jueves, 26 de julio de 2018

La melodía que silba la muerte
En un andén de trenes oxidados 
Olvidados.

Esa melodía perdida 
Que escucho entre el rumor 
De los eucaliptus 
Y cardos rusos.

La melodía que escuché por 
Primera vez en 1988
Frente a una chacra en Villa Serra.

Todavía la sigo escuchando 
La sigo viendo 
Y hasta sé el sabor que tiene.

Me gusta el sabor del oxido 
Y el de la música herrumbrada;
Me gusta esta estación 
Perdida en algún lugar 
De mi memoria;
Me gusta silbar como 
La muerte y ser el silbido
Que la muerte ejecuta;
Me gusta sentarme en el andén 
A esperar el próximo tren.
Lo veo a lo lejos llegar
Trae consigo nubes de redención 
Y prosa poética.

¿Mamá sabrá que voy a visitarla?
Saqué boleto de ida:
Ya saben que no deben esperarme. 


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