ellos dos.




 

viernes, 20 de octubre de 2017

Una boleta


     Resulta
aburrido delinquir con un único método y una única mercancía. Llega un momento
en que hay que ser creativo para alimentar al mercado de aquellos que también
participan en complicidad con los delincuentes. Los cómplices siempre buscan
abaratar sus costos. Siempre hay que estar atento a las demandas del mercado.
Siempre hay que generar una demanda en el mercado.


   Caminando
por los pasillos del Bajo Flores y de La 31 mientras compraba droga, observé la
cantidad de talleres de herrería que hay en las villas. Recuerdo que me dije a
mí mismo:" Acá hay negocio". Luego de purgar un par de sentencias por
choreo con fierros uno tiene que ampliar el espectro criminal para evitar el
trabajo rutinario de 8 horas bajo patrón. Trabajar ni siquiera es una opción.
Encanar tampoco. En un hipermercado, en la sección ferretería, vi que tenía la
posibilidad de sustraer disco de moladora
sin mucho riesgo y con buenas posibilidades de ganancias. Mi idea era luego
revenderlos en la villa. El negocio me permitiría financiar mi vida ociosa por
un tiempo; hasta que la adrenalina por los robos calificados, poblados en
banda, privación ilegítima de la libertad apareciera furtivamente.


   La tarea
resultó sencilla al principio. Bien empilchado y con un ataché forrado en un
cuero elegante, me presentaba en los hipermercados. Simulaba que tomaba notas y
precios para preparar un presupuesto. Mientras trataba de no levantar
sospechas, iba introduciendo en el ataché los discos de moladora. Unos 20 aquí,
otros 30 allá; en un par de horas de recorrida podía juntar una buena cantidad
de discos que luego revendería a mitad de precio en las villas.


    Todo iba
de maravillas hasta que un empleado descubrió mi negocio. Traté de
desentenderme, hacerme el ofendido; pero no hubo caso. Cuando me quise acordar
el gerente ya había llamado a la policía. Y cuando me quise acordar ya estaba
viajando a la comisaria otra vez. Igualmente no había de que preocuparse. Mi
delito es el hurto y el hurto es excarcelable. Más de 12 horas no iba a
permanecer en la comisaria.


   Pasadas las
12 horas comienzo a preguntar si me van a dar la libertad. No hay motivo alguno
para que me sigan dejando en la comisaria por hurto. El oficial a cargo me dice
que llegaron mis antecedentes y que es muy seguro que me trasladen al penal. La
sangre se me congeló ¿Volver al penal por unos discos de moladora?





-¿Por qué me van a trasladar al penal jefe?


-No sé pibe, creo que es por una boleta.


-¡¿Una boleta?!


-Sí. Ahí en el juzgado te van a decir.





   Durante el
traslado al juzgado me retorcí los sesos tratando de encontrar a quién había
boleteado. Muchos años delinquiendo, muchos socios, muchas droga, hacía que no
pudiera encontrar la causa por la que me estaban trasladando y por la que me
iban a juzgar y condenar. Mi cerebro se estaba friendo; transpirando y no pudiendo encontrar el recuerdo del laburo o del ajuste de cuentas del que ahora haya
saltado la bronca.


   Llegamos al juzgado. Me
llevan a una gatera antes de comparecer ante el juez. Otra vez las rejas, las
marrocas apretadas en mis muñecas, otra vez procesado. Me llevan a una sala
donde me toman por décima vez las huellas digitales. Me limpio las manos y me
hacen pasar a la oficina del secretario del juez. Estoy por conocer a la boleta
de la que me quieren hacer cargo. El secretario aparece con una carpeta.
Saluda. Se sienta y me dice que estoy imputado en el asesinato de un fulano que
jamás en mi vida escuché el nombre y tampoco las circunstancias en que lo
mataron. Le digo que jamás he escuchado ese nombre, que hay un error. El
secretario no me da mucha importancia, ya que todos, cuando comparecen dicen
que son inocentes, que ellos no fueron, que hay una confusión, que la causa
está armada. Así que lo entiendo al secretario. Pero no me voy a hacer cargo de
esta boleta. Insisto en que hay una confusión. Vuelvo a preguntar por el lugar
del hecho, trato de ganar tiempo, debe haber una manera para que salga de ésta.
Entonces pregunto la fecha en el que ocurrió este hecho del que me imputan.
Mientras el secretario me dice la fecha del hecho, mi visión se detiene en el
escritorio, en la luz que entra por la ventana, en la partículas que flotan o
caen por el haz de luz, en una mancha de humedad en la pared, en la barbilla
partida del secretario, en un prendedor con símbolos masones que tiene en el
saco, en el anillo de oro que tiene y en el valor  de venta, en la fecha del hecho. Reproduzco
lentamente la fonética de la fecha, los movimientos de la boca del secretario.
Me veo a mí mismo levantando las manos amarrocadas y moviendo mis labios de
manera lenta, arrastrada, como si tuviera la respuesta que me absolvería, pero que
se resiste a salir de mi boca, se resiste a ser dicha Finalmente lo digo en
seco y en forma ordenada, como en realidad transcurre el tiempo. Un movimiento
de la boca, un sonido, una palabra, una idea. Todo seguido.





