lunes, 6 de marzo de 2017

Las Musas de Homero

Flotan o se deslizan

O quizás caminan en el aire

Las musas de Homero son extrañas

Algunas veces delicadas

Otras; no se dejan hallar

Otras; ni siquiera se hacen entender

Cuesta trabajo entenderlas

Después de todo son mujeres

Después de todo nuestro lenguaje es rudimental

Después de todo ser poeta no es fácil;

No es fácil hablar y

Usar un lenguaje rudimental;

Homero lo sabía y espero a ser ciego

Borges siempre lo supo

Por lo menos ahorró tiempo.



Intuyo que en los cafés

Ellas (las musas) se presentan mas fácilmente

Tangos, amores, peleas y negocios;

Comienzan o disuelven

En los inmortales cafés

De las inmortales calles de mi ciudad

De las inmortales vidas que hay alrededor mio.



Mientras escribo (ellas, las musas)

Murmuran o susurran

Y hasta una frase hecha y válida me brindan

Algunas veces son generosas

Tiernas y misteriosas

Ya he dicho que son mujeres

Ya he dicho que cuesta entenderlas

Pero siempre al final (indefectiblemente)

Logro entenderlas.



Las voces se mezclan en los cafés

O la voz ( a veces es una sola voz);

Entre los espacios,ellas, anidan

Siempre al acecho o la búsqueda

De algún poeta (también) buscando inspiración

Inspirado, vacío

Buscando llenarse o

Vaciarse del absurdo del mundo



Así que finalmente: indefectiblemente

( vale la repetición)

Logro escuchar sus voces cristalizadas

En burbujas de oro y plata y silencio también;

Logro traducirlas a mi

Rudimental lenguaje

Y yo estoy satisfecho

Ellas también.



No es fácil ser poeta

No es fácil escucharlas (voluptuosas musas de Homero)

No es fácil entenderlas;

Pero se logra un poco de habilidad

Sino no hubiera escrito este poema.





Ian Astbury (The Cult) se encontró con el Poeta en un café de Oslo durante la gira de Sonic Temple. El poeta le intercambio el manuscrito del poema por la campera de cuero de Ian. Luego de la muerte del poeta, cuando se inventariaron sus pertenencias se encontró la campera de cuero. Dentro de uno de los bolsillos había un papel que rezaba: Ian Astbury, Oslo, Agosto del 89. Otros artículos que formaron parte del inventario: Una servilleta que usó José Saramago, varios frascos con vómitos, entre las etiquetas se leía los nombres de Eddie Vedder, Max Cavalera y Horacio Fontova, dedos de plástico de Tommy Iommi, un cordon umbilical de  Frances Cobain y un pastillero perteneciente a Borge con la leyenda latina "Nosce Te Ipsum".













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