Me fui al bar de Tuñón
Escuché al organito
En tu rincón
Y la melodía de los adoquines
Grises, traspirados
Con esa cadencia
Que la melancolía del arrabal
Solo puede interpelar
Y arrebatar al poeta
Que llora sobre esa mesas
Que nunca preguntan
Con la ñata contra el vidrio
Y la tristeza de extrañar
A mi vieja en fotos
En sus anillos de plata
En su nombre que no se desgasta.
Todos los bares del infierno
Todas las cartas que escribí
Y escribiré
Juego con los manís
Sobre el mostrador y me veo
En el espejo que no devuelve
Mi imagen.
El mozo baldeá;
Los pantalones arremangados
Hasta las rodillas,
Lo saludo
Y me siento en el cordón
El nombre de Tuñón
Tampoco se desgasta.
sábado, 17 de agosto de 2019
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1 comentario:
Tuñon tampoco :)
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