-Usted me puede explicar cómo maté a esa persona si
yo estuve detenido en el penal de Batán desde enero del 97 hasta julio del 98-,
le digo al secretario mientras me agarro las muñecas por lo apretadas que están
las marrocas.


    Era
imposible que yo haya matado a esa persona. Inmediatamente se corroboró con el
servicio penitenciario de Batán que había sido huésped de esas instalaciones y
no pude haber estado en lugar del crimen del que se me acusaba. La explicación
que me dio el secretario fue sencilla. La hermana del occiso me había
identificado en las fotos del sistema judicial. Solamente eso. Apuntó a la foto
y dijo: "Fue este". Por lo cual había un pedido de captura sobre mí.

    Salí en
libertad desde el juzgado mismo. Pidieron las disculpas pertinentes y me fui
caminando. Nunca más volví a robar discos de moladora.









Una boleta

     Resulta aburrido delinquir con un único método y una única mercancía. Llega un momento en que hay que ser creativo para alimentar al mercado de aquellos que también participan en complicidad con los delincuentes. Los cómplices siempre buscan abaratar sus costos. Siempre hay que estar atento a las demandas del mercado. Siempre hay que generar una demanda en el mercado.
   Caminando por los pasillos del Bajo Flores y de La 31 mientras compraba droga, observé la cantidad de talleres de herrería que hay en las villas. Recuerdo que me dije a mí mismo:" Acá hay negocio". Luego de purgar un par de sentencias por choreo con fierros uno tiene que ampliar el espectro criminal para evitar el trabajo rutinario de 8 horas bajo patrón. Trabajar ni siquiera es una opción. Encanar tampoco. En un hipermercado, en la sección ferretería, vi que tenía la posibilidad de sustraer disco de moladora sin mucho riesgo y con buenas posibilidades de ganancias. Mi idea era luego revenderlos en la villa. El negocio me permitiría financiar mi vida ociosa por un tiempo; hasta que la adrenalina por los robos calificados, poblados en banda, privación ilegítima de la libertad apareciera furtivamente.
   La tarea resultó sencilla al principio. Bien empilchado y con un ataché forrado en un cuero elegante, me presentaba en los hipermercados. Simulaba que tomaba notas y precios para preparar un presupuesto. Mientras trataba de no levantar sospechas, iba introduciendo en el ataché los discos de moladora. Unos 20 aquí, otros 30 allá; en un par de horas de recorrida podía juntar una buena cantidad de discos que luego revendería a mitad de precio en las villas.
    Todo iba de maravillas hasta que un empleado descubrió mi negocio. Traté de desentenderme, hacerme el ofendido; pero no hubo caso. Cuando me quise acordar el gerente ya había llamado a la policía. Y cuando me quise acordar ya estaba viajando a la comisaria otra vez. Igualmente no había de que preocuparse. Mi delito es el hurto y el hurto es excarcelable. Más de 12 horas no iba a permanecer en la comisaria.
   Pasadas las 12 horas comienzo a preguntar si me van a dar la libertad. No hay motivo alguno para que me sigan dejando en la comisaria por hurto. El oficial a cargo me dice que llegaron mis antecedentes y que es muy seguro que me trasladen al penal. La sangre se me congeló ¿Volver al penal por unos discos de moladora?

-¿Por qué me van a trasladar al penal jefe?
-No sé pibe, creo que es por una boleta.
-¡¿Una boleta?!
-Sí. Ahí en el juzgado te van a decir.

