lunes, 11 de marzo de 2019

Intento escribir un tratado

Sobre el olvido

Y cuando recopilo el material

Descubro que es imposible olvidar.



No logro olvidar

Darme vuelta en la cama

Junto a mamá

Caer al contrapiso gris agrietado

El golpe y el dolor

Gatear en la madrugada

Y mamá que siempre me devolvía

Al calor de las sábanas y su pecho.



Había una perro en la casa de mi abuela

Yunki se llamaba,

Una vez me mordió la nariz.



Tanto son los recuerdos

Que habito y que me habitan.



Viajes, rutas, ciudades

Amaneceres y ocasos:

Todo destinado al olvido

Todo resistido al olvido.



Todavía recuerdo mi primer amor

Ella, mi vecina, de 19 años

Y yo con solo 5. No logro olvidar

Esa sensación.



Mi memoria es vasta

Tanto o más que las profundidades

Del océano. He tratado de suprimir

Registros,

Bombardeándola con los venenos

Mas poderos del planeta.

La mayoría sigue intacta

El resto se recupera gradualmente.



En una las celdas de mi memoria

Se encuentra una noche

En los pasillos de Zavaleta.

Recuerdo las cuchillas ensangrentadas

Perforando la carne

Derramando la sangre. La mirada

Y el aliento del Diablo

En esos cuerpos ensañados

Con el otro cuerpo indefenso.

Recuerdo que también yo

Tuve la mirada y el aliento

Del diablo

Y le agradezco a mi memoria

Que me lo recuerde todos los días.



Hablé de mis primeros recuerdos

Desde el gatear

Mi primer amor

Los cambios de ciudades

La muerte y los funerales

El miedo, el vacío, la desesperación

La locura y la depravación

Volver a casa a servir a mis padres

Acompañar a mi madre

Hasta el último aliento

La plaza de mi barrio y la hamaca

Que me recuerda la inocencia de la niñez.



Intento

Intento escribir

Un tratado sobre el olvido

Pero no logro olvidar.

Quizás cuando olvide

Como se escribe la palabra olvido

Pueda empezar a escribir mi tratado.








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