Ese día casi morimos
En la estación Dario y Maxi
O estación Avellaneda
Debajo del puente
Y sobre la avenida Pavón
Mientras el tren eléctrico
Convulsionaba las vías,
Mi sistema nervioso se
Convulsionaba con
Piedras amarillas, sulfurosas
Gangrenosas, esas que no
Dejan nada en pie cuando
Ingresan al torrente sanguíneo
Y piden más, más y más.
El Chaqueño y yo
Dos víctimas más del
Terrorismo de Estado
(Como Kosteki y Santillán)
Siendo fusilados por
La cruz roja debajo del puente
De la estación. Pero al igual
Que los fusilados en la
Masacre de José León Suarez
Sobrevivimos
Y pudimos escapar
Y pudimos llegar
Hasta este poema.
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