   Durante el traslado al juzgado me retorcí los sesos tratando de encontrar a quién había boleteado. Muchos años delinquiendo, muchos socios, muchas droga, hacía que no pudiera encontrar la causa por la que me estaban trasladando y por la que me iban a juzgar y condenar. Mi cerebro se estaba friendo; transpirando y no pudiendo encontrar el recuerdo del laburo o del ajuste de cuentas del que ahora haya saltado la bronca.
   Llegamos al juzgado. Me llevan a una gatera antes de comparecer ante el juez. Otra vez las rejas, las marrocas apretadas en mis muñecas, otra vez procesado. Me llevan a una sala donde me toman por décima vez las huellas digitales. Me limpio las manos y me hacen pasar a la oficina del secretario del juez. Estoy por conocer a la boleta de la que me quieren hacer cargo. El secretario aparece con una carpeta. Saluda. Se sienta y me dice que estoy imputado en el asesinato de un fulano que jamás en mi vida escuché el nombre y tampoco las circunstancias en que lo mataron. Le digo que jamás he escuchado ese nombre, que hay un error. El secretario no me da mucha importancia, ya que todos, cuando comparecen dicen que son inocentes, que ellos no fueron, que hay una confusión, que la causa está armada. Así que lo entiendo al secretario. Pero no me voy a hacer cargo de esta boleta. Insisto en que hay una confusión. Vuelvo a preguntar por el lugar del hecho, trato de ganar tiempo, debe haber una manera para que salga de ésta. Entonces pregunto la fecha en el que ocurrió este hecho del que me imputan. Mientras el secretario me dice la fecha del hecho, mi visión se detiene en el escritorio, en la luz que entra por la ventana, en la partículas que flotan o caen por el haz de luz, en una mancha de humedad en la pared, en la barbilla partida del secretario, en un prendedor con símbolos masones que tiene en el saco, en el anillo de oro que tiene y en el valor  de venta, en la fecha del hecho. Reproduzco lentamente la fonética de la fecha, los movimientos de la boca del secretario. Me veo a mí mismo levantando las manos amarrocadas y moviendo mis labios de manera lenta, arrastrada, como si tuviera la respuesta que me absolvería, pero que se resiste a salir de mi boca, se resiste a ser dicha Finalmente lo digo en seco y en forma ordenada, como en realidad transcurre el tiempo. Un movimiento de la boca, un sonido, una palabra, una idea. Todo seguido.

-Usted me puede explicar cómo maté a esa persona si yo estuve detenido en el penal de Batán desde enero del 97 hasta julio del 98-, le digo al secretario mientras me agarro las muñecas por lo apretadas que están las marrocas.
    Era imposible que yo haya matado a esa persona. Inmediatamente se corroboró con el servicio penitenciario de Batán que había sido huésped de esas instalaciones y no pude haber estado en lugar del crimen del que se me acusaba. La explicación que me dio el secretario fue sencilla. La hermana del occiso me había identificado en las fotos del sistema judicial. Solamente eso. Apuntó a la foto y dijo: "Fue este". Por lo cual había un pedido de captura sobre mí.
    Salí en libertad desde el juzgado mismo. Pidieron las disculpas pertinentes y me fui caminando. Nunca más volví a robar discos de moladora.



Mis manos se funden con la espuma

Del mar

Buscando un efecto sinestésico



Mis cuencos oculares

Se inflaman

Buscan absorber cada detalle

Para mis manuscritos



En lo profundo de esta realidad

Hay algo que no es gramática

Y hacia allí voy. Mis barriletes

Y cantimploras me acompañan

Necesito volar e hidratarme

En el viaje

Un viaje mental

De esos que me gustan a mí

De esos que se funden en el mar

Y que no dejan rastros

Cuando se le pregunta

Por el horario del día

¿Quién se anima a medir el tiempo?

Solo los capitalistas lo hacen

Por eso lo inventaron.



Vuelvo a mis manos

Ya han vuelta a ser manos completas

Ya pueden funcionar como tales

Otra vez,

Ya se pueden dedicar a la escritura

A encadenar los desordenados

Silogismos de mis cerebro dañando;

Ya pueden comenzar con este manuscrito.




