martes, 5 de noviembre de 2019

Algunas consideraciones sobre Kafka

   La primera vez que leí el nombre de Kafka fue en una novela llamada Tocayo de Antonio Navarro. Una novela que se desarrolla entre la dictadura de Fulgencio Batista y lo que vendría después: algunos dirán dictadura otros no sé. No es este un ensayo político y quizás ni llegue a ser un ensayo.

   Antonio Navarro es un administrador del ingenio azucarero familiar. Según la novela Cuba era, antes de la llegada de la Revolución, un gran exportador de azúcar, y casi al mitad de lo ingenios azucareros estaban en manos de capitalistas yankis. Corta: el 1 de enero del 59 la Revolución llega a La Habana. Comienza la división de clases y comienza a circular la palabra"Oligarcas". Antonio Navarro es, obvio, un oligarca y en la Cuba de esa época, y quizás ahora también, era algo mal visto. Parece que los únicos que tienen el derecho a saquear al pueblo y enriquecerse obscenamente son los políticos. La dictadura de Batista no fue la excepción y la de los Castro todavía no se sabe. En fin, que tiene que ver Kafka en todo esto.

  La novela narra la transición y desarrollo de la Revolución y los cambios sociales y económicos. Entre los grandes anuncios de Castro en ese primer año, en esos meetings masivos que daba casi todos los días, se anuncia la nacionalización de las empresas extranjeras.(¿Les suena?). Antonio Navarro teme por la empresa familiar. Para ese entonces los guerrilleros que se abrieron por la Sierra Maestra y el barro, a puro fuego y muerte ya están cómodamente acomodados en grandes y lujosas oficinas del Estado y ganando grandes y lujosos y cómodos sueldos. El Che Guevara no se queda afuera, es más, es designado como presidente del Banco Nacional de Cuba. El ángel de la muerte encargado de dar el Tiro de gracia a los sentenciados-enemigos de la Revolución en La cabaña ahora pasa a manejar el destino económico de la isla. Los Estados Unidos miraron con gracia a la isla, duraría poco esa gracia.

   Antes de que se anuncien la expropiaciones Tony (Así se llama Antonio en la novela) se larga a una carrera burocrática entre funcionarios estatales y oficinas espectrales. El plan de Tony es entrevistarse con Guevara para que no le expropien el ingenio azucarero familiar. Tony declara que se entrevista con el Che de noche en una oficina espectral. El dato de color, parentesis, es que los billetes de la administración Guevara era firmados como "Che", cierra parentesis. La imagen del Che ( la novela la leí a los 16 años y con millones de neuronas más) es la de Guevara sentado en un gran sillón de cuero, que da a un ventanal alto y la habitación es alta y cubierta por el humo de los puros cubanos que Ernesto fuma sin descanso. Según Navarro, Guevara no se siente cómodo con la tarea que le ha encomendado la Revolución. El Che Guevara antes de terminar con la entrevista nocturna le promete a Tony Navarro que no le expropiaran el ingenio. El Che Guevera le dice a Tony Navarro que lea El Proceso de Kafka. En el medio de la noche de La Habana termina la entrevista.

   Esta escena Kafkiana se encuentra en la mitad de la novela. El ingenio azucarero de Tony, todos los ingenios, todo empresa nacional e internacional es nacionalizada por la Revolución y para "el pueblo". El resto de la novela trata sobre cómo se armó la resistencia contra la Revolución. También del origen del resentimiento yanqui con Cuba. Con el capital del otro cualquiera es socialista.

   Por un tiempo pensé que el título que Guevara le recomienda a Navarro era El proceso de Kafka, todo junto. No tenía ni idea de quien era Kafka. No sé cómo ni por qué un día mi viejo, con el que nos odiábamos fuertemente, llegó no sé de donde y me dio La metamorfosis. Cuando leí la biografía de Kafka lloré, cuando leí la obra lloré, cuando me identifiqué con Gregorio tratando de comunicarse con su padre lloré: La metamorfosis hablaba de mí y de lo que iba a venir, de mi propia metamorfosis. Después me enteré de El castillo, América, Investigaciones de un perro, El fogonero, etc.

    Ya es harto sabido el contenido de El proceso y del concepto kafkiano. Lo que Guevara le quiere advertir a Navarro es el carácter absurdo de la Revolución. Sé que Borges lo diría con más elegancia que yo. Para Borges la paradoja de Aquiles y la tortuga es el argumento de El castillo. Cuba sería El castillo, la Revolución: K (lean El Castillo). Qué pasaría si Aquiles alcanza a la tortuga. Qué pasaría si K entra al Castillo. Qué pasaría si la Revolución vence. Qué pasaría con la dialéctica. Qué hubiera pasado acá si el E.R.P y Montoneros se hubieran hecho del poder. De cuántos 30.000 se hablarían hoy.

