Dejé que la precarizada
Me hostigue como todos los meses.
Recordé que Duhalde dijo
Que no hay plata para pagar la deuda
Y le corté.
Cruzando Villa Perro
Me detuve en el semáforo
Al lado de un cortejo fúnebre.
No sé si fue cierto
Si lo soné
O algún resabio tóxico del pasado
O solo los puntos de fuga
Que busca mi cerebro dañado.
Mi nombre estaba en el ataúd
Mis familiares y amigos
Iban acompañando el cortejo
En la fila de autos.
Acompañé mi cortejo
Hasta el empedrado.
Mis restos mortales viraron
Hacia el cementerio; yo, o lo
Que creo ser yo, siguió hasta su casa.
En el camino pensé en la discusión
Con la precarizada:
Todos tenemos una deuda con Caronte
Y no podemos cortarle así nomás
El día que nos haga la única llamada.
No podemos cortarle
Y usar a Duhalde como excusa.
martes, 31 de diciembre de 2019
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