Mis manos se funden con la espuma
Del mar
Buscando un efecto sinestésico

Mis cuencos oculares
Se inflaman
Buscan absorber cada detalle
Para mis manuscritos

En lo profundo de esta realidad
Hay algo que no es gramática
Y hacia allí voy. Mis barriletes
Y cantimploras me acompañan
Necesito volar e hidratarme
En el viaje
Un viaje mental
De esos que me gustan a mí
De esos que se funden en el mar
Y que no dejan rastros
Cuando se le pregunta
Por el horario del día
¿Quién se anima a medir el tiempo?
Solo los capitalistas lo hacen
Por eso lo inventaron.

Vuelvo a mis manos
Ya han vuelta a ser manos completas
Ya pueden funcionar como tales
Otra vez,
Ya se pueden dedicar a la escritura
A encadenar los desordenados
Silogismos de mis cerebro dañando;
Ya pueden comenzar con este manuscrito.


jueves, 19 de octubre de 2017

Halley

Mi abuela se levantaba

Temprano, esa mañana

No fue la excepción,

La del 9 de febrero del 86.

Se levantó a colgar la ropa

Lavada en la terraza,

Bajo el cielo de Quilmes.



Mientras ella cuelga la ropa

El cometa Halley hace su aparición;

El vagabundo estelar la saluda

"Buenos días doña Sebastiana"

Seguramente, su mirada melancólica

Lo seguía mientras masticaba

Su tabaco negro;

Y también lo saluda: pero en guaraní

Seguramente, un millón de reflexiones

La atravesaron y la dejaron

Pensando en la mañana fresca

Y lúcida de la terraza.



El cometa pasó

Su estela también.



Dicen  que volverá en el

2062,

Sé que la noche anterior

A su aparición

Deberé lavar ropa

Y en la mañana salir a la terraza

A colgarla.

Saludaré al cometa,

Y le dejaré saludos para mi

Abuela.










Halley

Mi abuela se levantaba
Temprano, esa mañana
No fue la excepción,
La del 9 de febrero del 86.
Se levantó a colgar la ropa
Lavada en la terraza,
Bajo el cielo de Quilmes.

Mientras ella cuelga la ropa
El cometa Halley hace su aparición;
El vagabundo estelar la saluda
"Buenos días doña Sebastiana"
Seguramente, su mirada melancólica
Lo seguía mientras masticaba
Su tabaco negro;
Y también lo saluda: pero en guaraní
Seguramente, un millón de reflexiones
La atravesaron y la dejaron
Pensando en la mañana fresca
Y lúcida de la terraza.

El cometa pasó
Su estela también.

Dicen  que volverá en el
2062,
Sé que la noche anterior
A su aparición
Deberé lavar ropa
Y en la mañana salir a la terraza
A colgarla.
Saludaré al cometa,
Y le dejaré saludos para mi
Abuela.




miércoles, 18 de octubre de 2017

Cada capa de surrealidad

Aclara más la realidad

Cada capa de oscuridad

Es más oscura

Cada capa de lenguaje

Es más absurda

...Y el absurdo,

Es certeza, al igual que los

Gorriones que mueren

En la plaza, al lado de

Las palomas

Que arrullan

Y rezan por el alma eterna de

Los gorriones. Así me sentí hoy.



Estuve inmerso en cosas

Sin nombre;

En el laberinto del lenguaje, y

En buscar la salida. Trepé por

Una de las paredes

Salí del laberinto del lenguaje

Por arriba de éste,

Y me senté a observar todo lo

Que no era lenguaje

Todo lo que el lenguaje llama

Absurdo

O insuficiente

Y fue allí donde escuche los poemas

Más hermosos

Los más obscuros

Los más grotescos

Fue allí donde

Me dispuse a querer escribirlos

Pero aquello no era lenguaje

¿Cómo se escribe un no lenguaje?

Entonces

Fijé mi vista y mi pluma

En los cantos de sirenas agridulces

En las naciones de telgopor

En las 500 hojas de hierbas descoloridas

En artrópodos sigilosos

En la columna que sostiene al universo

Y en la cara que tuve, ante de

Que el mundo fuera creado.



Completé un cuaderno y lo

Arrojé al abismo; bajé por la pared

Del laberinto y preparé una cama

Para dormir o desperar

De este laberinto onírico.



Sé que cuando duerma o despierte

Deberé hacer los mismo

Al completar este cuaderno

Lo arrojaré al abismo

Para que el absurdo me devuelva

Poesía escrita en silencio;

La única manera de escribir un no lenguaje

Un lenguaje del cual soy experto.