   El Che Guevara no dura mucho. Luego de ser ministro de industria se toma el palo.

   El Che Guevara también le estaba advirtiendo a Navarro como moriría. En un laberinto selvático, sin ninguna chance de vencer, a manos de un cobarde, sin pasión, cumpliendo una orden que hasta el mismo Guevara tuvo que acentuar:" ¡Póngase sereno! ¡Va a matar a un hombre!". El mismo final que los personales kafkianos.

    El desembarco de la resistencia de exiliados cubanos  en Bahía de cochinos también es digno de Kafka.



  Resumiendo:

                       Hoy más que nunca el kafkianismo está presente en todo. Desde el sinsentido de este mundo contemporáneo que cada vez más sofoca la existencia, hasta los macro movimientos sociales y políticos y en cualquier parte del mundo. De izquierda o de derecha no hay salida para ningún lado. Al castillo no se accede. El campesino que se presenta ante le ley y el guardián que le cierra la puerta junto antes de que el campesino muera son estados de cosas que todo el tiempo pasan. Para dónde es la salida.¿ Hay que tomar las cosas de pecho? La idiosincrasia del poder es corromperse a sí mismo. En ese caso nunca va a haber movimiento dialéctico que haga progresar a la historia y a las sociedades. ya que el que accede al poder será corrompido por el propio poder. Entonces cómo confiar en los que buscan el Poder. Siempre se habla de utopías, disolución de clases. Pero de lo que nunca se habla es de una sociedad, no sin corrupción, si no sin corruptos: se acaba con el problema. Y acá vuelve lo paradójico y kafkiano. Lo más simple es lo más irrealizable. Y esto se puede confirmar desde la experiencia personal. Si el viernes tengo la plata para el alquiler, la luz, el agua y el gas, y desde el viernes hasta el domingo me la paso ostentando y regalando plata y diciendo de lo bien que me administro, ¿El lunes no voy a tener un gran cagadón? Así se mueve este país desde hace 50 años más o menos.

   He recorrido pasillos oscuros. He asistido a muertes absurdas, sin pasión. He recorrido tribunales y juzgados espectrales. He visto jueces que no tienen idea sobre Justicia, policías que ni siquiera sabían tomar las huellas digitales. Papeles y montañas de papeles, firmas, probation, juicios abreviados. He golpeado las puerta de El castillo, me he presentado ante la ley; qué no he hecho que Guevara no me haya advertido en 1996.



   Para Finalizar:

                          Saliendo de la Villa 21 cruzamos con el Chaqueño hacia Avellaneda por la Vélez Sarfield. Nos pusimos a fumar porro en el lado de provincia. Llega un patrullero, encuentran los fasos, los dos arriba. La rutina de siempre, revisión integra, pianito y esperar para ir al médico que está en el triángulo de Bernal. La policía se proteje de futuras acciones legales por apremios ilegales o esas cosas raras que tanto les encanta a ellos. En fin. Vamos amarrocados con el Chaqueñó en la parte de atrás de la trulla. Hay poco transito en Pavón. En un semáforo un auto queda al lado de la trulla. El conductor, un tipo de clase media que está volviendo de algún trabajo precarizado, se apoya en el volante, parece cansado. Mira hacia la patrulla, nos mira, y sus labios hacen el movimiento de las palabras:" estos negros de mierda". Yo aprovecho mi condición de alto delincuente y lo miro fijo por lo que dura el semáforo. El precarizado mira para adelante y pide que se ponga en verde la luz. La luz se pone en verde. Fin. Es pedagógico sentir el desprecio de la sociedad.

    De acuerdo al lugar que uno tenga en el gallinero va a ser a los que vas a garcar. El que está más arriba más garcaal resto; el que está abajo del todo se ahoga con los garcos del resto. Creo que el término garca viene de oligarca. Me acuerdo de un policía que al pararnos por drogas, él decía que había que partir a los garcas, que los garcas arruinaron este país. Esta es la única cosa lúcida que le he escuchado decir a un policía. Un pinta que iba al comedor de Pacheco de Melo y Larrea los encaraba a los viejos y le decía: "¡He garca! ¡Dame dos pesos!". ¡Y le daban la plata!

  Yo por mi parte ya no espero a que el guardián me abra la puerta de la ley. Ya sé que es una sola, exclusiva para mí, que no tengo que esperar hasta el último aliento de vida, sé de las pulgas del abrigo del guardián y los nombres de estas. No espero ninguna Revolución. Sé que no hay que hacer tanta fuerza para abrirla, y el guardián no es tan poderoso. Lo sé porque estoy del otro lado. Gracias Kafka, gracias Che.


















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