Suena en la pista,
Carlito Brigante se
Pregunta "en dónde ha quedado
La marihuana", hoy todo es
Cocaína y zapatos de plataforma
Y bolas de espejo que estimulan a
Los cerebros atrofiados
Y excitados que sonríen a las
Luces de colores que destellan
En la discoteca,
Que sonríen a su imaginación de
Campos grisáceos
De estelas violáceas
De esa felicidad farmacológica
Que el capitalismo y cristianismo
Encontró en la cocaína.
Esas sonrisas
No discernirán entre
El día y la noche
El bien y el mal
Entre la vida y la muerte.
Mientras tanto Jhon Travolta
Baila colgado de las solapas de
Su camisa y sus pantalones
De pies de elefante
Y su nariz de elefante, que
Aspira todo el polvo blanco
Y sacro de la década; disfruta
De la fiesta, de las chicas
Y las interminables orgías
Disfruta de la luz artificial
De las alucinaciones.
Y no va a ser hasta veinte años
Después que la adición
Lo lleve a ser un ser humano
Oscuro, melancólico y
Desesperado que ahora
Aplaca su dolor con heroína
Y recurre asesinar personas
Para mantener su habito.
De las pistas fluorescentes
Y los interminables bailes
A un oscuro traje de ganster
Y un señor 9mm que cuida
Su justa persona en este mundo
Capitalista y cristiano.
Ese es el guión en todas las
Películas sobre la adicción;
Y de la vida real también.
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