Cada capa de surrealidad
Aclara más la realidad
Cada capa de oscuridad
Es más oscura
Cada capa de lenguaje
Es más absurda
...Y el absurdo,
Es certeza, al igual que los
Gorriones que mueren
En la plaza, al lado de
Las palomas
Que arrullan
Y rezan por el alma eterna de
Los gorriones. Así me sentí hoy.

Estuve inmerso en cosas
Sin nombre;
En el laberinto del lenguaje, y
En buscar la salida. Trepé por
Una de las paredes
Salí del laberinto del lenguaje
Por arriba de éste,
Y me senté a observar todo lo
Que no era lenguaje
Todo lo que el lenguaje llama
Absurdo
O insuficiente
Y fue allí donde escuche los poemas
Más hermosos
Los más obscuros
Los más grotescos
Fue allí donde
Me dispuse a querer escribirlos
Pero aquello no era lenguaje
¿Cómo se escribe un no lenguaje?
Entonces
Fijé mi vista y mi pluma
En los cantos de sirenas agridulces
En las naciones de telgopor
En las 500 hojas de hierbas descoloridas
En artrópodos sigilosos
En la columna que sostiene al universo
Y en la cara que tuve, ante de
Que el mundo fuera creado.

Completé un cuaderno y lo
Arrojé al abismo; bajé por la pared
Del laberinto y preparé una cama
Para dormir o desperar
De este laberinto onírico.

Sé que cuando duerma o despierte
Deberé hacer los mismo
Al completar este cuaderno
Lo arrojaré al abismo
Para que el absurdo me devuelva
Poesía escrita en silencio;
La única manera de escribir un no lenguaje
Un lenguaje del cual soy experto.





martes, 17 de octubre de 2017

Y ese día

La tristeza esperó

La dejé esperando en la plaza

Del barrio;

Porque la tristeza y la rabia

Son hermanas siamesas, y si

La rabia me sorprende

También lo hará la tristeza.



La dejé pensativa

Ensimismada. Si me reclamó

Algo, no la oí

Si la escuche no la

Entendí, si corrió detrás mio

No me encontró.



Puede ser que algún día me encuentre

Lo que ella no sabe

Es que la voy a encontrar

Cuando mi deseo por escribir

Sobre la tristeza me lo pida

Y no al revés;

Ya que la tristeza me ha agotado

En su afán por escribir sus versos

Sobre mí,

Me ha sacado toda la tinta posible

Ella y la rabia

Ellas son hermanas siamesas



Por eso decidí

Dejarla en el banco de la plaza

Yo decidí perderme en la multitud

Y generar la habilidad para

Disfrazarme entre la gente.



Necesito disfrazarme entre la gente

Que la tristeza no me encuentre

Si ella me encuentra

Me encuentra la rabia

Es que ellas son hermanas siamesas

Y ya no que queda resto

Para alimentar sus poesías.












Y ese día
La tristeza esperó
La dejé esperando en la plaza
Del barrio;
Porque la tristeza y la rabia
Son hermanas siamesas, y si
La rabia me sorprende
También lo hará la tristeza.

La dejé pensativa
Ensimismada. Si me reclamó
Algo, no la oí
Si la escuche no la
Entendí, si corrió detrás mio
No me encontró.

Puede ser que algún día me encuentre
Lo que ella no sabe
Es que la voy a encontrar
Cuando mi deseo por escribir
Sobre la tristeza me lo pida
Y no al revés;
Ya que la tristeza me ha agotado
En su afán por escribir sus versos
Sobre mí,
Me ha sacado toda la tinta posible
Ella y la rabia
Ellas son hermanas siamesas

Por eso decidí
Dejarla en el banco de la plaza
Yo decidí perderme en la multitud
Y generar la habilidad para
Disfrazarme entre la gente.

Necesito disfrazarme entre la gente
Que la tristeza no me encuentre
Si ella me encuentra
Me encuentra la rabia
Es que ellas son hermanas siamesas
Y ya no que queda resto
Para alimentar sus poesías.





sábado, 14 de octubre de 2017

La Lucila (o familia)

    Retiro. Cabecera del ramal Mitre. Es sábado a la mañana y los  andenes todavía están vacíos. No hay empleados en los molinetes, así que paso directamente y me ahorro el verso que traía preparado. Mi cerebro y mi sistema nervioso están a punto de colapsar. Una nueva noche agitada me ha vomitado o abortado en el mejor de los casos. Mucho alcohol: vino, cerveza, caña. Mucho faso y algunos pipazos de base me han intoxicado hasta la saturación.

