lunes, 3 de septiembre de 2018

La sombra que acaricia 
Mi rostro en la medianoche
Las voces que se pierden
En el silencio
La carta que escribo y
Vuelvo a borrar
¿Es tu voz?
¿Son tus palabras?

Leo unos poemas de Panero
Antes de dormir
Creo en que la voz de un loco
Puede ahuyentar a los fantasmas
Dejo un vaso de agua
Para que te refresques
Y para apagar el incendio
Si las llamas aparecen
Aquí
O en El Mas Allá.

En el escritorio de mármol
Está todo lo necesario
Desde el testamento
Al epitafio
Desde lo publicable
Hasta lo que hay que incinerar.

Si no despierto
Si las voces, las cartas, el silencio
La voz de Panero, los locos
Y los fantasmas me retienen;
Será que finalmente
Pude acercarme,
Aunque sea por un  poco,
A la experiencia poética
Pude acceder a un gramo
De poesía.

Del resto
Los que hacen pepers
Y tesis
Dirán el resto.

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