domingo, 11 de diciembre de 2016

Colón y Drago

   Cae la noche, pesada y alegre sobre la avenida Colón. Poco a poco se va disipando la excitación de un día cargado de responsabilidades. La presencia de la noche hace desaparecer todas las preocupaciones para darle paso a la fantasía. Leer y escribir se disfruta mucho mas de noche. De noche la fantasía hace posible alimentar los engranajes metafísicos del mundo; un mundo que no descansa.

   Solamente por eso vale la pena atravesar el día. Solo para esperar la noche y dejarse llevar por su suave melodía ancestral que anida sobre cada cosa que toca, incluso mi alma.

   Y yo estoy aquí; deseándome a mi mismo, dejarme llevar, dejarme ahogar por tus profunda imágenes. Aquí espero las turbulencias para poder captar algo, aunque sea minino, aunque no tenga sentido, aunque no pueda transmitirlo. Desde aquí veo como las imágenes descienden lentamente a cada minuto por toda la superficie del globo. Aquí estoy y espero.





Escrito la noche anterior a su ejecución. El manuscrito original se encuentra en una  de las tantas catacumbas del colegio Don Bosco. 



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