   Me recuesto en uno de los postes esperando a la formación que viene desde Tigre. El estómago se me retuerce pero ya no tengo nada para de devolver. Entre las luces de la mañana se ve llegar a la diminuta formación que va creciendo a cada segundo. Y a medida que va creciendo, desde el suelo del andén, burbujas multicolores brotan y estallan en las chapas formando una fina lluvia lisérgica. La formación llega, me siento y apoyo mi cabeza en el vidrio para dormir un rato hasta La Lucila.

   El destino es Martinez, estación La Lucila, donde funciona los sábado a la mañana uno de los tantos comedores de Cáritas. Se pueden distinguir fácilmente quienes son los que  van para el comedor. Van subiendo en cada estación. Mochilas, bolsas de consorcio, caras curtidas por el alcohol, drogas, la intemperie y la soledad se pueden advertir en los semblantes. Mientras tanto todo me da vueltas. La acidez sube por mi garganta.

   Ya en destino, los que van rumbo al comedor en vez de salir por los molinetes del frente de la estación, lo hacen por la parte de atrás, por un agujero en el alambrado que da a la calle. Esto es todo un símbolo. Esta es la puerta trasera del mundo. Por ese agujero del mundo se manejan los malparidos, fracasados o explotados por el sistema. Por ahí pasan los adictos, alcohólicos, aspiradores de pegamento, travas, gays, cartoneros, limpiavidrios. Todos, hombres y mujeres, niños hasta ancianos.

   La instalación del comedor es agradable. A las 9 se desayuna en abundancia. Café con leche y facturas comienzan a recuperar a los cuerpos que se encuentran en el comedor. Luego vienen los baños y el ropero para cambiar las ropas, algunas gastadas o rotas, otras demasiado sucias para volverse a lavar. Mientras algunos se bañan otros juegan al ping pong en el amplio patio de la residencia. Bajo el alero el cura corta el pelo con una maquina eléctrica. Aprovecho y me corto al ras, que dure un par de meses. Me llaman para el baño. Con un buen desayuno y una ducha caliente siento que he vuelto a vivir. La mañana ya va declinando a mediodía y se empieza a sentir el olor a comida. Si no es guiso, seguro que es una salsa para fideos.

    Antes de almorzar el cura nos reúne en el patio. Nos recuerda que al otro día se festeja el día de la madre, el día de la familia. Nos dice que somos una familia callejera los que siempre nos reunimos ahí y en otros lugares. Pero a lo que realmente apunta es a que todos venimos de familias; que no nos olvidemos de ellos, que ellos no se han olvidado de nosotros; como padres algunos, otros hijos, como yo. El sermón me conmueve. Hace cuánto que no veo o llamo a mi madre. Me pregunto cómo llegue hasta acá y cuánto tiempo paso desde que me fui de casa. Me digo a mí mismo que voy a llamar a mamá para saludarla.

    El almuerzo me recupera totalmente. Dos platos de fideos con bolognesa y de postre: helado.

Al salir el cura me bendice y me da una bolsa con golosinas, alfajores, caramelos y chupetines. Siento como si hubiera terminado un cumpleaños y me dan al souvenir a la salida.

   Ese día, no sé de qué año, permanece lúcido en mi memoria. Ese día empecé a volver a casa.












La Lucila (o familia)

