lunes, 24 de febrero de 2020



"Y al final de cuentas me quedé sin fe"

Tarde, Julio Sosa





Los ojos no los puedo abrir.



Escucho al que bondea diarios

Sobre la 9 de julio: ya son las 6.



La brisa sepia del Río de la Plata

Me advierte

Que estoy en Buenos Aires.



Despertar en la calle

Me dice que vivo en la calle.



Finalmente cuando despierto

Me quedo mirando al que bondea;

Me asombra la fe con la que cada mañana

Se para en el semáforo a vender diarios.



La fe mueve al vendedor

Al taxista

A la maestra jardinera

Al empleado municipal

Al que junta latas de aluminio

Revolviendo los tarros

De basura para comprarse un vino;

La fe mueve ciudades, países, montañas.



Puede mover de todo

Menos este cuerpo decrepito

Que observa pasar todo

Desde los escombros de sus vida.



¿Cuándo perdí la fe?

¿Cuándo la recuperaré?



Un hombre sin fe

Es peligroso para el capitalismo.








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