martes, 4 de febrero de 2020

Acelga

Hay hambre y frío en el ranchito
Nos turnamos para calentarnos
En la estufa a kerosene.

Mi tía fríe papas
Hierve acelga.

Ni a mis primos
Ni a mí nos gusta la acelga
Nosotros queremos las papas fritas
Con huevo frito.

Nada de esto habrá.

Mi tía prepara huevos batidos
Para una tortilla
Y a último momento agrega la acelga.

Con esta sutil maniobra
Mi tía logra que me caiga agradable
La acelga.

Logra fundar una de mis primeras
Lecciones de cocina: la acelga es una verdura, que si no se la cocina y bien y no se le da sabor con algún caldito, resulta desabrida. La acelga sola no tiene sabor. Eso sí, sirve para ganar volumen en una tortilla, para relleno de canelones o lasagna o para un puchero. Se hierve con poco agua, ya que la planta es agua en casi su totalidad. Por eso queda muy poco después de hervir paquetes grandes. Hay que separar las hojas de las pencas. Las pencas no hay que tirarlas, hay que hervirlas y también sirven para hacer tortillas, tartas o relleno de empanadas. La misma recomendación para las pencas. Hervirlas con caldos y después se pueden sofritar con panceta. La imaginación manda en la cocina.

Entro a una verdulería y todos los paquetes
De acelga me hacen acordar a ella
Al ranchito de la calle Azopardo
A la estufa a kerosene
A las tortillas de acelga con papas fritas.

Las mejores lecciones se fundan
En la infancia
En el frió
En el hambre
Arreglarse con lo que hay.

Mi tía era experta en estas cosas
Y yo ya he mejorado
Su tortilla de acelga y papas fritas.
Ella vivirá
En todas las tortillas que haga.

La memoria necesita anclajes
La acelga es uno de ellos.




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