    Retiro. Cabecera del ramal Mitre. Es sábado a la mañana y los  andenes todavía están vacíos. No hay empleados en los molinetes, así que paso directamente y me ahorro el verso que traía preparado. Mi cerebro y mi sistema nervioso están a punto de colapsar. Una nueva noche agitada me ha vomitado o abortado en el mejor de los casos. Mucho alcohol: vino, cerveza, caña. Mucho faso y algunos pipazos de base me han intoxicado hasta la saturación.
   Me recuesto en uno de los postes esperando a la formación que viene desde Tigre. El estómago se me retuerce pero ya no tengo nada para de devolver. Entre las luces de la mañana se ve llegar a la diminuta formación que va creciendo a cada segundo. Y a medida que va creciendo, desde el suelo del andén, burbujas multicolores brotan y estallan en las chapas formando una fina lluvia lisérgica. La formación llega, me siento y apoyo mi cabeza en el vidrio para dormir un rato hasta La Lucila.
   El destino es Martinez, estación La Lucila, donde funciona los sábado a la mañana uno de los tantos comedores de Cáritas. Se pueden distinguir fácilmente quienes son los que  van para el comedor. Van subiendo en cada estación. Mochilas, bolsas de consorcio, caras curtidas por el alcohol, drogas, la intemperie y la soledad se pueden advertir en los semblantes. Mientras tanto todo me da vueltas. La acidez sube por mi garganta.
   Ya en destino, los que van rumbo al comedor en vez de salir por los molinetes del frente de la estación, lo hacen por la parte de atrás, por un agujero en el alambrado que da a la calle. Esto es todo un símbolo. Esta es la puerta trasera del mundo. Por ese agujero del mundo se manejan los malparidos, fracasados o explotados por el sistema. Por ahí pasan los adictos, alcohólicos, aspiradores de pegamento, travas, gays, cartoneros, limpiavidrios. Todos, hombres y mujeres, niños hasta ancianos.
   La instalación del comedor es agradable. A las 9 se desayuna en abundancia. Café con leche y facturas comienzan a recuperar a los cuerpos que se encuentran en el comedor. Luego vienen los baños y el ropero para cambiar las ropas, algunas gastadas o rotas, otras demasiado sucias para volverse a lavar. Mientras algunos se bañan otros juegan al ping pong en el amplio patio de la residencia. Bajo el alero el cura corta el pelo con una maquina eléctrica. Aprovecho y me corto al ras, que dure un par de meses. Me llaman para el baño. Con un buen desayuno y una ducha caliente siento que he vuelto a vivir. La mañana ya va declinando a mediodía y se empieza a sentir el olor a comida. Si no es guiso, seguro que es una salsa para fideos.
    Antes de almorzar el cura nos reúne en el patio. Nos recuerda que al otro día se festeja el día de la madre, el día de la familia. Nos dice que somos una familia callejera los que siempre nos reunimos ahí y en otros lugares. Pero a lo que realmente apunta es a que todos venimos de familias; que no nos olvidemos de ellos, que ellos no se han olvidado de nosotros; como padres algunos, otros hijos, como yo. El sermón me conmueve. Hace cuánto que no veo o llamo a mi madre. Me pregunto cómo llegue hasta acá y cuánto tiempo paso desde que me fui de casa. Me digo a mí mismo que voy a llamar a mamá para saludarla.
    El almuerzo me recupera totalmente. Dos platos de fideos con bolognesa y de postre: helado.
Al salir el cura me bendice y me da una bolsa con golosinas, alfajores, caramelos y chupetines. Siento como si hubiera terminado un cumpleaños y me dan al souvenir a la salida.
   Ese día, no sé de qué año, permanece lúcido en mi memoria. Ese día empecé a volver a casa.





jueves, 12 de octubre de 2017

Los acantilados

El poema hablaba de

Locura,

De correr por los acantilados

De Mar del Plata, de soñar

Con ser un tucán o

Una mariposa

O un dragón multicolor

Que se funde con el mar

Y la luna, para volver

A formar un tucán o una mariposa

Y así hasta volver a

Correr por los acantilados;

Y ya sin ser Mar del Plata

Podría ser Estocolmo

Shangaí o Pernambuco

Y ya sin ser tucán, mariposa

O dragón multicolor.

Y ya sin ser un poema

Sino el hecho fáctico

De que no se debe aspirar pegamento

En los acantilados de Mar del Plata

No se debe soñar con ser un

Tucán, mariposa o

Dragón multicolor que se funde con el mar

Y la luna para volver a repetir

Hasta el infinito los versos de este

Poema.

No se debe

Porque vas a a despertar

Y lo primero que vas a ver

Son los dos caños de una escopeta

Sobre tu cara

Y un policía en el extremo

Vas a ver eso

Y a tus amigos arrodillados

Con las manos en la cabeza;

Entonces el poema no va a hablar

Locura, va a hablar de

Otra caída en cana

De otra entrada a la comisaría.












Una navidad diferente

  “Cuando miras largo tiempo a un abismo, también éste mira dentro de ti” Friedrich Nietzsche        Pasó por la puerta principa...